domingo, noviembre 22, 2009

Voces para la inclusión social

Voces. Niños que corren, cantan, bailan y actúan. Algunos apenas empiezan a pronunciar sus primeras palabras, otros garabatean sueños en papel. Voces que en el silencio de la villa empiezan a hacerse escuchar.

La asociación civil Voces de barro es un grupo que desde hace 4 años, mediante diversos talleres y eventos, intentan alcanzar la inclusión social de niños, adolescentes y adultos en condiciones sociales adversas. Actualmente trabajan en un galpón que funciona como centro cultural y que ellos mismos ayudaron a construir en la villa 31, además de talleres que funcionan en el barrio porteño de Balvanera y Soldati. Las tareas son muchas y como sucede en muchos proyectos similares es todo a pulmón. Sin embargo empezaron 2 y actualmente trabajan 40 voluntarios con una llegada a más de 200 personas que son beneficiadas con los talleres. Anamalia Hernadez Cruz es cubana y desde que llegó hace 2 años al proyecto no se detuvo, por esa razón destaca el crecimiento del grupo: “No sólo evolucionamos un montón sino que hay un gran grupo humano y eso es fundamental para una organización y para poder cumplir nuestros objetivos, que al principio eran chiquitos y ahora hasta donde demos, plantearse y llegar”. Rocío, de 20 años y que fue una de las primeras que empezó con el taller de apoyo escolar en casas de la villa, detalla: “Voces de barro está organizado por coordinadores de cada taller, hacen reuniones mensuales para hablar de las inquietudes y miedos y problemáticas que se presentan. Está formado por una Comisión directiva, grupo de coordinación general y los diferentes grupos de trabajo en cada lugar”. Algunos talleres son de dibujo y pintura, cuentos, plástica, cine y apoyo educativo. El taller de teatro es muy interesante y niños desde los 2 años de edad hacen pequeñas escenas de obras y juegos que plantean los coordinadores. En la villa 31 se pueden escuchar distintos idiomas en el pequeño aula donde se dicta el taller: niños hablando no sólo castellano sino también guaraní y quechua.

Resultados a la vista
“El objetivo primordial es mediante los talleres brindar la mayor cantidad de herramientas posible para gente que vive en situación de vulnerabilidad para que puedan insertarse en la vida laboral y tengan su propia manera de autovalerse” cuenta Anamalia. Y un claro ejemplo de que van por buen camino es la escuela de música de Soldati, donde adolescentes sin ningún tipo de formación pero con inquietudes artísticas, en este caso musicales formaron dos bandas. “Los Chicos habían abandonado el secundario, muchos metidos en el alcohol, deprimidos, pero tenían inquietudes por la música. Empezaron a tocar guitarra y algunos instrumentos y terminaron armando un grupo. Ya tienen presentaciones. Hay una de melódicos y de cumbia, ahora hay muchos que se quieren preparar para entrar en el conservatorio. Además se juntan a ensayar los sábados y mediante eso se generan muchas mas cosas. Muchos de ellos encontraron su vocación. Lo importante es que aprendan a comunicar lo que sientan, que quieran insertarse y tengan con que”. Además de los talleres Voces de barro presentó al Ministerio de trabajo varios cursos para la inserción laboral los cuales ya fueron aprobados y prontamente puestos en marcha en el marco del programa Jóvenes con futuro, entre ellos electrónica y serigrafía. También articulan con otros grupos del barrio como la escuelita de fútbol y el grupo de modelaje. En general los colaboradores son voluntarios y por lo tanto eso implica rotación, a pesar de haber un grupo constituido, como el caso del actor Rahul Parikh, quién estuvo un año en el país y en estos días regresa a Estados Unidos. “No quería quedarme con la visión turística de Buenos Aires ni pensar el arte como algo individual, así que cada sábado vine a ayudar al taller de teatro y aprendí mucho de los chicos y de sus realidades. El arte es transformador en todos los sentidos”.

