Estuve en el acto de conmemoración por los 40 años de la muerte del Comandante Ernesto Guevara en Bolivia, y me llevé distintas impresiones sobre lo que allí ocurría.
Originalmente esta iba a ser una crónica sobre ese evento específico, sin embargo no pude evitar una reflexión luego de observar a muchas de las personas que asistieron al concierto.
Desde el escenario un grupo musical arengaba sobre el “Che”, y “Hasta la victoria siempre”, “Socialismo o muerte”, y todas las consignas ya conocidas en estos contextos de “izquierda” nacional.
Y no pude dejar de pensar hasta qué punto el público sabía quién fue Guevara, que hizo, que obra dejó y para qué luchó hasta el final. Seguramente entre la cantidad de gente que ahí estaba había algunos con verdaderas convicciones sociales y que conocían en profundidad todo lo que significa el Che. Sin embargo la impresión es que no estaban para recordarlo sino por una banda, por que esta bien estar ahí, porque es lo que hay que hacer como buen militante, etc etc.
Parece ser que para ser de “izquierda” hay que tener el pelo largo, si es sucio mejor, fumar porro, tomar vino, y ya borracho gritar “viva la revolución”, “viva la patria grande”, “viva Fidel”, “Fuera los yanquis, el capitalismo y los imperialistas”. Y ya está. ¿Es eso ser parte de la juventud de izquierda? ¿Eso es ser socialista? ¿Eso es tener convicciones?.
Evidentemente si éste es el futuro de la izquierda argentina, no vamos por buen camino. No tiene nada de malo fumar marihuana, tomar, tirar piedras o escribir paredes, pero, ¿eso ayuda a cambiar algo? ¿Ayuda a alguien fuera de cualquier movimiento o partido acercarse y darse cuenta de que hay que cambiar las cosas?.
El estereotipo esta presente desde actos partidarios y hasta en las universidades. Y que lo único que logra es alejar a alguien que quizás tenga mas convicciones que aquél que cita a Lenin, Guevara, Martí, y todos los grandes teóricos y figuras del socialismo mundial.
Hace poco planteó el dilema la excelente revista “Sudestada” y se armó el revuelo. Se sintieron tocados los partidos tradicionales. Claro, porque si miramos los actuales afiches en las calles, son siempre las mismas caras, siempre, no hay renovación. Se asemejan muchísimo a la derecha que critican tan asiduamente. Entonces, muchachos, ¿de qué estamos hablando?.
Es evidente, la izquierda tradicional está en crisis, y la juventud que es la encargada de cambiar el panorama y de renovar, actualizar la teoría que fue escrita en otro período histórico y otro contexto, no tiene lugar o directamente se escuda detrás de un prototipo de “buen militante de izquierda”.
Es el momento de reflexionar y pensar qué papel juegan los jóvenes en la izquierda nacional argentina, y cuáles son los objetivos a corto y largo plazo.
Por Matías S. Tisocco.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario