jueves, marzo 27, 2008

La sombra de la guerra asoma nuevamente en América Latina



“La crisis tiene causas diversas y complejas. Y pese al acuerdo, el problema no fue y no será resuelto por que no interesa en Colombia, y mucho menos al presidente Alvaro Uribe, acabar con la guerra civil que dura hace más de cincuenta años bajo la forma de guerrillas”, afirmó el politólogo e historiador brasileño Luis Alberto Moniz Bandeira, en una entrevista publicada el domingo 24 de marzo por el diario argentino Clarín. El investigador carioca no estaba equivocado en su pronóstico sobre el futuro colombiano y las relaciones entre Bogotá y Quito, ya que la crisis entre Colombia y Ecuador volvió a tensarse después que la administración de Uribe reconociera la muerte de un ecuatoriano, durante el ataque al campamento que terminó con la vida de Raúl Reyes, segundo y vocero de las FARC, y veinte insurgentes más. A Bandeira, doctor en Ciencias políticas por la Universidad de San Pablo, le sobran los motivos para pensar que Colombia no intentará alcanzar la paz interna ni tampoco mejorar las relaciones con sus vecinos, más allá de los pedidos de disculpas del presidente Uribe a su par Rafael Correa en la Cumbre de Rio y la reciente sesión de cancilleres en la OEA.
En primer lugar, porque Uribe jamás mostró voluntad para negociar con los jefes de las FARC un intercambio humanitario en suelo colombiano. Además, siempre puso palos en la rueda ante cualquier intento dialoguista de sus pares latinoamericanos para llegar a un proceso de paz que permitiera la liberación de los secuestrados.
Esta actitud firme e irreversible del presidente colombiano de continuar la guerra tiene varias explicaciones. Una de ellas, la excelente relación que existe entre la Casa Blanca y Bogotá. Colombia es hoy día el único aliado con el que cuenta Washintong en su cruzada contra el terrorismo en la región y, además, uno de sus socios estratégicos en materia económica.
Colombia se convirtió en el tercer mayor exportador de petróleo para los Estados Unidos, debajo de Venezuela y México. La venta del oro negro al poderoso del norte, le permite al gobierno de Uribe contar con el ingreso de divisas debido al alto precio internacional del barril. Además, el gobierno de George Bush envía a la administración uribista 700 millones de dólares anuales en el marco del plan Colombia con el objetivo de combatir al terrorismo y narcotráfico.
En rigor, es imposible pensar que Uribe cambie su plan de guerra por un proceso de paz por las razones que mencionábamos anteriormente. Incluso, la estrategia de combatir a las FARC via armas cobró más fuerza después de las bajas de Reyes y sus soldados y del apoyo incondicional de Estados Unidos al procedimiento colombiano en los distintos organismos internacionales.
Desde los atentados a los torres gemelas, Bush libró una guerra abierta contra el terrorismo internacional e invadió a varios países en nombre de la defensa propia. Las FARC son consideradas terroristas por Estados Unidos y la Unión Europea no así por la mayoría de los países de América Latina.
Justamente, este escenario debilita a los acuerdos alcanzados entre Colombia y Ecuador y deja abierta la posibilidad de un enfrentamiento armado ya que en sintonía con la Casa Blanca, Colombia continuaría con los ataques contra las FARC en territorio propio o ajeno.

La guerra civil que lleva cincuenta años.

