domingo, junio 29, 2008

Pobreza: una materia pendiente para los gobiernos latinoamericanos


Muchas veces los ciudadanos comunes cometemos el error de asociar al crecimiento económico con una disminución progresiva de la pobreza. La lógica nos indica que debiera ser así, pero la realidad demuestra lo contrario y América Latina no es la excepción en este punto. En los últimos diez años, el producto bruto interno regional aumentó -algunos países superaron el seis por ciento de crecimiento anual- de manera ininterrumpida. Sin embargo, diez millones de latinoamericanos se sumaron a la lista de pobres e indigentes en los últimos seis meses.
Primera pregunta ¿por qué los gobiernos de la región no disminuyeron las tasas de pobreza si sus bancos centrales aumentaron sus reservas gracias al contexto internacional favorable para América Latina?
No cabe dudas que la reciente crisis de los alimentos alteró los datos de pobreza e indigencia repentinamente y se convirtió en una de las principales causas por las que millones de latinoamericanos se convirtieron en pobres en este primer semestre del año.
Los datos que publicó la Organización de Naciones Unidas refuerza esa hipótesis. Según la ONU, el aumento de precios de los alimentos fue del 68 %. Este incremento empujó a doscientos millones de personas a la pobreza en todo el mundo. En América Latina, en tanto, la suba de los productos comestibles rondó el 15 %, provocando 10 millones de pobres.
En la cumbre de la FAO, que se realizó en Roma, los jefes de estado de nuestro bloque acusaron directamente a los costos de los alimentos - provocado, entre otras cuestiones, por el alto precio del petróleo, la producción de biocombustibles, las especulaciones financieras, la demanda de alimentos de China e India- por este nuevo escenario mundial y responsabilizaron, de paso, a los países industrializados de fomentar la pobreza en la región por la aplicación de políticas proteccionistas y migratorias en Europa y Estados Unidos, principalmente.
En esa reunión internacional, el brasileño Lula da Silva, la argentina Cristina Fernández y el venezolano Hugo Chávez cuestionaron las medidas económicas puestas en marcha por el viejo continente y Norteamérica, pero no realizaron una autocritica exhaustiva sobre las ineficaces políticas, que sus respectivos gobiernos implementaron, para combatir la pobreza.
Primera Conclusión entonces: el elevado precio de los alimentos impactó sobre la pobreza, pero no fue la única causa del aumento de esta última en la región.

Crecimiento económico y desigualdad social.

