lunes, junio 15, 2009
Perú: continua el enfrentamiento entre el gobierno y los pueblos amazónicos por la ley de forestación
A LA OPINION PÚBLICA Ante los lamentables hechos ocurridos en la Amazonía de nuestro país, a raíz de la represión por parte de las y los gobernantes de turno, los suscritos nos dirigimos a la opinión pública para manifestar lo siguiente: Primero: Expresamos nuestro profundo pesar y nos unimos al luto y protesta nacional, por la muerte de nuestros hermanos originarios de la Amazonía (Bagua), quienes reclaman sus justos derechos; así mismo nos solidarizamos con los familiares de todas las víctimas civiles y policiales, enfrentados en una violencia criminal como resultado de malas decisiones políticas por parte de nuestras y nuestros gobernantes de turno. Segundo: Expresamos nuestra profunda indignación por el empleo de la fuerza represiva, ante la incapacidad de escuchar, dialogar y resolver los reclamos de los pueblos originarios amazónicos, ya que en la práctica no se ha tomado en cuenta sus derechos y no fueron escuchados, como ellos mismos lo expresan. Tercero: Que el gobierno de turno en su afán de consolidar su política económica, ha implantado la firma del TLC, para responder a esto se ha tomado la autoridad de redactar decretos legislativos, con el respaldo del congreso de la república, estos en su mayoría vulneran los derechos de los pueblos originarios, sin considerar la Constitución Política del Estado y los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos, entre las que se encuentran el Convenio 169 de la OIT, y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Cuarto: Nosotros los pueblos originarios, Aymaras, Quechuas y Amazónicos, venimos protegiendo por siglos y milenios la preservación de nuestra madre naturaleza, ante ello creemos que todos los reclamos que vienen haciendo nuestros hermanos y hermanas de la Amazonía se han forjado en defensa de la vida; sin embargo el gobierno de turno está a favor y favorece a los capitales nacionales y transnacionales para la “inversión”, supuestamente para crear “empleo”, reduciendo todo a un “recurso” sin considerar la defensa de la vida. Exigimos al gobierno nacional asumir con plena conciencia sus responsabilidades y viabilizar de manera pacífica la solución pronta sin llegar a extremos. Desde allí, invocamos a un autentico Diálogo conformado por todos los actores sociales y estado, para una salida pacífica y armoniosa del conflicto desatado. Llamamos a nuestros hermanos y hermanas Aymaras y Quechuas, instituciones que defienden los Derechos Humanos y Ambientales a ser celosos vigilantes ante las represalias que va encaminando nuestro gobierno nacional. De esta manera defender los justos derechos y la vida de nuestras hermanas y hermanos amazónicos, para lo cual exigimos se les dé todas las garantías personales y políticas y por ende, el respeto a la vida y democracia de nuestro país pluricultural. ¡¡¡ Alto a la violencia!!! ¡¡¡ Si a la defensa de la vida!!! ¡¡¡ Si a la defensa de nuestra madre naturaleza! Qhana Aru – Identidad, Desarrollo y Acción Social / EMAUS. Ilave, Puno - Perú, 08 de Junio del 2009.
viernes, junio 05, 2009
A dónde va Argentina
En sordina, desconectada de las inminentes elecciones, en cualquier conversación corriente, la pregunta retumba: ¿adónde va el país? Por el contrario, en las delgadas franjas involucradas o al menos interesadas en el accionar político, se halla la negativa a siquiera formular esta pregunta simple. Una más de las muchas paradojas que atraviesan la Argentina de hoy: el hecho institucional corre por andarivel separado, ajeno a las preocupaciones y temores del ciudadano común. El conjunto social se desentiende de la política. Y los así llamados “políticos” no encaran de frente la realidad social. Llegan incluso a negar cualquier vinculación entre el colapso de la economía mundial capitalista y la economía argentina. Esta suerte de enajenación colectiva separa el discurso electoral del acontecer real y lo transforma en palabras elusivas, supuestamente más efectivas para ganar adhesiones cuando menos concretas. Ajenitud, confusión, temor, manipulación evidente y aceptación resignada, son los sentimientos y conductas predominantes en este período pre-electoral.