Sin embargo, las relaciones político-comerciales entre Colombia y Estados Unidos no son las únicas causas que provocarían una desestabilización y un combate armado en el hemisferio sur. El conflicto interno colombiano, que lleva cincuenta años, preocupa y mucho al resto de los vecinos de Colombia.
Ecuador, Perú, Venezuela y Brasil están afectados directamente por el conflicto interno de su vecino, los guerrilleros de las FARC, ELN y las fuerzas paramilitares colombianas muchas veces se trasladan a sus territorios extendiendo sus negocios vinculados al narcotráfico y poniendo en riesgo a sus soberanías y la vida de sus ciudadanos.
Colombia no pudo frenar la violencia que sufren sus calles por las políticas de estado que agudizaron al conflicto.
Según datos del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, cuatro millones de personas fueron desplazadas y en su mayoría por los grupos paramilitares. Estos grupos, solos o con miembros de las fuerzas armadas, han desaparecido al menos a 15000 colombianos que fueron enterrados en más de 3000 fosas comunes. Además, asesinaron a más de 1700 indígenas, 2550 sindicalistas y cerca de 5000 miembros de la Unión Patriótica. Entre 1982 y 2005 regularmente perpetraron más de 3500 masacres, y robaron más de seis millones de hectáreas.
Sin embargo, el presidente Uribe destacó que su gobierno había eliminado a los grupos paramilitares gracias al Plan Colombia en la caliente Cumbre de Rio. Pero varias organizaciones de Derechos Humanos de su país denunciaron que los integrantes de las organizaciones paramilitares ocupan puestos claves en el gobierno o alguna banca en el Congreso colombiano y que otros de sus integrantes mantienen sus actividades clandestinas y son conocidos como las Aguilas Negras.
Colombia esta fracturada y no es una novedad para nadie, un treinta por ciento del territorio esta en poder de las FARC y el ELN, otro tanto está en manos de los grupos paramilitares y el Estado tiene el control del resto.
Ante estas circunstancias la guerra interna colombiana esta lejos de terminar, por el contrario, el gobierno central aumentó sus ataques contra los grupos irregulares lo que aleja aun mas la posibilidad de una tregua para alcanzar la deseada paz.

Estados Unidos vs Venezuela, el verdadero enfrentamiento regional.

Venezuela no es un espectador más en este tenso escenario regional, de hecho su participación en el conflicto Bogotá-Quito cobró demasiada importancia.
Cabe recordar, que el gobierno de Chávez buscó por todos los medios un plan pacificador para Colombia, que permitiera resolver las diferencias entre la gestión de Uribe y los conducidos por Manuel Marulanda, jefe de las FARC.
Chávez se colocó el traje de mediador y garante de paz, la antítesis de su homólogo George Bush, quién alentó siempre la violencia en Sudamérica. Pero después del ataque del ejército colombiano, con el apoyo de EEUU, el venezolano se sumó a los reclamos de Ecuador y envió a sus tropas a la frontera con Colombia dejando a la región al paso de una guerra.
Claro que no es la primera vez que el Departamento de Estado de EEUU se entromete en cuestiones regionales. El presidente Evo Morales, un incondicional de Chávez, denunció reiteradamente los ataques perpetrados a su gestión desde la Casa Blanca y que lo colocaron al borde del precipicio.
¿Pero que tiene que ver Chávez y Bush con el enfrentamiento que mantienen Colombia y Ecuador? Bueno uno podría decir que absolutamente nada si no conociera los últimos diez años que vivió la región. Pero tanto el bolivariano como su homólogo del norte saben que en este conflicto se juegan mucho y muchos de sus proyectos para el resto de América Latina.
Chávez sabe que su rival es Estados Unidos y no Colombia. Recordemos que el venezolano a diferencia de su par Cubano, Fidel Castro, sólo ha mantenido cruces verbales contra el imperio. Castro sufrió en carne propia las embestidas del norte y eso lo ha llevado a convertirse en un líder anti-imperialista indiscutido, rol que desea ocupar el bolivariano.
Si bien es cierto que Chávez apoyó un proceso de paz en Colombia, un posible conflicto bélico entre Colombia y Ecuador le significaría al venezolano concretar una de sus metas: enfrentar a Estados Unidos.
Pero la guerra es la mejor carta que juega Bush para terminar con sus enemigos y ampliar sus redes imperialistas. Una guerra desestabilizaría a todo el continente y le permitiría a la Casa Blanca eliminar a sus adversarios ideológicos en Sudamérica, entre ellos Chávez, Evo Morales, Rafael Correa y Daniel Ortega.
“La situación tanto en América del Sur como en el mundo es inestable, está en rápida mutación y no se puede prever cómo será la evolución de la crisis colombiana” dice en otro pasaje del reportaje publicado por Clarín, Luis Alberto Moniz Bandeira. ¿Alguien puede tener dudas al respecto?