Segunda pregunta: ¿Qué otro factor, además del aumento de los alimentos, motivó los últimos datos sobre pobreza e indigencia que avergüenzan a gran parte de los latinoamericanos?
La cada vez más distante brecha entre ricos y pobres sigue siendo materia pendiente para la mayoría de los actuales gobiernos de la región – muchos de los cuales prometieron liquidar ni bien asumieran sus responsabilidades- y otra de las consecuencias del incremento de la pobreza en Latinoamérica y el Caribe.
La pobreza e indigencia no es un tema nuevo para la región. Al contrario, nos tendríamos que retrotraer a los procesos dictatoriales de los años setenta y el neoliberal de la década de los noventa para explicar la agudización de la inequidad social y el crecimiento de la pobreza instalado desde la colonización del continente.
Estos dos momentos históricos (70/90) implicaron la desindustrialización, desalarización, desobrerización, desciudadanización, descampesinización, y enajenación de los recursos energéticos y servicios públicos básicos de la región, según denunció un estudio del programa CLASCO –CROP sobre pobreza en América Latina y el Caribe. Es decir, la concentración de la riqueza y el aumento de la pobreza para ser más claros.
En los primeros años del siglo XXI, el 44 % de la población regional (esto es, más de 220 millones de personas) vivía en condiciones de pobreza, mientras que más del 19 % de la población (casi 100 millones de personas) vivía en condiciones de pobreza extrema o indigencia.
Las políticas neoliberales aplicadas en aquellas oportunidades y responsables de millones de desocupados y millones de pobres llegaron a su final. Los gobiernos de la región abandonaron los consejos de la Casa Blanca y aplicaron políticas económicas más progresistas.
El Estado volvió a recuperar su rol y espacio en los recursos estratégicos en los últimos años. Brasil está a las puertas del primer mundo gracias a su industria y Venezuela recuperó el control de su petróleo por citar algunos ejemplos. Los recursos energéticos y alimentarios de estos países fueron claves para el crecimiento sostenido de los últimos años.
Sin embargo, la bonanza económica no se tradujo simultáneamente en una disminución de la pobreza sino que la distancia entre ricos y pobres sigue siendo abismal.
Bernardo Kliksberg, principal asesor de la ONU para la región, sostiene que la ausencia de políticas redistributivas claras y eficaces condena a América Latina como el bloque más desigual del planeta.
“Algo funciona mal- explica el economista con más de 47 libros publicados- si 10 millones de chicos actualmente en el mundo mueren por causas evitables y ligadas centralmente a la pobreza. Esto significa –según los cálculos de la ONU- un niño cada tres segundos. Son tres millones los que mueren por neumonía durante el primer mes de vida y que se podría evitar con antibióticos que salen 0,37 centavos de dólar”.
Este cuadro macabro y casi incomprensible, más en una región rica en alimentos y recursos energéticos, se debe a la falta de agua potable, hacinamiento y atención médica primaria en las zonas más marginales del continente. La ausencia de estos recursos deja en evidencia que las divisas propiciadas por las exportaciones de materia prima al exterior siguen concentrándose en pocas manos y no se distribuye en los sectores pobres.
Conclusión final: los economistas heterodoxos sostienen que la solución de la pobreza sería el crecimiento económico, en este sentido los gobernantes latinoamericanos parecen haberse encaminado, esta claro, también, que la redistribución de la riqueza haría el resto. Sólo que para este paso se requiere voluntad y decisión política.




Juan Mansilla.