En Córdoba, bella ciudad mediterránea cargada de historia, esa conjugación dañina se percibe con mayor intensidad. Y asombra más. Aquí, exactamente cuatro décadas atrás, el 29 de mayo de 1969, una insurrección obrero-estudiantil lanzó multitudes a las calles, apoyadas activa o pasivamente por el grueso de la población. Había por entonces una dictadura militar y en los años previos el estudiantado no pasaba día sin practicar alguna de sus formas de lucha en aquella época habituales: asambleas masivas en el comedor de la ciudad universitaria, ocupación de facultades, enfrentamientos callejeros con la policía, ocupación de barrios enteros con población mayoritariamente estudiantil. Cuarenta años después del Cordobazo, la superficie de la vida política no podría contrastar más con aquel panorama de definiciones tajantes y conductas arrojadas.
Cuarenta años después del Cordobazo, la superficie de la vida política no podría contrastar más con aquel panorama de definiciones tajantes y conductas arrojadas.
A cambio, como en el resto del país, predomina el cálculo tímido, la especulación individual, la postergación sistemática de la esperanza, traducción automática de una forma diferente de lucha de clase.
“Lucha de clase”, así, en singular. Porque no ocurre entre obreros y burgueses, sino al interior de un mismo estamento social: entre capitales establecidos y advenedizos, en encarnizada disputa.
Ni unos ni otros tienen proyecto de país, tanto menos fuerza suficiente para vencer al contrincante, por lo cual se impone el grotesco. Es una penosa carrera de provectos, al parecer inconscientes de su edad y condiciones, afanados por llegar a una meta inalcanzable. Un fenómeno sin trascendencia posible; pero suficiente para trastocar el panorama político y a menudo hacerlo incomprensible
Dada la completa ausencia de protagonistas diferentes, con fuerza vital y vigor estratégico, aquéllos dominan la totalidad del escenario. Y transmiten un espectáculo de insoportable decadencia, agigantada en momentos electorales, cuando la selección primero y el desempeño luego de candidatos, expone sin piedad la entronización de la inepcia, la hipocresía y la mentira, cualidades excluyentes de quienes luego, por inercia de una institucionalidad vaciada y aparatos corrompidos, tendrán en sus manos el poder legislativo del país.
Retorno a la crisis
Esa tergiversación del pensamiento y el debate políticos, se expande sobre el conjunto social y contribuye en mucho a paralizar los reflejos de las mayorías, se adueña del periodismo comercial condenado a glosar naderías, cae como alud sobre tantos intelectuales y relega o directamente anula la reflexión teórica, hasta lograr que la imagen de la realidad aparezca invertida. Por ese camino se llega a la conclusión colectiva, proclamada o incorporada sin conciencia, de que en aquellos años del Cordobazo la revolución estaba a tiro de piedra, tan cercana y realizable como ahora distante e imposible.
Es probable que la ardua labor de propaganda de quienes entienden lo contrario llegue atrasada para comunicar, a una parte significativa de la sociedad, la magnitud del error que supone tal apreciación. A la inversa, Argentina es un volcán humeante.
El propio ex presidente Néstor Kirchner acaba de mentar la soga en casa del ahorcado: “Si Cristina no tiene mayoría legislativa, volvemos a la crisis de 2001. A la pobreza, a la desocupación. Esto explota, por eso tenemos que poner nuestro voto para que haya una gobernabilidad plena”, dijo el 28 de abril en un acto público. Y agregó el día siguiente: “No quiero meter miedo, pero si por una casualidad Cristina no cuenta con la mayoría parlamentaria, volvemos a la Argentina que explota”.
La advertencia fue interpretada –no sin fundamentos– como amenazante táctica de campaña. ¿Pero qué valor tendría la amenaza si esa idea no estuviese latente en la conciencia colectiva? Más aún: la Presidente no perdería “por casualidad”. Los datos que empujaron a Kirchner a semejante confesión son indicativos de la traducción social y política de una corriente subterránea que, si aún no es visible, ya puede percibirse en innumerables indicios que pusieron en alerta al titular del partido justicialista.