Por Juan Mansilla.

martes, marzo 11, 2008

VERDADES SOBRE COLOMBIA



Se calla en siete idiomas, cien dialectos, novecientos silencios la gran prensa de uniforme caqui.
Nos quiere hacer creer que en la computadora portátil de Raúl Reyes -una de las tres 'que quedaron intactas' después de un bombardeo que mató a 22 personas y defolió 800 metros cuadrados de selva tupida- figuraban 'las próximas citas clandestinas' (sic) con Hugo Chávez, el 'agradecimiento' por 'los 300 millones de dólares recibidos de Chávez' (sic) y la 'posible compra de 50 kilos de uranio enriquecido' (sic). Esa gran prensa es estúpida y cree que todos somos estúpidos. Y la verdad es que la ignorancia y la desinformación producen miríadas de estúpidos creyéndose lo que leen, escuchan y ven. Pero no se puede estupidizar a todo un pueblo y menos a un continente entero.
La gran prensa latinoamericana y la prensa peruana en particular no les dicen a sus lectores algunas verdades de a puño.
No les dicen, por ejemplo, que el operativo en Sucum­bíos, Ecuador, fue un diseño de los asesores militares israelíes que actúan junto a los norteamericanos detrás de la inteligencia colombiana. El vínculo entre el Mossad y Colombia empezó con el agente israelí Yair Klein, entrenador de las primeras fuerzas paramilitares colombianas en el Magdalena Medio. Klein llegó a entrenar a los hermanos Fidel y Carlos Castaño y a Eduardo Rueda Rocha, uno de los ­asesinos del candidato Luis Carlos Galán. Ahora Klein está detenido en Moscú por una orden de Interpol. El gobierno de Colombia no hace muchos esfuerzos por extraditarlo, a pesar de una orden dictada al respecto por un tribunal de Manizales.
No les dice a sus lectores la gran prensa que esta provocación colombiana tiene como telón de fondo el intento de ­Uribe de reelegirse, contando como cuenta con el apoyo de la extrema derecha colombiana y del Estado terrorista que preside George Bush. Por eso es que incluir a Chávez 'en los hallazgos de la computadora de Reyes' era imprescindible. Por eso es que evitar cualquier otra liberación coordinada por Chávez era un imperativo (y la liberación de Ingrid Betauncourt ya se insinuaba como posible después de las coordinaciones entre Sarkozy y Chávez). Matando al segundo de las FARC se daba un paso de gigante en el bloqueo de cualquier salida política o diplomática del conflicto y se ponía un punto final sanguinario a cualquier otra mediación de Chávez.
Tampoco les dice la gran prensa a sus desavisados oyentes y televidentes que el hecho de que la OEA no haya condenado la agresión colombiana es una de las peores vergüenzas de la historia de esta región. Hemos vuelto a la época en que la OEA era, como en 1960, la toallita higiénica superabsorbente de la Casa Blanca (y de su mequetrefe preferido, en este caso el señor Uribe).
Tampoco se puede leer en ­esa prensa que el operativo terrestre de Colombia estuvo destinado no sólo a llevarse los dos cadáveres que eran el botín principal -el de Reyes y el del guerrillero y cantautor de la emisora de las FARC Julián Conrado- sino a rematar a algunos heridos. Lo demuestra el hecho de que seis de ­esos cadáveres aparecieron ­apilados en una esquina del campamento y cuatro de ellos, por lo menos, tenían disparos en la espalda.
Y no se leerá en esas hojas surgidas del consenso conservador guerrerista, que está probado que no hubo combate ni persecución -tal como señaló el ministro de Defensa colombiano- y que sí, en cambio, está comprobado que el territorio ecuatoriano fue violado por segunda vez en la madrugada del 2 de marzo, cuando un comando de la Fuerza Aérea Colombiana, premunido de visores infrarrojos, sacó en helicópteros a todos los soldados que habían participado en el exterminio del frente 48 de las FARC.
También está probado que la incursión aérea penetró diez kilómetros en tierra ­ecuatoriana, dado que el ataque vino del sur -tal como no dijo el ministro de Defensa colombiano-. Eso lo prueban las marcas en la copiosa vegetación, la forma de los cráteres de las cuatro bombas lanzadas por la aviación colombiana y las marcas de fuego aéreo de metralla en los muchos árboles que ocultaban el campamento.
Colombia ha acusado al ­Ecuador, bajo el paraguas de la impunidad puesto por Bush, 'de complicidad con las FARC'. Nada más irresponsable. Ecuador ha destruido, a lo largo de los últimos años, diecisiete bases de la guerrilla colombiana en territorio ecuatoriano y se prestó inclusive para la operación de captura de Simón Trinidad, el llamado canciller de las FARC, hecho ocurrido en pleno Quito y con la colaboración de agentes de la CIA. Como se recuerda, el gobierno títere de Colombia permitió que Trinidad fuese llevado por agentes de la CIA a los Estados Unidos, donde purga una condena de 60 años de cárcel.
No sólo eso: durante el régimen de Alfredo Palacios, la inteligencia colombiana, autorizada por el ejército del ­Ecuador, capturó a una decena de guerrilleros de las FARC que estaban internados en una clínica en Quito. Y es más: a pesar de las venenosas fumigaciones realizadas por Colombia en amplias zonas fronterizas con Ecuador -descocalización pagada por los Estados Unidos para Colombia pero que el viento convertía en binacional-, la diplomacia de Quito trató el asunto con ­una serenidad tan profesional como poco eficaz (Colombia continuó con sus vuelos tóxicos hasta que la experiencia empezó a desaconsejarlos).
Colombia es un peón de los Estados Unidos. Uribe quiere reelegirse. Estados Unidos aspira a un conflicto regional que termine con Chávez y, si se puede, con Correa. Uribe debe destruir cualquier salida pacífica al endémico problema de una izquierda que se fue al monte porque en las ciudades, sencillamente, la asesinaban. Y como si todo esto fuera poco, el 31 de diciembre de este año termina el acuerdo que le permite al gobierno estadounidense tener una base militar en Manta, Ecuador. Correa ya ha dicho que ese acuerdo no será prorrogado. Algunas azafatas de la prensa peruana ya han dicho que Tumbes podría reemplazar a Manta, pero si se mira el mapa se verá por qué Manta importa tanto para el llamado Plan Colombia, un diseño abiertamente militarista que sólo ahora empezamos a conocer en la peor de sus vertientes.