martes, junio 24, 2008

Reflexiones de Fidel Castro: La verdad y las diatribas

Se conoce que en los países industrializados y ricos las personas invierten en alimentos, como promedio, alrededor del 25 por ciento de sus ingresos. Los que pertenecen a los pueblos que fueron mantenidos por aquellos en el subdesarrollo económico, requieren para este fin hasta el 80 por ciento de sus ingresos. Muchos pasan hambre física y sufren enormes diferencias sociales. Las tasas de desempleo son, como norma, dos o tres veces mayores; la mortalidad infantil se expresa en proporciones todavía más altas, y la perspectiva de vida se reduce hasta dos tercios de la que disfrutan aquellos. El sistema es sencillamente genocida.
En la reflexión que escribí hace tres días, dije: "Nuestro país ha demostrado que puede resistir a todas las presiones y ayudar a otros pueblos." ¿Puede Europa afirmar lo mismo?
En el informe publicado por la UNESCO ayer 20 de junio, se afirma que Cuba, entre todos los países de América Latina, ocupa el primer lugar tanto en matemáticas y lectura de tercer grado, como en matemáticas y ciencias de sexto grado, entre más de 200 mil niños de 16 países examinados a lo largo de dos años, con más de 100 puntos por encima de la media regional. Es la segunda vez que la UNESCO otorga ese reconocimiento a nuestra patria.
Se comprenderá que ningún país donde los derechos humanos sean sistemáticamente violados alcanzaría tan elevados niveles de conocimiento.
¿Por qué se bloquea a Cuba durante 50 años?
¿Por qué se le calumnia?
¿Por qué se le obstaculiza todo acceso a la información técnica y científica?
¿Por qué se le quiere conducir a un sistema económico y social insostenible, que no ofrece solución alguna a los problemas de la humanidad?
Por algo millones de ciudadanos bolivianos, ecuatorianos, uruguayos, argentinos, brasileños, centroamericanos y otros de América Latina han emigrado a Europa, de donde ahora podrían ser brutalmente devueltos a sus países de origen si no cumplen todos los requisitos que la nueva ley antiinmigrante exige.
Lo que es peor: una cifra varias veces mayor de ciudadanos de México, Centro y Suramérica han emigrado a Estados Unidos cruzando fronteras, muros y mares, sin documentación alguna ni Ley de Ajuste que los privilegie y estimule a emigrar, y de los cuales mueren más de 500 cada año. Adicionalmente, miles perecen cada año en México y Centroamérica, víctimas del crimen organizado, en la disputa por el mercado de drogas de Estados Unidos, cuyo consumo las más altas autoridades de ese país no son capaces ni quieren combatir.
El subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos declaró que el tráfico de personas es el segundo rubro ilegal más lucrativo. Cuando se trata de cubanos, las ganancias son comparables a las del narcotráfico: "Cobran hasta 10 000 dólares por individuo."
El dinero procede de Estados Unidos. Pienso que México no puede convertirse en paraíso del tráfico de inmigrantes, cuando hasta los propios guardacostas norteamericanos interceptan y devuelven los que son capturados en el mar.
México no está obligado a permitir que le impongan una versión de la política de pies secos y pies mojados.
En Cuba no existe el crimen organizado ni la impunidad para el tráfico de drogas. Lo ha combatido con eficacia sin ensangrentar la nación. Solo por cinismo el gobierno de Estados Unidos no lo reconoce.
No escribí ninguna diatriba contra Europa, dije sencillamente la verdad. Si esta ofende, no es mi culpa.
Por ahorrar espacio, en la reflexión de ayer no mencioné siquiera la exportación de armas, los gastos militares y las aventuras bélicas de la OTAN, a las que se añaden los vuelos secretos y la complicidad de Europa con las torturas del gobierno de Estados Unidos.
Ignoro si alguien fue arrestado en cualquier punto del país por violar alguna ley. Nada tiene que ver con la reflexión que solicité se divulgara sólo por Cubadebate. Relacionar ambas cosas es arbitrario. Utilizaré ese sitio en Internet al ritmo que considere pertinente. No abusaré de la paciencia de nadie. No cobro un centavo, mi trabajo es gratuito.
No soy ni seré nunca jefe de fracción o grupo. Nopuede deducirse, por tanto, que haya pugnas dentro del Partido. Escribo porque sigo luchando, y lo hago en nombre de las convicciones que defendí toda mi vida.
Fuente: Diario Granma.

martes, junio 17, 2008

El ideario del Che: En defensa de una distribución equitativa


Introducir el pensamiento del Che en un estudio específico, como lo es el de la distribución, constituye una de las contribuciones de este marxista a la Construcción del Socialismo. Este proceso él lo pensaba como tridimensional, donde se complementaban: lo económico, la conciencia y lo social. El valor de la comprensión de esta característica de su pensamiento radica en evitar el peligro de la absolutización de un elemento en detrimento de otro.
En materia de distribución, se destaca en la conformación de un sistema salarial, la conjugación de los estímulos materiales junto a los morales. Su pasión por el acceso a la equidad en cuanto al empleo; la electrificación y la industrialización; el alcance de niveles culturales a tono con la creación de la base técnico- material del socialismo; y el papel que ejercen la combinación acertada de los estímulos materiales y morales para que el trabajo constituya un deber social, son elementos que caracterizan su obra en beneficio de este sistema.
El Che como continuador de las ideas marxistas leninistas, parte de sus postulados para estudiar la distribución en las condiciones de la Construcción del Socialismo en Cuba, lo que conduce a este marxista a realizar su análisis a partir de una economía subdesarrollada, que lo distingue de los teóricos que le anteceden en la historia de la humanidad, por lo que su pensamiento, constituye un punto de continuidad y ruptura en la forma de asumir y organizar las relaciones de producción socialistas.
Al realizar un análisis crítico acerca de la teoría de la distribución en la construcción del socialismo, expone la necesidad de la creación de una conciencia social en el tránsito de la humanidad del capitalismo al socialismo y su papel como arma ideológica, en la formación de los valores que la nueva sociedad que se gesta, necesita.
También esbozó diferentes ideas relacionadas con el principio de distribución socialista; “De cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo” y destaca como uno de sus aportes en esta teoría el papel que juegan las normas, la organización y planificación de la producción y el trabajo voluntario en el fomento de la creación de una nueva actitud ante el mismo.
El hombre nuevo en Che, es concebido no como una individualidad, sino como una fuerza social capaz de impulsar el desarrollo humano. Su pensamiento humanista sobrepasa los límites del egoísmo burgués, es exponente de una mejor redistribución del producto social y la necesidad de producir más como una de las tareas necesarias de la revolución.
La preocupación por el acceso al estudio, a la educación, a los servicios de la salud y a la protección de la población, formó parte de la estrategia que puso en práctica en un país, que como el suyo y América Latina toda, sigue su ejemplo para enarbolar las ideas del socialismo.
Los imperativos de la justicia social, la equidad y la solidaridad, en materia de distribución, constituyen premisas en el ideario del Che, que dejaron para siempre un legado histórico en la revolución cubana y en el mundo. Sus ideas, principios y valores, no mueren sino que renacen en defensa de la construcción del socialismo.