No se trata, sin embargo, de nada relativo a elecciones y resultados, aunque estos pudieran eventualmente acelerar el fenómeno en curso. Las razones son simples: en comparación con la Argentina que estalló en 2001, nada sustancial ha cambiado. La abrupta recuperación económica, tan indudable como impactante, no es crecimiento: en promedio, cada habitante es más pobre que una, dos y tres décadas atrás. Sobre alrededor de 38 millones de habitantes, un tercio está en la línea de pobreza y no menos de cuatro millones en la indigencia. La recuperación económica trajo aumento de empleo pero la distribución de la renta, lejos de tender a la justicia, agudizó la polarización. Eso ocurrió hasta mediados del año pasado, o sea durante los seis años de auge entre 2002 y 2008. Luego sobrevino un inesperado frenazo, a causa de un conflicto no menos insólito.
Y después… el colapso mundial del capitalismo.
Innecesario calificar la idea de quienes sostienen que Argentina se mantendrá ajena al cataclismo de las economías de Estados Unidos, Unión Europea y Japón, donde la crisis no deja de ahondarse, pese a la batería desesperada con la cual se la intenta frenar. Antes de que el impacto llegue en toda su magnitud, la afectación ha sido ya grande, aunque morigerada por recursos heterodoxos que en ninguna hipótesis podrán mantenerse en el tiempo (por ejemplo, el pago de salarios por parte del Estado a obreros de industrias privadas, para evitar su despido). La desocupación ha crecido. La retracción en la industria y el comercio llegó y no dejó de acentuarse, con índices tanto más agudos cuanto mayor es la distancia de la Capital Federal. Manipulación y demagogia aparte, este año se mantendrá la recesión ya verificada en el último trimestre de 2008 y el primero de 2009; el saldo anual esperado oscila entre 0 y cuatro puntos de caída, según diferentes pronósticos, no por interesados menos indicativos. En sus últimas ediciones América XXI ha registrado hasta dónde estos números se traducen en dramática realidad para la alimentación y la educación de una proporción por demás elevada de la población.
Si no hay respuesta efectiva a este cuadro de situación, cuya objetividad está fuera de discusión, la inexorable aceleración de la crisis económica lo agravará hasta niveles insostenibles en un marco institucional estable.
Dos caminos
¿Es posible eludir el desenlace que esta dinámica adelanta? ¿Con qué medidas? ¿En colaboración con quiénes?
Frente a la crisis mundial, Estados Unidos reunió el G-20, y tras mucha preparación –donde las presiones reemplazaron el debate de ideas y programas– el 2 de abril pasado en Londres se aprobó un plan de acción, que en síntesis consiste en fortalecer al Fondo Monetario Internacional y a través de él, inyectar fondos para sostener Bancos y empresas en quiebra primero, alentar después el consumo mundial, sin importar qué y quién consumirá.
Hasta el momento, en el mundo la única respuesta coherente a aquella receta del gran capital internacional provino del Alba (Bolivia, Cuba, Dominica, Honduras, Nicaragua, San Vicente-Granadinas y Venezuela), acompañada por Ecuador y ahora también Paraguay
Las dos posiciones chocaron de frente en la Cumbre de las Américas, en Trinidad Tobago, entre el 17 y el 19 de abril. Estados Unidos y sus subordinados firmes por un lado, el Alba con la Declaración de Cumaná por el otro. En el centro, vacilante entre varios, Argentina.
En la resolución de ese equilibrio insostenible, reside el futuro del país. No es por acaso que el tema no figura en los afiches, en los cortos televisivos, en los sonsonetes con apariencia de discursos, de candidatos reclamando votos.
