domingo, junio 08, 2008
FAO: un encuentro; pobres resultados.
Cincuenta por ciento más de alimentos deberán producir los países del planeta para combatir la hambruna que pronostican distintos organismos internacionales en los venideros años. De esta forma culminó la cumbre de la FAO (la agencia de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación) en Roma: Con un pobre comunicado y sin el compromiso de los 183 jefes de estado participantes sobre cómo combatir la suba de los alimentos, principal causa del aumento de la pobreza mundial.
Según la ONU y el Banco Mundial, la producción de materias primas para la elaboración de alimentos – maíz, trigo, soja, azúcar- tendrá que duplicarse en los próximos diez años para evitar una catástrofe humanitaria aun mayor a la de estos días, que está afectando a una veintena de países africanos y algunos estados de Centro América .
Haití y sus calles son un fiel reflejo de la cruel situación que viven sus habitantes por estas horas. Los haitianos tomaron la vía pública para clamar por alimentos. Este país, uno de los más pobres de nuestro continente, es el más castigado por la incesante subida de precios en los productos alimentarios.
Sin embargo, este y otros escenarios no fueron suficiente para que los mandatarios de los países desarrollados y en vías de desarrollo alcanzaran un acuerdo y se pusieran juntos a trabajar para combatir el alza alimenticia.
Los representantes de Estados Unidos y la Unión Europea, por ejemplo, no cedieron un centímetro a la hora de discutir los subsidios a productores agrícolas locales -ayuda que fue señalada por los tercermundistas como una de las causas de la actual crisis- y las negociaciones entraron en un pantano difícil de salir.
Desde hace tiempo, las principales economías del mundo implementan medidas económicas proteccionistas que perjudican a los productos enviados desde esta parte del océano atlántico o de otros lugares. Los subsidios aplicados a favor de los campesinos o chacareros norteamericanos u europeos le restan competitividad a sus pares latinoamericanos o de otro continente productor de alimentos.
En un mensaje del pontífice que leyó el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, el Papa invitó a los delegados asistentes a “globalizar la solidaridad” y no sólo los intereses económicos y comerciales. “El hambre y la desnutrición son inaceptables en un mundo que dispone de niveles de producción, recursos y conocimientos suficientes para poner fin a estos dramas y sus consecuencias”, afirmó Benedicto XVI, en un claro reto a los países desarrollados por sus políticas proteccionistas.
En la misma sintonía se expresó el presidente Lula Da Silva, uno de los discursos más esperados en la FAO. El líder carioca cuestionó los subsidios agrícolas y defendió la producción de biocombustibles, del cual su país es pionero.
Poco o nada sirvieron los discursos del jefe de la iglesia católica y la de mandatarios como "Lula" contra los subsidios agropecuarios ya que los referentes de los países ricos pegaron un nuevo portazo a las demandas expuestas y señalaron otras causas como las responsables de los alimentos caros.
¿Por qué aumentan los alimentos?
Una de las razones que esgrimen los países más ricos para contrarrestar el ataque de sus pares emergentes a las políticas proteccionistas, es la mayor demanda de alimentos en China e India, dos potencias en permanente crecimiento.
Es verdad que el alza del precio de los alimentos tiene su origen en el cambio de dieta de países grandes como China e India. Sus mayores compras en cereales y carnes, especialmente, aumentaron notablemente la demanda del mercado mundial, pero no es la única causa por la suba de precios de los bienes alimenticios.
La especulación financiera es otro de los motivos de este triste panorama mundial. Los inversores más poderosos –domiciliados en países ricos y avalados por sus propios mercados- vienen anticipando el aumento del valor de los alimentos y han decidido apostar por ellos. Esta maniobra especulativa lo único que hace es aumentar más el costo de la comida y generar más hambrientos. En los últimos años, estos grupos inversores multinacionales han invertido en lo que se llama los precios “a futuro” de los productos alimenticios, una especulación pura sobre su evolución, algo muy similar a lo que sucedió en Estados Unidos con las hipotecas.
Por otra parte, la producción de biocombustibles es responsable de la estampida de precios por más que le pese a Estados Unidos, Brasil y Europa, que promueven la producción del combustible verde para suplantar al petróleo. Varios países como Cuba, Venezuela y organizaciones defensoras del medio ambienten critican la utilización de los alimentos para la generación de energías alternativas. Este punto fue, sin dudas, uno de los más discutidos del encuentro en Roma y el que más voces divergentes sumo al debate.
La suba del petróleo y el cambio climático son, por último, dos causas más a tener en cuenta en este contexto. El valor de un barril ha superado la barrera de los 130 dólares, semejante costo influye directamente en el precio final de los productos agrarios, que precisan de maquinarias para las tareas de siembra y cosecha, las que se mueven impulsadas por el gasoil y las naftas; y el calentamiento global y los cambios diversos de clima han modificado la viabilidad de zonas agrícolas por excelencia, reduciendo más las hectáreas de tierra para producir trigo, maíz y demás materias primas.
En fin, las causas por la suba de los precios de alimentos son muchas, como señalamos; los responsables de comandar este planeta –principalmente los países ricos- se opusieron a firmar un acuerdo a la hora de coordinar políticas conjuntas para combatir el alza persistente, por esta razón, difícilmente se alcance a duplicar la producción de alimentos para reducir la pobreza, como aconsejan los organismos internacionales.
Por Juan Mansilla.
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1 comentario:
Lo del hambre es horrible
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