Por Lic. Olga Lourdes Vila Pérez.
Escuela Provincial del Partido en Cienfuegos.

Cultura: la última Zamba de mi esperanza



Hundido, en horizontes, soy polvadera que al viento va. Zamba, ya no me dejes, yo sin tu canto no vivo más… eran algunos de los versos que entonaba don Jorge Cafrune, casi premonitoriamente, aquella emotiva luna del festival de Cosquín del año 1978. Esa noche, durante la velada, los concurrentes le habían pedido a gritos el tema, que permanecía prohibido por las autoridades de la infame dictadura militar vigente en esos años. “Aunque no está en el repertorio autorizado, si mi pueblo me la pide, la voy a cantar”, anunció Cafrune, y comenzó a rasguear el acorde mayor que daría entrada a una de las canciones más tradicionales del folclore argentino, la Zamba de mi esperanza. Por minutos la corearon todos, entre llanto y sentimiento. Una noche especial, que devino en única, para Cafrune, para el público de Cosquín y para todos los que sintieron de alguna manera la represión militar de aquellos oscuros tiempos de la historia argentina.
Cincuenta años antes de este emotivo momento, en la finca "La Matilde" de El Sunchal, Perico del Carmen, Jujuy, nacía Jorge Antonio Cafrune. De chango nomás comenzó a progresar con sus clases de guitarra, y una vez adentrado en su juventud empezó a cautivarse por el canto sentido de la vida en el pago, del gaucho, del peón y del paisaje humano del interior, el que terminaría adueñándose casi sin piedad de su futuro repertorio. Publicó numerosos discos e interpretó temas de célebres autores como Jaime Dávalos, Eduardo Falú, Argentino Luna y, por supuesto, como no podia ser de otra manera, del legendario Atahualpa Yupanki, el gran poeta y vocero del canto de la peonada en el folclore argentino.
A fines de la década del sesenta, poco después de haber descubierto y apoyado a José Larralde en el inicio de su carrera, Cafrune viajó a España, donde obtuvo importante éxito y permaneció por varios años, hasta que en 1977 la muerte de su padre lo retornó a la Argentina. El dilema del exilio se hizo carne en esos tiempos, por los duros momentos que atravesaba el país. Sin embargo, el cantor, comprometido con su tierra, eligió quedarse en el pago entre prohibiciones y amenazas. Un año después Cosquín lo verá despedirse del gran escenario en aquella luna de 1978, entonando con la patria en la garganta las estrofas de la Zamba de mi esperanza.
Lamentablemente, días mas tarde, en la madrugada del 31 de enero de 1978, Cafrune serìa víctima de un supuesto choque nunca esclarecido en la ruta, cuando cabalgaba hacia Yapeyú en un homenaje que le ofrecía al general don José de San Martín. Jamás se pudo saber con exactitud lo acontecido en aquel extraño accidente, pero la hipótesis de un atentado político emerge como la más probable y atroz explicación. Fallecería allí un hombre amado por su gente, cantor del pueblo, el hombre que no se refugió en el exilio a pesar de tantas amenazas, quien optó por seguir cantando su verdad en su tierra, donde sintió que más lo necesitaban.