Cuando el 29 por la mañana se conozca el resultado de los comicios, no se habrá dado un paso en la certeza del rumbo a tomar: ¿hacia América Latina o hacia Estados Unidos? ¿Hacia el Alba o el G-20? Con apenas excepciones que no cuentan en términos electorales, el tema ha sido eludido. Y las mayorías no tienen voz propia. De modo que se debatirá y resolverá en otros escenarios, en otro momento, con otros protagonistas.
En el trayecto de ese arduo camino se verá si el legado histórico de grandes luchas sociales por la emancipación plasman en una estrategia y en la fuerza necesaria para aplicarla. O si la nueva coalición imperialista se impone una vez más. Mientras tanto, Argentina retornará a la zozobra económica, la inestabilidad institucional y a la revalidación de la política como catapulta de la verdad e instrumento de transformaciones profundas.
Por Luis Bilbao.
Fuente. América XXI
jueves, junio 04, 2009
Reflexiones de Fidel Castro: El caballo de troya
Rafael Correa, presidente de Ecuador, de visita en Honduras, en vísperas de la reunión de la OEA, declaró: "Yo creo que la OEA perdió su razón de ser, tal vez nunca tuvo razón de ser." La noticia transmitida por ANSA, añade que Correa, "vaticinó ‘la muerte’ de esa organización por los muchos errores cometidos".
Afirmó "que los países del continente americano, por condiciones geográficas, no pueden ser metidos ‘todos en la misma canasta’, y por eso Ecuador propuso hace varios meses la creación de la Organización de Estados Latinoamericanos.
"‘No es posible que los problemas de la región se discutan en Washington, construyamos algo propio, sin países ajenos a nuestra cultura, a nuestros valores, incluyendo obviamente a países que inexplicablemente fueron separados del sistema interamericano, y me refiero al caso concreto de Cuba... fue una real vergüenza y muestra la doble moral que existe en las relaciones internacionales’". A su llegada a Honduras, tanto el presidente Zelaya como él, declararon que "la OEA debe ser reformada y reincorporar a Cuba de lo contrario tendrá que desaparecer".
Otro despacho de la agencia DPA afirma:
"La reintegración de Cuba en la Organización de Estados Americanos (OEA) ha pasado de ser un tema per se de la Asamblea General del organismo en la hondureña San Pedro Sula para convertirse, una vez más, en la excusa de una lucha de intereses que van mucho más allá de los límites de la isla caribeña y podrían cuestionar (de nuevo) las relaciones hemisféricas.
"El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, lo dejó bien claro al calificar el encuentro hemisférico que comienza este martes en Honduras en términos cuasi bélicos.
"Será, dijo, una ‘batalla interesante’ en la que si se demuestra que la OEA ‘sigue siendo un ministerio de las colonias’ que no se transforma para ‘subordinarse a la voluntad de los gobiernos que la conforman’, entonces habrá que plantearse ‘salirse’ del organismo y crear otro alternativo."
‘"América Latina está haciendo de Cuba la prueba de fuego de la sinceridad del verdadero acercamiento de la administración Obama’ a la región, sostuvo la experta en Cuba del Council of Foreign Relations de Washington, Julia Sweig, al diario ‘The Washington Post’, en vísperas del encuentro hondureño."
Al resistir las agresiones del imperio más poderoso que haya existido jamás, nuestro pueblo luchó por los demás pueblos hermanos de este continente. La OEA fue cómplice de todos los crímenes cometidos contra Cuba.
En un momento u otro, la totalidad de los países de América Latina fueron víctimas de las intervenciones y agresiones políticas y económicas. No hay uno solo que pueda negarlo. Es ingenuo creer que las buenas intenciones de un Presidente de Estados Unidos justifiquen la existencia de esa institución que abrió las puertas al caballo de Troya que apoyó las Cumbres de las Américas, el neoliberalismo, el narcotráfico, las bases militares y las crisis económicas. La ignorancia, el subdesarrollo, la dependencia económica, la pobreza, la devolución forzosa de los que emigran en busca de trabajo, el robo de cerebros, y hasta las armas sofisticadas del crimen organizado fueron las consecuencias de las intervenciones y el saqueo procedentes del Norte. Cuba, un pequeño país, ha demostrado que se puede resistir el bloqueo y avanzar en muchos campos e incluso cooperar con otros países.
El discurso pronunciado hoy por el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, en la Asamblea General de la OEA, contiene principios que pueden pasar a la historia. Dijo cosas admirables de su propio país. Me limitaré a lo que expresó sobre Cuba.
"... En la Asamblea de la Organización de Estados Americanos que hoy se inicia en San Pedro Sula, Honduras, debemos iniciar el proceso de sabias rectificaciones de viejos errores cometidos.
"Nosotros, los latinoamericanos que estamos aquí, hace poco, hace un par de semanas o meses, tuvimos una gran cumbre en el Grupo de Río, en Salvador de Bahía, Brasil. Ahí tomamos un compromiso. El compromiso, que se tomó por escrito y por unanimidad de toda Latinoamérica, es que en esta asamblea de San Pedro Sula, por mayoría de votos o por consenso, se debía enmendar ese viejo y gastado error que se cometió en 1962 de expulsar al pueblo cubano de esta organización.
"No debemos irnos de esta asamblea, queridos dignatarios, sin derogar el decreto de esa octava reunión que sancionó a un pueblo entero por haber proclamado ideas y principios socialistas, que hoy esos mismos principios se practican en todas partes del mundo, incluyendo a Estados Unidos y a Europa (Aplausos). Los principios, hoy, de buscar alternativas diferentes de desarrollo son evidentes en el cambio precisamente que ha habido en Estados Unidos al elegir al presidente Barack Obama...
"No podemos irnos de esta asamblea sin reparar ese error y esa infamia, porque basados en esta resolución de la Organización de Estados Americanos, que ya tiene más de cuatro décadas, a este pueblo hermano de Cuba se le ha mantenido un bloqueo injusto e inútil, precisamente porque no ha logrado ningún propósito, pero sí ha demostrado que ahí, a pocos kilómetros aquí de nuestro país, en una isla pequeña, hay un pueblo dispuesto a resistir y a sacrificios por su independencia y su soberanía.
"... no hacerlo nos hace cómplices a nosotros de una resolución de 1962 de expulsar a un Estado de la Organización de Estados Americanos simplemente porque tiene otras ideas, otros pensamientos, y proclama principios de una diferente democracia. Y nosotros no vamos a ser cómplices de eso.
"... No podemos irnos de esta asamblea sin derogar lo actuado en esa época.
"Un hondureño excepcional, llamado en nuestro país —y uno de nuestros próceres— José Cecilio del Valle, el sabio Valle, expresaba el 17 de abril de 1826, en su famoso artículo 'Soberanía y no intervención' —acabábamos de proclamar nuestra independencia del reino español—: ‘Las naciones del mundo son independientes y soberanas. Cualquiera que fuese su extensión territorial o el número de habitantes, una nación debe tratar a otros con el mismo trato que desea recibir de estos. Una nación no tiene el derecho de intervenir en los asuntos internos de otra nación.’"
Con esas palabras de Cecilio del Valle y la mención de Mahatma Gandhi, Jesucristo, Martin Luther King, Abraham Lincoln, Morazán, Martí, Sandino y Bolívar, concluyó su discurso.
Minutos después, en la conferencia de prensa posterior a la apertura de la Asamblea, respondió preguntas y reiteró principios. Luego cedió la palabra a Daniel Ortega, que fue autor de una de las ponencias más profundas y argumentadas en la Asamblea de la OEA. En la conferencia hicieron uso de la palabra, invitados por Zelaya, Fernando Lugo, presidente de Paraguay, y Rigoberta Menchú, que se expresaron en la misma dirección que Zelaya y Daniel.