Autor: César Hildebrandt, nació en Lima el 7 de agosto de 1948. Es uno de los periodistas más influyentes y reconocidos de Perú

domingo, marzo 09, 2008

Día Internacional de la Mujer: Chile tiene qué celebrar



Que una mujer asumiera por primera vez la primera magistratura del país, fue motivo de celebración para la mayoría de las chilenas. Hoy, a 2 años de su mandato, la médico pediatra Michelle Bachelet, consecuente con sus principios y solidaria con su género, devolvió la mano a sus votantes con una serie de avances en políticas públicas orientadas precisamente a las mujeres, compromisos que formaban parte de su programa de gobierno y que hoy hacen sonreír a miles de compañeras. No en vano, para conmemorar el 8 de marzo el Servicio Nacional de la Mujer creo el slogan “Chile tiene qué celebrar”
En nuestro país, la primera vez que se conmemoró esta fecha fue en 1936 por parte del Movimiento Pro-Emancipación de la Mujer Chilena (MEMCH), sumándose a otros movimientos internacionales surgidos a comienzos del siglo XX en Estados Unidos y Europa, que protestaban por la desigualdad salarial, el derecho a sufragio femenino y contra la esclavitud sexual.
Un siglo pasó ya de aquel entonces y, a pesar de las grandes conquistas femeninas como el derecho al voto, el acceso a la educación, y participación en la vida pública, aún persisten las desigualdades entre hombres y mujeres. Aún así, consciente de esta situación, a la hora del análisis del caso chileno los avances de la denominada, Agenda Mujer, nos dejan ver el vaso más lleno que vacío.

VASOS VACIOS

Sin embargo, las brechas entre géneros se visualizan fundamentalmente en la discriminación laboral y en la participación política. Las mujeres ganan 35% menos que los varones por igual trabajo y un 56% menos si se trata de mujeres profesionales con títulos de Post-grado. Ellas son discriminadas por la maternidad, castigadas por las Isapres con relación a los varones, muchas veces realizan trabajos en condiciones más precarias o que permanecen ocultos. Tienen difícil acceso a cargos de jefatura y poder político, y un número de ellas sufre violencia doméstica y sexual.
Los 62 femicidios registrados durante el 2007, hicieron que el país abriera los ojos frente a un tema que traspasa las distintas clases sociales. Se enciende luz de alerta sobre una situación que no es privativa de Chile, pero que había estado escondida por años debido a la óptica machista de una sociedad que valida que el hombre ejerza dominio sobre la mujer; lo que manifiesta tanto en lo público como en lo privado.