Por Alejandro Orlando.

lunes, junio 16, 2008

Redistribución de la riqueza: la puja entre el gobierno y el campo


La creación del fondo de redistribución social del gobierno de Cristina Fernández logró cambiar –por lo menos en gran medida- la esencia de la disputa que mantiene la Casa Rosada con el sector agropecuario por las retenciones móviles.
Los presidentes de las cuatro entidades rurales (CRA, CONINAGRO, FAA, SRA) no tuvieron más remedio que avalar- algunos con ganas y otros no tanto- por unanimidad el destino que el gobierno le dará a los casi 2100 millones de dólares provenientes del aumento al régimen de retenciones: construcción de hospitales públicos, mejoramientos de caminos rurales y edificación de viviendas populares.
La pelea entre el gobierno y el campo, que lleva noventa y seis días sin solución, arrancó después que el gobierno decretara en el mes de marzo el cambio de régimen de retenciones a la soja. La quita a la exportación de la oleaginosa pasó desde ese entonces de un treinta y cinco por ciento a un porcentaje móvil, atado al precio de los granos en los mercados internacionales.
Los ruralistas repudiaron aquella medida y comenzaron con la huelga. Los dirigentes del campo acusaron a la administración central de querer engrosar la caja central con los nuevos fondos y pidieron, además, diferenciar al pequeño- mediano de los grandes productores, la apertura de los envíos de trigo al exterior y un plan a largo plazo para las economías regionales –hoy afectadas seriamente por la duración del conflicto-.
El gobierno esgrimió que la suba de las retenciones se debió, en un primer momento, para frenar el alza de precios de los alimentos en el mercado interno. Y, más adelante, tomó la iniciativa unilateral para dar respuesta a las demandas del campo. Entre otras cuestiones, el Ministerio de Economía implementó un sistema de reintegros para los pequeños productores, abrió la exportación de trigo y carne como exigían las entidades rurales y,actualmente, analiza nuevas medidas para reforzar las economías regionales.
Esta actitud le permitió a la presidenta tomar un poco de respiro en medio del prolongado conflicto que paralizó por completo al país y para dar el golpe final: el anuncio del fondo de redistribución social.
Sin embargo, el efecto mediático del anuncio duró poco ya que los agropecuarios y otros sectores comenzaron a sospechar sobre el verdadero curso que el gobierno le dará a la renta extraordinaria y prosiguieron con la protesta.
Según la definición del diccionario de la Real Academia, redistribución significa acción o efecto de redistribuir algún bien. ¿Cumplirá el gobierno argentino con esta definición? ¿La presidenta asumió el compromiso de redistribuir la renta entre los sectores más marginales de la sociedad argentina como parece mostrar el oficialismo? O ¿Sólo se trató de una promesa para no ceder frente al reclamo agropecuario como dicen los ruralistas?
En verdad, el gobierno no cuenta con antecedentes que lo ayuden demasiado en este nuevo proceso que inauguró hace una semana atrás. Durante el período 2004-2005, el presidente Néstor Kirchner anunció la construcción de 320 mil viviendas vía dos planes federales, pero cumplido el plazo de ejecución y hasta la asunción de Cristina Fernández sólo se habían entregado 74.500 casas populares, es decir, un 25 por ciento de lo pautado. En esa misma etapa, el gobierno K prometió el envío de cinco millones de dólares para perfeccionar hospitales de la provincia de Tucumán, los desembolsos jamás llegaron a destino y los centros hospitalarios continúan brindando servicios en precarias condiciones en la actualidad.


Cifras mentirosas: pobreza, mortalidad infantil y tren bala.

