jueves, diciembre 03, 2009

Honduras: Elecciones con abstención masiva





Rechazo: según fuentes seguras, a última hora del domingo 29, entre el 60 y el 75% de la ciudadanía mostró su rechazo a los golpistas negándose a concurrir a las urnas. Pese al clima de terror generalizado, el llamado del Frente de Resistencia Nacional fue apoyado masivamente. Frente a esto al gobierno sólo le queda mentir. La prensa conservadora del hemisferio lo acompaña callando el hecho: no dan datos de abstención. Excepto Estados Unidos, Israel, Panamá, Perú y Colombia, el resto del mundo se comprometió a desconocer a Porfirio Lobo, del Partido Nacional, quien obtuvo el 55,86%.

Según las cifras aportadas por el Frente de Resistencia Nacional contra el Golpe de Estado, la participación en las elecciones ilegales fue del 21,5%. Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) afirmó que más del 60% de los empadronados fue a votar el domingo 29 de noviembre. El TSE, controlado por los golpistas, atribuyó el 55,86% de los votos a Porfirio Lobo, del Partido Nacional y 38,24% a Elvin Santos, del Partido Liberal. “Estados Unidos cambió el orden de las prioridades y entró en una contradicción jurídica: me reconoce a mí como presidente, pero atiende las resoluciones del régimen de facto”, dijo el presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya días antes de los comicios. En el umbral electoral, Zelaya reiteró su denuncia sobre las violaciones a los derechos humanos que se cometen diariamente en su país desde el golpe de Estado del 28 de junio. “El 70% de los funcionarios que me acompañaron (en el Gobierno) están huyendo. Existen 24 órdenes de captura en mi contra”, expuso el mandatario quien en días previos, en una carta abierta al presidente estadounidense, Barack Hussein Obama, había asegurado que bajo esas condiciones él y sus seguidores impugnarían las elecciones fraudulentas, avaladas por Estados Unidos. “Negocié y cedí en todo lo que me pidieron durante cuatro meses, autorizamos la firma de un acuerdo y al final ese pacto fue roto por los golpistas. Pero he aprendido una lección: quien encabeza un golpe de Estado no entiende de diálogo y menos de democracia”, dijo Zelaya, para concluir que “las elecciones son una burla a la sociedad por irrespetar la soberanía popular, un principio elemental dentro del sistema democrático”. Frente a la resistencia hondureña que lleva más de 150 días, la represión militar y policial recrudeció en los días previos a la elección pero no logró que la ciudadanía acudiera a las urnas. “Los golpistas le tienen miedo al mismo pueblo hondureño, a su conciencia despierta, a su capacidad de resistir y a la desconfianza que les tiene a estos viejos sectores, los mismos que a lo largo de los últimos 30 años han sometido el país a la pobreza y a la desigualdad”, afirmó la canciller legítima de Honduras, Patricia Rodas, puntal de la resistencia en el exterior. “Es también el miedo a sus mismos errores y perversidades al querer encerrar, enterrar y desterrar a los líderes del pueblo, creyendo que de esta manera iban a poder detener a todo un pueblo que lucha; al querer aplicar nuevamente los mismos métodos de terror y represión de los años 1980. Con la participación de los sectores más retrógrados del fundamentalismo religioso y la manipulación de los medios de comunicación, ese temor se va convirtiendo en odio”, dijo Rodas en declaraciones a la prensa. La canciller agregó que semanas antes de los comicios, un grupo importante de candidatos se había retirado porque no estaba de acuerdo con el llamado golpista a las elecciones. “Habrá gente que irá a la urna amarrada de la lengua hasta los pies, engañada y con temor de lo que pase después, segura de estar controlada muy de cerca por militares y policías. Terror, desinformación y engaño será la tónica de estas elecciones que no serán legitimadas por el pueblo”, afirmó la funcionaria depuesta. Corroborando esas denuncias, cinco organizaciones extranjeras de derechos humanos presentes en Tegucigalpa reportaron el clima de terror provocado por las Fuerzas Armadas y advirtieron sobre el significado de que los diarios a los que se les permite circular publicaran un aviso oficial advirtiendo sobre las durísimas represalias previstas para quienes no voten o insten a no hacerlo. Días antes de los comicios, el periodista Ricardo Salgado informó que se habían reportado vuelos de aviones de la Fuerza Aérea hondureña sobre poblados en varias regiones del país. “Esto lo hacen durante horas del día como una demostración de su presencia a poblaciones que han estado permanentemente en el olvido y rara vez pueden apreciar un avión. Durante la noche, la actividad cambia y en los alrededores del aeropuerto de Toncontín, en los últimos cuatro meses se ha producido una intensa actividad de vuelos no comerciales”, detalló Salgado.

Represión y derrota

El periodista hondureño había denunciado además la orden de suspensión de los servicios vitales de los hospitales públicos, decretada por la Secretaria de Salud Pública del gobierno dictatorial. “Toda cirugía programada para las fechas comprendidas entre el 19 de noviembre y el 4 de diciembre deben cancelarse. Se deben liberar tantas camas como sea posible. Además se les ordena a los encargados de cada hospital preparar un plan de contingencias a la mayor brevedad posible”, anunció la Secretaria de facto. Cubriéndose las espaldas, días antes de los comicios, Ian Nelly, portavoz del Departamento de Estado de la Casa Blanca afirmó: “Los Estados Unidos están preocupados por las violaciones a los derechos humanos en Honduras. Estamos siguiendo la situación de cerca; esto pesará mucho para tomar la decisión de reconocer las elecciones o no”. Reafirmando lo dicho por Zelaya, Patricia Rodas expresó que, si bien la comunidad internacional condenó al golpe desde su inicio, Estados Unidos tuvo una actitud contradictoria. “Los países del continente americano que podrían apoyar estas elecciones son aquellos dirigidos por la política estadounidense y los intereses de las grandes transnacionales; intentan evitar que sigan en el continente gobiernos que buscan profundas transformaciones sociales. El resto del mundo va a rechazar esta farsa”, afirmó Rodas poco antes de los comicios. “Estados Unidos es una potencia que tiene el poder de hacer la guerra, pero también la paz, y hasta el momento parece preferir la guerra, tal vez porque la industria armamentista es el sostén económico de un gobierno que es gendarme y cuida los intereses de sus transnacionales en el mundo”, dijo Rodas. “Honduras ha sido su primera experiencia y al mismo tiempo su primera desilusión en el continente”. La canciller legítima de Honduras aseguró que la violencia represiva resurgió de las cenizas como rechazo a la incorporación de Honduras al Alba: “a nivel nacional había demasiados intereses que defender por parte de las fuerzas golpistas. No hubo un guión predeterminado, sino una estructura que está lista para actuar en cualquier momento, con una gran capacidad de reacción, conformada por el Ejército, los medios de comunicación, las cúpulas de las iglesias y de las fuerzas políticas infiltradas en el Estado. Sin embargo, no pudieron prever la reacción del pueblo. No han logrado estabilizar su poder y no se van a legitimar ni bañándose con agua bendita: siempre serán criminales”.

Desde Buenos Aires, Inés Hayes

1 comentario:

Monica dijo...

no sabia de lo que pasaba en honduras.. estoy trabajando tanto en una de mis oficinas en buenos aires que estoy bastante perdida.. bueno estuvo leer la nota.