VASOS LLENOS

Así y todo, la Presidenta Bachelet nombró un gabinete paritario con igual cantidad de ministros y ministras, como señal de un gobierno en pro de la equidad entre hombres y mujeres tras su asunción.
Con el convencimiento de que no hay equidad social, sin equidad de género, Bachelet lanzó una serie de políticas sectoriales para acabar con las desigualdades existentes.
En lo referente a la protección social, el 60% de las personas beneficiadas por la Reforma Previsional son mujeres. A partir del 2009, recibirán pensión las dueñas de casa y todas aquellas que se jubilen recibirán un bono por cada hijo.

Para garantizar el cuidado de estos últimos, el Estado chileno creó 1.700 salas cuna, y hay 30.500 trabajadoras beneficiadas con la extensión horaria de los jardines infantiles dependientes del área pública.

En materia de salud, en tanto, la puesta en marcha del programa: “Chile Crece Contigo”, la gestión oficial benefició a más de 68 mil embarazadas, otorgando atención médica integral madre-hijo. Además, se agregaron al Plan AUGE la analgesia en el parto, el cáncer de mama y cérvico uterino, la depresión y salud dental.
En el plano laboral, el año pasado 3 de cada 4 nuevos empleos creados fueron para mujeres y la participación laboral femenina llegó al 40,3%. De acuerdo a las encuestas del Casen 2006, 1.866.673 hogares son encabezados por una mujer, ello constituye el 35,1%. Por esta razón, el gobierno impulsó, a través del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) y Fundación Para la Promoción y Desarrollo de la Mujer (PRODEMU), en convenio con otros servicios públicos y municipios, programas para las jefas de hogar orientados a la capacitación y a su ingreso al mundo laboral.
También en este ámbito, todos los ministerios y en numerosos servicios públicos se está aplicando un Código de Buenas Prácticas Laborales. Asimismo, se legisló para que todas las trabajadoras tengan el derecho a alimentar a sus hijos e hijas menores de 2 años en horario laboral.
Las condiciones de igualdad de las mujeres se reflejaron también en el acceso a subsidios para la regularización de títulos de dominio y en la propiedad de bienes inmuebles: 6 de cada 10 subsidios habitacionales otorgados los últimos dos años fueron para mujeres.

FAMILIA Y PREVENCION DE VIOLENCIA

Sin dudas, el principal avance en materia de prevención de violencia intra-familiar fue crear una red de casas para mujeres en riesgo vital por maltrato, hogares que este año llegarán a veinticinco.
Se capacitó a las policías y se creó la línea telefónica gratuita “149” para denunciar casos de violencia con reserva de identidad
En las leyes sobre familia que afectan principalmente a las mujeres, es ley el derecho a cobro automático de asignación familiar, la agilización del cobro de pensión de alimentos y la eliminación del llamado impuesto al divorcio.
Con estos logros a su haber, el Gobierno tal como lo anunció a través del Servicio Nacional de la Mujer, se apresta a asumir los desafíos restantes del programa de la Presidenta Bachelet: legislar para potenciar la participación política de las mujeres en cargos de elección popular; sacar adelante durante el primer semestre el proyecto de ley que elimina la brecha salarial entre mujeres y hombres, y diseñar, junto con los ministerios de Salud y Educación, un plan nacional de prevención de embarazo adolescente, situación que hoy día es el punto de partida para muchas situaciones de profunda desigualdad social y económica para las mujeres.
No obstante, el segundo tiempo augura que las más duras batallas se darán en el Congreso con el proyecto de ley que elimina la brecha salarial y el proyecto de Ley de Cuotas, que facilita la participación femenina en cargos de representación política, cuya presentación tuvo dos intentos fallidos. “Este no es un tema de feminismo o de reivindicaciones laborales, es un tema de justicia”, ha dicho la Presidenta.
¿Qué opinarán las chilenas al respecto? Un sondeo realizado por la Unversidad de Chile y la Corporación Humanas, indica que dos tercios de las mujeres tienen altas expectativas de ganar más derechos durante el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet. Y, ocho de cada diez apoyan que se establezcan leyes que aseguren la presencia femenina en el Congreso, la Corte Suprema, las gerencias de las empresas públicas, los ministerios, intendencias y gobernaciones, y en las Fuerzas Armadas y Carabineros.
Todo apunta a que no basta con otorgar igualdad de derecho a las mujeres, sino garantizar que puedan ejercerlo y en este punto el vaso está a medio llenar, pero queda claro que en Chile las mujeres tenemos razones de sobra para celebrar el terreno conquistado.
Vanessa Salazar
La autora es Periodista y trabaja en la Fundación PRODEMU, Valparaíso, Chile.