Por otra parte, el panorama argentino es preocupante, la iglesia y otros organismos no gubernamentales alertaron a las autoridades nacionales sobre el avance de la pobreza e indigencia en varios puntos del país y una fuerte concentración de la riqueza en todo el territorio nacional.
El gobierno negó esta realidad que denuncian el clero y varias ONG. Las estadísticas oficiales son un claro ejemplo de ello. Para el INDEC, la indigencia cayó 1,7 % en abril último, la inflación de mayo fue del 0,6 %, los alimentos sólo subieron un 0,1 %, los salarios treparon en un 2.5 % y la canasta básica cayó 1,1 %. Las empresas privadas, en tanto, indicaron que la inflación rondó entre 1,2 y 1,5 %.
Los datos oficiales parecen ir en contramano del nuevo papel que el gobierno amenaza con jugar en un escenario internacional favorable para sus finanzas. Según la ONU y el Banco Mundial, Argentina, Brasil e India serían los mas beneficiados debido a la crisis alimentaria.
El Estado necesita datos confiables para atacar la inflación, principal causa de la pobreza, y poder así útilizar mejor los fondos extraordinarios para los sectores más necesitados.
La semana pasada, el diario Crítica de la Argentina reveló como se manipulaban las cifras de mortalidad infantil en la provincia de Tucumán, una aliada al gobierno. La administración Fernández había calificado unos meses atrás de ejemplar la gestión del gobernador José Alperovich contra la mortalidad infantil. La investigación del matutino, por el contrario, denunció que cientos de bebés cuyo peso era inferior a los 500 gramos y que habiendo nacido vivos, eran registrados como defunciones fetales. Esa fue, según el diario, la principal causa de la baja de muertes de bebés y no una mejor calidad de vida de los tucumanos como decían las autoridades locales.
El drama de la mortalidad infantil en varias provincias del norte argentino se mezcla con la construcción de un tren de alta velocidad.
El tren bala le costará al Estado unos 4500 millones de dólares de reservas nacionales y el servicio será utilizado sólo por un selecto grupo de argentinos ya que el costo del pasaje se estima que rondará los 500 pesos. Los fondos utilizados para esta mega-obra podrían ser utilizados para agua potable, cloacas y otros servicios fundamentales para la calidad de vida de miles de hombres.
Proyecto sur, conducido por el cineasta y escritor Pino Solanas, denunció que la obra no es viable para el país y que con la mitad de ese presupuestos se restablecería gran parte de la red ferroviaria nacional, comunicando varios pueblos fantasmas con los grandes centros urbanos y con un boleto accesible para toda la sociedad argentina.
La redistribución de la riqueza es necesaria para terminar con las injusticias sociales en el país de los alimentos, pero ciertamente será el gobierno el que cumpla con este prometido, el tiempo será el único juez que dictamine una sentencia al respecto.


Por Juan Mansilla.

domingo, junio 08, 2008

FAO: un encuentro; pobres resultados.


Cincuenta por ciento más de alimentos deberán producir los países del planeta para combatir la hambruna que pronostican distintos organismos internacionales en los venideros años. De esta forma culminó la cumbre de la FAO (la agencia de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación) en Roma: Con un pobre comunicado y sin el compromiso de los 183 jefes de estado participantes sobre cómo combatir la suba de los alimentos, principal causa del aumento de la pobreza mundial.
Según la ONU y el Banco Mundial, la producción de materias primas para la elaboración de alimentos – maíz, trigo, soja, azúcar- tendrá que duplicarse en los próximos diez años para evitar una catástrofe humanitaria aun mayor a la de estos días, que está afectando a una veintena de países africanos y algunos estados de Centro América .
Haití y sus calles son un fiel reflejo de la cruel situación que viven sus habitantes por estas horas. Los haitianos tomaron la vía pública para clamar por alimentos. Este país, uno de los más pobres de nuestro continente, es el más castigado por la incesante subida de precios en los productos alimentarios.
Sin embargo, este y otros escenarios no fueron suficiente para que los mandatarios de los países desarrollados y en vías de desarrollo alcanzaran un acuerdo y se pusieran juntos a trabajar para combatir el alza alimenticia.
Los representantes de Estados Unidos y la Unión Europea, por ejemplo, no cedieron un centímetro a la hora de discutir los subsidios a productores agrícolas locales -ayuda que fue señalada por los tercermundistas como una de las causas de la actual crisis- y las negociaciones entraron en un pantano difícil de salir.
Desde hace tiempo, las principales economías del mundo implementan medidas económicas proteccionistas que perjudican a los productos enviados desde esta parte del océano atlántico o de otros lugares. Los subsidios aplicados a favor de los campesinos o chacareros norteamericanos u europeos le restan competitividad a sus pares latinoamericanos o de otro continente productor de alimentos.
En un mensaje del pontífice que leyó el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Tarcisio Bertone, el Papa invitó a los delegados asistentes a “globalizar la solidaridad” y no sólo los intereses económicos y comerciales. “El hambre y la desnutrición son inaceptables en un mundo que dispone de niveles de producción, recursos y conocimientos suficientes para poner fin a estos dramas y sus consecuencias”, afirmó Benedicto XVI, en un claro reto a los países desarrollados por sus políticas proteccionistas.
En la misma sintonía se expresó el presidente Lula Da Silva, uno de los discursos más esperados en la FAO. El líder carioca cuestionó los subsidios agrícolas y defendió la producción de biocombustibles, del cual su país es pionero.
Poco o nada sirvieron los discursos del jefe de la iglesia católica y la de mandatarios como "Lula" contra los subsidios agropecuarios ya que los referentes de los países ricos pegaron un nuevo portazo a las demandas expuestas y señalaron otras causas como las responsables de los alimentos caros.

¿Por qué aumentan los alimentos?

Una de las razones que esgrimen los países más ricos para contrarrestar el ataque de sus pares emergentes a las políticas proteccionistas, es la mayor demanda de alimentos en China e India, dos potencias en permanente crecimiento.
Es verdad que el alza del precio de los alimentos tiene su origen en el cambio de dieta de países grandes como China e India. Sus mayores compras en cereales y carnes, especialmente, aumentaron notablemente la demanda del mercado mundial, pero no es la única causa por la suba de precios de los bienes alimenticios.
La especulación financiera es otro de los motivos de este triste panorama mundial. Los inversores más poderosos –domiciliados en países ricos y avalados por sus propios mercados- vienen anticipando el aumento del valor de los alimentos y han decidido apostar por ellos. Esta maniobra especulativa lo único que hace es aumentar más el costo de la comida y generar más hambrientos. En los últimos años, estos grupos inversores multinacionales han invertido en lo que se llama los precios “a futuro” de los productos alimenticios, una especulación pura sobre su evolución, algo muy similar a lo que sucedió en Estados Unidos con las hipotecas.
Por otra parte, la producción de biocombustibles es responsable de la estampida de precios por más que le pese a Estados Unidos, Brasil y Europa, que promueven la producción del combustible verde para suplantar al petróleo. Varios países como Cuba, Venezuela y organizaciones defensoras del medio ambienten critican la utilización de los alimentos para la generación de energías alternativas. Este punto fue, sin dudas, uno de los más discutidos del encuentro en Roma y el que más voces divergentes sumo al debate.
La suba del petróleo y el cambio climático son, por último, dos causas más a tener en cuenta en este contexto. El valor de un barril ha superado la barrera de los 130 dólares, semejante costo influye directamente en el precio final de los productos agrarios, que precisan de maquinarias para las tareas de siembra y cosecha, las que se mueven impulsadas por el gasoil y las naftas; y el calentamiento global y los cambios diversos de clima han modificado la viabilidad de zonas agrícolas por excelencia, reduciendo más las hectáreas de tierra para producir trigo, maíz y demás materias primas.
En fin, las causas por la suba de los precios de alimentos son muchas, como señalamos; los responsables de comandar este planeta –principalmente los países ricos- se opusieron a firmar un acuerdo a la hora de coordinar políticas conjuntas para combatir el alza persistente, por esta razón, difícilmente se alcance a duplicar la producción de alimentos para reducir la pobreza, como aconsejan los organismos internacionales.

Por Juan Mansilla.