Para más información www.vocesdebarro.blogspot.com

Por Matías Tisocco
Publicado en El Espejo de Argentina y el mundo - edición noviembre
www.elespejodeargentina.blogspot.com

jueves, noviembre 05, 2009

El Alba asume una respuesta histórica a la crisis mundial


Trascendental: en Cochabamba, con la consolidación del Sucre y un conjunto de decisiones de efectos múltiples, la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América dio un paso de gigante. Se consolida así un conjunto geopolítico que en términos económicos ocupa ya el segundo lugar en América del Sur. Pero el peso político y su proyección estratégica no guardan proporción con esa dimensión geográfico-económica y la desborda para convertirse en una referencia de alcance mundial. La Declaración final de la VIIª Cumbre del Alba se reproduce a partir de la página 40; los textos completos de los restantes documentos aprobados pueden ser hallados en www.americaxxi.com.ve.

Bajo el ojo implacable de las cámaras de televisión proyectadas al mundo, durante las jornadas del 16 y 17 de octubre pasado se reunieron en Cochabamba los mandatarios del Alba. Evo Morales, presidente del país anfitrión, condujo las deliberaciones. Lo acompañaron Hugo Chávez, Daniel Ortega, Rafael Correa, José Ramón Machado, Ralph Gonsalves, Roosvelt Skerrit, Winston Baldwin Spencer y Patricia Rodas. Fernando Lugo desistió a último momento: un secuestro en Paraguay le impidió viajar. Uruguay mandó a su embajador en La Paz como observador. Y Granada, la isla del malogrado Maurice Bishop, asomó nuevamente a la política regional como observadora en esta VIIª Cumbre de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América. Un representante oficial de la Federación Rusa puso además el ingrediente necesario para que, desde el comienzo mismo, quedara en claro el lugar que el Alba ya ocupa en la geopolítica mundial. Como es costumbre, el protocolo no se sobrepuso al debate de ideas. Presidentes, vicepresidentes, primeros ministros y la Canciller del legítimo gobierno hondureño, únicos expositores en un cónclave poblado de ministros y asesores, no parecieron retraerse por el hecho de que sus opiniones estuvieran expuestas al escrutinio público, ni por las limitaciones diplomáticas habituales en este tipo de reuniones, pomposamente llamadas Cumbres. El resultado fue la aprobación formal de un conjunto de acuerdos largamente trabajados por cancilleres y especialistas. Pero si el contenido de esas resoluciones debe ser observado con suma atención por las implicancias trascendentales que suponen, más significativo aún fue el inicio de un debate de sorprendente penetración ideológica, política y estratégica. Sorprendente y hasta podría decirse extemporáneo, en un mundo de pragmatismo, desprecio por la teoría y opción por la ignorancia o la omisión: en Cochabamba hubo un debate de ideas que coloca a América Latina como el punto más elevado de la reflexión política a comienzos del siglo XXI, cuando el mundo atenazado por una crisis global sin precedentes parece marchar a la deriva.

