viernes, julio 13, 2007
Mercosur: otra vez sopa.
“Que me voy”, “que se vaya”. Los cruces verbales entre los presidentes Lula Da Silva y Hugo Chávez -por la demora del congreso brasileño en aprobar el ingreso formal de Venezuela como socio pleno del MERCOSUR- pusieron al descubierto dos aspectos que alimentaron los recientes roces entre ambos mandatarios: el liderazgo político de la región y las asimetrías económicas que favorecen a los socios “grandes” del bloque comercial.
Vayamos por parte, respondiendo a cada uno de los interrogantes para entender la “pelea” entre Brasil y Venezuela. En primer lugar, ¿la puja por comandar Sudamérica influyó para postergar la decisión de los legisladores cariocas?
Los funcionarios del gobierno de Lula se negaron a aceptar que el motivo de la espera venezolana se deba a una cuestión de liderazgos. Para ellos, como para muchos analistas, las declaraciones del presidente Chávez, quién calificó al congreso verde amarelo de “loros” que repiten los dictámenes de EEUU, después de que los diputados y senadores brasileños pidieran al gobierno bolivariano que revea la decisión de no renovarle la licencia al canal privado RCTV, es la principal causa.
En este sentido giró también el discurso del canciller Celso Amorim, en la cumbre de Asunción, a la que no asistió Chávez de viaje por Rusia, Bielorrusia e Irán, para explicar porqué su país no aceptó el ingreso de su vecino petrolero. Amorim le pidió al propio Chávez que rectificara sus dichos contra el congreso de su país para que éste agilizara el ingreso de Venezuela al Mercado.
Sin embargo, y aceptando como válidos los argumentos de los funcionarios y analistas, no cabe duda que el protagonismo de Hugo Chávez, en el escenario internacional, molesta y mucho a las derechas y empresariado de América Latina, y que éste sea uno de los motivos por los que el poder legislativo de Brasil no haya dado el visto bueno al ingreso.
Justamente, el país gobernado por Lula es considerado un líder continental. Y son pocos los países que gozan de este status: EEUU, China, Rusia e India. Brasil cuenta con casi más de la mitad de la expansión territorial, el producto bruto más alto, la mayor cantidad de habitantes y es el más desarrollado en materia industrial de Sudamérica, entre otras cosas.
Pero a partir del fallido golpe de estado al gobierno de Chávez y de la favorable coyuntura económica por el precio del petróleo, la figura del mandatario bolivariano comenzó a subir escalones en la áspera atmósfera internacional, papel que hasta ese entonces pertenecía exclusivamente a Brasil en nuestra región.
Venezuela pasó de ser un país quebrado a una alternativa, por ejemplo, del ALCA propuesto por EEUU para Latinoamérica, y no sólo eso, destinó parte de sus petrodólares para ayudar a países vecinos en crisis.
El gobierno de Chávez colaboró con Argentina para que superara varios problemas financieros, el envió de divisas al país más sureño del continente igualó a la ayuda que Washington destina a toda la región, por ejemplo.
Incluso, hace unos años atrás las relaciones entre Brasil y Argentina, hoy superadas, no eran tan buenas casualmente por un problema de liderazgo.
Ahora, pasemos al otro punto crítico en cuestión, que es tan viejo como los años de vida del MERCOSUR. Para eso es válido preguntarnos, como lo hicimos al comienzo del análisis, ¿Si el ingreso de Venezuela no está en duda por las reglas económicas impuestas por el bloque?
Y la respuesta es sí. En este aspecto coinciden no sólo funcionarios brasileños sino también venezolanos y analistas.
Además, los números lo dicen todo. 815, son los millones de dólares del comercio argentino-venezolano, con Brasil es cinco veces más,y con ambos Venezuela Tiene déficit.
Chávez está decidido a no ceder en este punto y cuenta con el respaldo de los otros socios “chicos”, Paraguay y Uruguay. Ingresar al mercado en estas condiciones perjudicaría a miles de industriales locales, que no podrían competir con economías más grandes como las de Brasil y Argentina.
Queda más que claro, por más que lo nieguen, que el protagonismo de Chávez irrita a las derechas latinoamericanas y Lula lo sabe, no es casual que desde Europa haya dicho: “nadie hará que me pelee con Chávez que es mi amigo”, y, por otro lado, que las vigentes normas comerciales del bloque benefician solamente a los socios más “grandes”, por ende, las controversias entre Brasil y Venezuela, o cualquier socio, tienen para rato, más allá de que el país de Simón Bolívar ingrese o no al MERCOSUR.
Por Juan Mansilla
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1 comentario:
Hola Juancito no dejo de leer tus comentarios (puse un enlace en mi blog) espero ver siempremàs articulos ! un abrazo.Daniel
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