La Asamblea discute hace horas. En el momento que concluyo esta Reflexión, casi ya de noche, no hay todavía noticias de la decisión. Se conoce que el discurso de Zelaya influyó. Chávez conversa con Maduro y le insta a mantener firmemente que no puede admitirse resolución alguna que condicione la derogación de la injusta sanción contra Cuba. Nunca se vio tanta rebeldía. La batalla es sin duda dura. Muchos países dependen del dedo índice de una mano del Gobierno de Estados Unidos apuntando al Fondo Monetario, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo o cualquier otra dirección para castigar rebeldías. Haberla librado es ya de por sí una proeza de los más rebeldes. El 2 de junio de 2009 será recordado por las futuras generaciones.
Cuba no es enemiga de la paz, ni reacia al intercambio o la cooperación entre países de diferentes sistemas políticos, pero ha sido y será intransigente en la defensa de sus principios.
Fidel Castro Ruz
Junio 2 de 2009
6 y 56 p.m.
Fuente: Cuba Debate y Granma digital
La resolución de la OEA sobre Cuba: El fin de un anacronismo y de una vergüenza política
El diablo se esconde en los detalles y en la tipografía más pequeña, reza un antiguo refrán. Es algo para tener en cuenta a la hora de evaluar el texto de la resolución aprobada ayer en el plenario de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA), que abrió las puertas para un regreso de Cuba a ese foro interamericano después de 47 años.
Como se encargaron de destacar, enfatizando su propio aporte, las 34 delegaciones -con nivel de cancilleres- que redactaron y negociaron en Honduras, el documento éste tiene un valor histórico en la medida que salva no sólo un anacronismo sino también una vergüenza política en el hemisferio: la separación de Cuba de la OEA, su "suspensión", se dijo entonces.
La Argentina, como recordó su canciller Jorge Taiana, se abstuvo en la votación de 1962 junto a un puñado de países, entre los que se contaron también Brasil, México y Chile luego de que la OEA no pudiera resistir el empuje de Estados Unidos que llevó adelante la resolución aprobada entonces.
Pero la realidad señala que habrá que esperar al menos un año para saber cuán histórico es en verdad este nuevo instrumento, porque en ese plazo una comisión especial deberá encontrar el modo de llevar este consenso general sobre una reparación a La Habana a los acuerdos precisos para que Cuba regrese.
La falta de esos consensos particulares es lo que casi condena al fracaso estrepitoso a la reunión en la noche del lunes pasado en San Pedro Sula. Sin que el encuentro terminara, la canciller Hillary Clinton abandonó Honduras para seguir su tarea en Egipto, donde hoy el presidente Barack Obama pronunciará un discurso, al que los observadores asignan particular importancia.
Antes de volar hacia Oriente Medio, Clinton le dijo al periodismo que "no se votaría nada" en la OEA por la falta de acuerdos concretos. El Salvador y Nicaragua se encargaron de presentar el texto más favorable a Cuba, mientras que Washington quiso introducir condiciones que descarrilaron la negociación.
Estados Unidos quería que Cuba solicite su reincorporación -La Habana se niega porque, dice, nunca solicitó su desafiliación- y que adhiera plenamente a la Carta Democrática Interamericana adoptada en 2001. Apenas el año pasado, América Latina rechazó una iniciativa estadounidense para crear un grupo "vigía" de las democracias de la región.
La primera vez que esa Carta fue invocada fue en 2002 en ocasión del fallido golpe de Estado contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. En esa ocasión el compromiso asumido por los países a través del documento les permitió realizar una declaración de repudio al intento golpista sin disensos.
Sin conocer aún la reacción de Cuba, es bueno recordar que Fidel Castro ha asegurado reiteradamente que su país no está demasiado interesado en regresar a la OEA, un organismo que tiene a Estados Unidos como "Caballo de Troya" en su seno.
Ya en 1959, en pleno surgimiento de su revolución, Castro dijo que no tenía "fe en la OEA. Es un órgano que no resuelve nada. Todo es ficción. No le ha servido a los pueblos de América".
Cuando se conozcan los detalles del nuevo compromiso podremos saber si ellos ayudan a dejar atrás la Guerra Fría o si el diablo tiene su residencia allí.
Por Raúl Cardoso
Fuente: Blog clarin
Suscribirse a:
Entradas (Atom)