Sucre: renacimiento del coraje y la lucidez

Para quienes conocen su biografía, Antonio José de Sucre es un símbolo de coraje y lucidez; el héroe de Ayacucho, el mariscal que a los 29 años, en 1824, quebró definitivamente la columna vertebral de las tropas españolas en Suramérica. La reaparición de su nombre, convertido ahora en sigla de Sistema Unitario de Compensación Regional de pagos, es un potente emblema de aquello que renace con el Alba en la política latinoamericana: inteligencia y valentía, encarnadas en un puñado de jefes de Estado. El Sucre comenzará desde enero próximo a funcionar como moneda de cuenta, es decir, sin existencia física. Un recurso para eludir el dólar como medio de pago para todas las transacciones entre los miembros del Alba –y de próximos países que se sumen al sistema, aun no incorporándose al bloque– y obtener así un conjunto de beneficios, entre los cuales se destaca el hecho de tomar distancia de un sistema financiero mundial que gira en torno al dólar y por lo mismo está hoy amenazado de un estrepitoso derrumbe. El Sucre obra entonces como escudo protector frente a futuros cataclismos financieros, prefigurados por la disminución hasta la desaparición de respaldo para la masa de moneda estadounidense emitida sin contrapartida en la producción y, por lo mismo, sin existencia real como equivalente general. Se trata, dice el texto aprobado en Cochabamba, de “afianzar su independencia (de los miembros del Alba) y soberanía monetaria y financiera, en la perspectiva de lograr el desacoplamiento progresivo del dólar estadounidense”, y de atender además a “la necesidad de implantar, como parte de la nueva arquitectura financiera regional, mecanismos orientados a reducir la vulnerabilidad externa de sus economías, que propicien, impulsen y dinamicen la capacidad productiva de la región, transformen el aparato productivo, promuevan y faciliten el intercambio comercial y coadyuven a la reducción de asimetrías entre los países”. Como manifestación desmesurada de aquello que Marx denomina “fetichismo de la mercancía”, Estados Unidos está dominando al mundo a través de su moneda. Emanciparse de ella es un requisito para romper las barreras al desarrollo de las fuerzas productivas propias, pero también para impedir que la onda expansiva de su inexorable caída arrase como un tsunami a las economías hoy subordinadas. Es por tanto una expresión de inteligencia protegerse de ese modo frente un desenlace inevitable aunque todavía impredecible en sus ritmos. Pero, en rigor, no es sabiduría, conocimiento teórico, penetración en la entraña misteriosa de la moneda, el factor primordial de esta decisión, sino la determinación política para adoptarla. Es la decisión de buscar y hallar un camino propio frente a la crisis, en lugar de acoplarse a la respuesta que, desde el G-20, articula el imperialismo bajo la guía de Washington. Puede que para muchos de los protagonistas principales de este paso histórico todavía esté pendiente el estudio del primer capítulo del Tomo I de El Capital, donde Marx devela la relación entre valor, mercancía y dinero. En cambio, y a diferencia de académicos capaces de recitar esas páginas, los mandatarios del Alba han ingresado al arcano por el extremo de perentorias exigencias políticas y sociales, a las cuales han resuelto darles solución. Ala teoría por el camino de la práctica; en consecuencia con las urgencias de los pueblos a los que se representa. Es ese compromiso y su momento histórico lo que pone en marcha un mecanismo que, en sí mismo, no tiene nada de revolucionario, pero que en virtud del contexto y el lugar donde ocurre, engendra una dinámica de independencia y soberanía, de constante enriquecimiento teórico y necesidad de despliegue práctico.

TCP: en busca del intercambio justo

Fue Bolivia, a través de Evo Morales y desde el momento mismo en que se sumó al Alba, quien insistió en la necesidad de articular un sistema de intercambio opuesto a los mecanismos imperiales. Surgió así en 2006 el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP, sigla que se suma al Alba para dar su denominación completa). Desde entonces se ha avanzado mucho y en Cochabamba se aprobó un conjunto de medidas coronadas por la constitución de un instrumento clave: la constitución de una empresa grannacional de exportación e importación (Albaexim). En los considerandos del acuerdo marco, queda definido que “el libre comercio ha sido el instrumento de saqueo de nuestros recursos, la condena a la dependencia, ha respondido a intereses imperiales, transnacionales, de espaldas a las necesidades de nuestros pueblos, y ha marginando la participación de pequeñas-medianas empresas y, en general, de nuevos protagonistas emergentes y de su patrimonio cultural-tecnológico- productivo”. Apartir de tal definición, se desprende que “los Estados integrantes del Alba tienen el deber y el derecho de participar de los procesos económicos para garantizar que el intercambio comercial se constituya en un instrumento de unión y hermandad entre los pueblos, y romper con los esquemas especulativos y de explotación, en la perspectiva de producir las transformaciones estructurales, el desarrollo sustentable con justicia social, la soberanía de nuestras naciones y el derecho a su autodeterminación”. Pero estas enunciaciones generales toman cuerpo concreto en puntos de máxima importancia política y social, al encargar a los ministerios y organismos oficiales vinculados al comercio de los países integrantes del Alba que asuman “el compromiso de coadyuvar y facilitar el intercambio comercial entre las comunidades artesanales, campesinas, indígenas, así como las pequeñas y medianas empresas de los distintos países del Alba, identificando productos provenientes de las mismas y los mercados de consumo, implementando las políticas y acciones que simplifiquen el comercio entre las comunidades, comunas, cooperativas, empresas de producción social, pequeñas y medianas empresas a colocar su producción”. Son presumibles las dificultades que afrontará Albaexim. Pero en la determinación de encauzar y aceitar un intercambio que en lugar de subordinar hermane, en lugar de explotar dignifique el trabajo, en lugar de saquear propulse la creación en todos los planos y en armonía con la naturaleza, hay una potencia que necesariamente trascenderá las fronteras del Alba y, afirmándose en fuerzas sociales que la comprendan y asuman, sobrepasará incluso la negativa de los gobiernos comprometidos con la estrategia imperialista y el G-20 y dará lugar a una nueva realidad política regional.

Estructura organizativa

En consonancia con tales acuerdos prácticos y con la exigencia que éstos plantearán a los respectivos gobiernos, en Cochabamba quedó afirmada una estructura organizativa a partir de tres consejos ministeriales: Político, Económico y Social y un Consejo de Movimientos Sociales. El acuerdo sellado comienza por subrayar que se trata de “una plataforma de integración de los países de América Latina y el Caribe, que pone énfasis en la solidaridad, la complementariedad, la justicia y la cooperación, que tiene por objetivo la transformación de las sociedades latinoamericanas, haciéndolas más justas, cultas, participativas y solidarias y que, por ello, está concebida como un proceso integral que asegure la eliminación de las desigualdades sociales y fomente la calidad de vida y una participación efectiva de los pueblos en la conformación de su propio destino. Es además una alianza política, económica, y social, en defensa de la independencia, la autodeterminación y la identidad de los pueblos que la integran”. E inmediatamente define las instancias básicas: la cumbre presidencial “constituye la máxima instancia de decisión y orientación política. Sesiona dos veces al año y de manera extraordinaria cuando las circunstancias lo ameriten”. El Consejo Político “está conformado por los Ministros de Relaciones Exteriores de cada país miembro”. El Consejo de Movimientos Sociales “es el principal mecanismo de coordinación y participación directa de los movimientos y organizaciones sociales en el proceso de integración”. La Comisión Política está integrada por los Vicecancilleres, se subordina directamente al Consejo Político de la Alianza y es la principal instancia de coordinación y concertación política operativa; en tanto la Coordinación Permanente hace las veces de una Secretaría Ejecutiva, coordina las actividades de cooperación e integración económica y social, para lo cual supervisa, articula y controla los proyectos Grannacionales, proyectos bilaterales y acuerdos, a la vez que promueve que estos ejecuten y desarrollen de manera que cumplan su objetivo de forma exitosa. Este órgano vital estará conformado por los coordinadores nacionales designados por cada país en forma permanente y tendrá a su vez una Secretaría Ejecutiva, la cual se reunirá semanalmente y estará conformada por un secretario ejecutivo, un secretario adjunto, los directores de cada equipo de trabajo, un representante del Banco del Alba y un representante de Petrocaribe.

