jueves, noviembre 01, 2007

Hasta la victoria.. a veces

Nuevamente otro estrepitoso fracaso. Nuevamente los partidos de izquierda no han podido llegar a alcanzar un mísero dígito en las recientes elecciones. Exceptuando al Movimiento Sur de Pino Solanas, que superó a Lopez Murphy, las demás listas con las figuritas repetidas de siempre dieron vergüenza y reflejaron la decadencia absoluta de estos partidos con consignas románticas y desactualizadas, tan alejadas de la “clase obrera” y el “pueblo” que dicen representar.
Quizás se deba a un capricho, una cuestión de ego, o simplemente rebeldía, que no haya renovación no sólo en los postulantes sino también en ideas, objetivos y propuestas.
Sería interesante escuchar el análisis, si es que lo hacen, de los diferentes partidos luego de los ya repetitivos magros resultados electorales. Sobre todo porque parecen no querer ver una realidad que está delante de ellos al postularse nuevamente para hundirse en una soledad profunda, un túnel sin salida, que si la tuviera, conduciría a un círculo de perversiones y dogmas totalmente desprestigiados y desmoralizados.

Un gran problema de esos círculos cerrados es que viven una realidad paralela, que se basa en opresores y oprimidos, que piensa que cortando la calle se soluciona todo, que tirando piedras son mas revolucionarios, que prometiendo salarios estrafalarios van a cosechar mas votos.
Y además, es llamativo que el denominado “voto bronca”, siga considerándose un opción viable. ¿Cómo es posible que desde el ceno de partidos tradicionales e históricos no contemplen otras alternativas?. “Vote en blanco o no vote”. Genial. ¿Y después?. “Que se vayan todos”. Hermoso. Pero ¿quién va a gobernar?. ¿El pueblo? ¿los dirigentes de izquierda?. Creo que no hace falta profundizar para darse cuenta que en vez de acercarse al pueblo se alejan cada vez mas con consignas arbitrarias, sin sustento.

Practicidad y Dogma

Mientras los dirigentes se pelean entre ellos por detalles insignificantes, ya sea por tener diferentes lineamientos o venir de distintas corrientes, los ya conocidos políticos de derecha o mejor dicho pragmáticos, hacen sus negocios primero, arreglan sus espacios de poder y lamentablemente ganan. Después dirán públicamente algo contra sus otrora socios, pero todo seguirá igual y en mayor o menor medida serán beneficiados con espacios de poder.
A ellos les encanta que la Izquierda sea así, pues están tranquilos, saben que mas que un par de cortes, actos o movilizaciones no van a lograr. Y se comprobó en diciembre de 2001 que el total de la población sale a la calle sólo cuando tocan su propio bolsillo, nada mas que eso. Lo demás no importa. Esencialmente, el argentino es individualista, piensa en su propio bienestar y reacciona cuando el mismo se ve perjudicado.

Para poder empezar a cambiar la realidad, orientar un mejor rumbo social y político es necesario un proceso de cambio gramsciano: el cambio del pensamiento, la revolución de la mente. Pero es demasiado pedir para un aparato armado, listo para salir a perder, sin cambiar ni un solo hombre, y encerrarse cada vez mas en su propia celda de perdición. Los resultados están a la vista.

Por Matías Tisocco

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