Bajo el signo del golpe

Todo este despliegue ejecutivo ocurrió, sin embargo, bajo la presión objetiva planteada por el golpe en Honduras, la proliferación de bases militares estadounidenses en la región y los múltiples indicios de una constante actividad conspirativa de Washington y sus aliados para atacar y desestabilizar a los gobiernos del Alba. En su intervención a nombre del presidente José Manuel Zelaya, recluido a la sazón en la embajada brasileña en Tegucigalpa, la canciller Patricia Rodas afirmó sin rodeos que el golpe contra su gobierno era sólo un episodio en la ofensiva imperialista contra el Alba. Ese concepto lo reafirmaron luego todos los oradores. Chávez se preguntó por qué no había sido repuesto Zelaya en su cargo, pese a la gran movilización popular. Yrespondió: porque la resistencia no cuenta con el apoyo de las fuerzas armadas. Completó así la reflexión de Evo Morales, quien enfatizó en la necesidad de crear una nueva doctrina, para que los militares no continúen alimentándose con la ideología imperialista y capitalista. De allí, en rápida sucesión, se llegó a la necesidad de crear un Consejo de Defensa del Alba, una escuela militar y programar maniobras conjuntas de las fuerzas armadas de los países integrantes del bloque. Otra resolución que provocaría un temblor helado en los centros de la reacción hemisférica fue la de crear “un grupo de trabajo que presente una propuesta para el análisis y desarrollo del proyecto Radio del Sur del Alba-Tcp, la creación de una Agencia de noticias del Alba-Tcp y el establecimiento de canales temáticos compartidos en coproducción entre los países Alba -Tcp para el impulso de un modelo comunicacional que permita un verdadero encuentro entre nuestros pueblos, fortalezca los procesos democráticos en la región y rompa el cerco comunicacional impuesto por el gran poder mediático transnacional”. Constituido ya el Banco del Alba y en marcha el Fondo de Reservas, los mandatarios adoptaron además numerosas decisiones para diferentes ámbitos, tales como el impulso a la iniciativa Pertocaribe- Alba-Alimentos; a la creación de una empresa grannacional para el turismo y de una cadena de Hoteles Alba para el turismo popular; la utilización por parte del bloque del satélite Simón Bolívar; la formación de un Instituto Grannacional para la investigación y la prospección geológica (IngeoAlba), entre otras. Através de las reflexiones de cada orador acerca de la necesidad de fortalecer la democracia (todos apoyaron a Evo Morales en la perspectiva de su reelección el próximo 6 de diciembre), surgió sin embargo la contradicción de esa tendencia ya arraigada en los países del Alba y en otros de la región, con la dinámica ostensiblemente impulsada por Estados Unidos, de golpes, desestabilización, proliferación de bases militares y apelación a la violencia contra los pueblos. Citando a alguien, Chávez resumió: “quienes le cierran el camino a las revoluciones pacíficas, le abren la puerta a las revoluciones violentas”. Para confirmarlo recordó el golpe de Estado que lo derrocó por 47 horas en abril de 2002. “Cuando comprobé que no me asesinarían y pensé que me enviarían a Cuba –explicó– comencé a programar mi regreso para conducir la lucha armada contra la dictadura. Es un derecho que nadie podía negarme. Sólo que no fue necesario, porque los militares patriotas se unieron al pueblo y los dictadores huyeron”. Como expresión práctica de ese cruce de caminos, quedó establecida la conformación del Consejo de Defensa del Alba, integrado por militares comprometidos con la revolución en cada país. Pero el dilema va más allá. Ydeja abierta –¡en un foro de presidentes!– una reflexión estratégica de enormes consecuencias prácticas, ausente no sólo en la academia y las dirigencias políticas convencionales, sino en los propios ámbitos de la izquierda regional.

Desde Cochabamba
Luis Bilbao

miércoles, noviembre 04, 2009

Historia de un gaucho libre



Desaparece en la selva el gaucho Mate Cosido. El milico que lo persigue, a no más de siete metros, ya no alcanza a divisarlo entre el pastizal y la maleza. Desesperadamente busca encontrarlo. Dispara una y otra vez a los juncos, pero es inútil. El gaucho encontró ahora su hogar entre los montes y los hacheros. En su inexpugnable dominio, el Impenetrable del Chaco.
Dramáticas y numerosas persecuciones debió protagonizar don Segundo David Peralta, alias Mate cosido, para evadir la sentencia de la ley de los humanos y proseguir en su perpetua lucha por la libertad.
A comienzos del siglo veinte, mientras algunos movimientos sociales se desarrollaban políticamente en las zonas urbanas de nuestro país, y mientras el anarquismo y el socialismo comenzaban a ganar su lugar en el escenario político de la República Argentina, otras formas de rebeldía, quizá prerrevolucionarias, como las que exhibía este gaucho, se manifestaban en ámbitos rurales mucho menos civilizados, donde una ley cuasi feudal aún continuaba vigente, y donde las familias terratenientes monopolizaban el control de la escena política y de las fuerzas de coerción del poder ejecutivo de las provincias.
Mate cosido fue un gaucho perseguido, uno de tantos, como Vairoletto o Isidro Velazquez, que no aceptaba las nuevas reglas impuestas por las fábricas, los políticos, la policía, los jueces o por aquellos cómplices beneficiados en eso del negociar.
Se dice que por una cicatriz en su cabeza, en el mate, lo apodaban como hoy se lo recuerda. Nació en 1897, y cuando era tan sólo un joven de un pueblo de Tucumán, cayó preso por una mujer, de quien se enamoró profundamente y por quien llegó a matar. Este episodio lo dejó prematuramente fuera de la ley, a la que jamás regresó. Se transformó entonces en un gaucho errante de los montes, perseguido y buscado por la policía, que robaba a los ricos para sobrevivir, pero que también repartía generosamente entre los pobres parte de sus botines, para su protección. De esta manera Peralta se fue ganando la simpatía de los humildes, quienes rápidamente se encargaron de convertir su historia en leyenda.
Participó en decenas de enfrentamientos. Fue el artífice de afamados secuestros de la época, y asaltos a grandes estancieros y quebrachales como Bunge & Born y La forestal. Escapó de las situaciones más inverosímiles, y hasta se dice que una vez un policía le acertó al cuerpo desde pocos metros, pero la bala jamás llegó a impactar en la humanidad del gaucho, quien al instante lo remató con su pistola Winchester. El Payé (creencia guaraní por la que una persona puede, desde conquistar el corazón de alguien, hasta evitar peligros e incluso lograr que las balas reboten en su cuerpo) envolvía su leyenda; los milicos le temían; el pueblo lo respetaba, celebraba sus hazañas y públicamente lo iba convirtiendo en mito. En 1939, una emboscada lo dejó herido en Villa Berthet, provincia del Chaco. No se sabe qué ocurrió con Peralta después de aquel tiroteo, porque jamás fue vuelto a ver. Algunos lo supusieron muerto, otros aseguraron su fuga. Lo cierto es que el cadáver jamás apareció, y que probablemente haya escapado hacia la selva del chaco, donde el anonimato habría acompañado sus últimos días.
Segundo David Peralta fue el enemigo número uno para la policía del chaco de los años ‘30, y un ídolo para la peonada. Aún hoy, campesinos de la zona se jactan con que sus padres o abuelos lo habrían resguardado en sus hogares durante sus huídas, y aseguran que éste los recompensó con varios pesos moneda nacional por su lealtad.
Sigue presente en la selva el gaucho Mate Cosido, allí donde abunda el protector quebracho y habita el furtivo yaguareté. En la que el Payé lo preserva hasta de las balas, y donde aún se conserva su hombría en la memoria de los campesinos y de los hacheros. Allí donde fue su hogar. Un hogar que hasta hoy no sabe de avances ni de progresos, y que trashuma los tiempos sin conocer más multitudes que las de sus vastos hormigueros. Allí donde no desaparecen las huellas de un gaucho libre, en el Impenetrable del Chaco.

Por Alejandro Orlando.-