lunes, julio 13, 2009

Los médicos argentinos, una pata clave para el sistema de salud argentino.


La situación sanitaria que vive nuestro país por la gripe A H1N1 puso en alerta a todos los sectores de nuestra sociedad y mostró, principalmente, las flaquezas del sistema de salud, que por momentos se vio desbordado. Sin embargo, el trabajo realizado por los médicos de los centros hospitalarios públicos ha sido extraordinario y esto es también una gran verdad.
Y es necesario reconocerlo ya que estos profesionales atienden diariamente a los sectores de más bajos recursos y los más proclives a contraer este tipo de virus que se llevó a noventa y ocho vidas, según reconocieron del ministerio de salud de la nación hasta el momento.
El sistema de salud pública en casi toda América Latina es una deuda pendiente de todos los gobiernos democráticos de la región con sus respectivos pueblos. El nuestro, en particular, padece de la falta de inversión e interés. Muchas veces vemos por televisión nosocomios abandonados y médicos, sobre todo del conurbano, que denuncian la falta de insumo para que nuestros ciudadanos reciban la mejor atención y así vean respetado su derecho a recibir asistencia primaria básica.
Aquí debemos ser claros y contundentes al respecto, no toda la responsabilidad del deterioro de la salud pública la tiene el gobierno actual. La crisis del sector proviene desde antes del retorno de la democracia. Fueron durante los años noventa, y esto si hay que admitirlo, que la salud como otros sectores básicos para el desarrollo de nuestro ciudadanos se vieron alterados por la ola privatizadora.
La llegada de grandes compañías aseguradoras de la salud, el sistema prepago, el auge de los sanatorios y clínicas privadas en todo el país devastó y dejó a un lado a los hospitales públicos y todos sus profesionales. El Estado dejó el cuidado de nuestra salud en manos de grandes corporaciones capitalistas.
Claro que esa línea política dejó desamparados a los sectores de más bajos recursos de nuestra sociedad. Los desocupados, los trabajadores desamparados por sus obras sociales y los desocupados no tenían más remedio que asistir al abandonado hospital público y mirar a los lujosos centros privados de salud desde la vereda.
Sin embargo y a diferencia de otros países vecinos, el sistema de salud argentino contó siempre con un valiosísimo recurso humano. Médicos, enfermeros, asistentes, colaboradores, son los únicos responsables de controlar y luchar a capa y espada contra el virus de la gripe A y de mantener aun con vida al sistema de salud pública.
La mayoría de estos profesionales médicos son egresados de las universidades públicas y es aquí donde surge la gran contradicción del Estado argentino.
Por un lado, el Estado es capaz de afrontar los costos para que los estudiantes de medicina, reconocidos en todo el continente por su nivel de profesionalismo, terminen sus carreras sin sobresaltos y, por otra parte, el mismo Estado es el que les paga magros sueldos y los deja liberados al azar una vez recibidos. Algo así como te muestro el pan pero te lo saco al mismo tiempo.
Los médicos argentinos son requeridos en todas partes del mundo y por sobre todo los que trabajan o desempeñan sus tareas en hospitales públicos. Y eso me consta personalmente después de trabajar cuatro años en el CEMIC, los profesionales de esa prestigiosa institución médica privada no se cansaban de resaltar la capacidad y profesionalismo de sus colegas que asistían en los centros públicos, como el Fernández por ejemplo.
Nuestros profesionales reciben ofertas de trabajo de los países más desarrollados, muchos de ellos dejan su país para buscar futuro en otros pagos. Muchos médicos que se resisten a trabajar en el sector privado argentino se enrolan, por ejemplo, en el ejército español para conseguir un pasaporte que les permita desarrollar en el futuro su actividad en el sector público europeo.
¿Qué espera el Estado para mejorar la situación de la salud pública? El gobierno actual llamó al diálogo a todos los sectores de nuestra sociedad. ¿Tendrán en sus agendas la salud pública como uno de los temas a resolver? La salud es un derecho de los ciudadanos y un deber del Estado garantizarlo.
Los médicos se cargaron al hombro nuevamente la difícil situación causada por la gripe A y otra vez demostraron que son el principal capital que tiene el sistema de salud público nacional. Son los médicos de los hospitales públicos que con mucho esfuerzo y a veces sin recursos atienden durante todo el día a nuestros hermanos sin distinción alguna.
El Estado argentino, el congreso, los dirigentes tendrán que ocuparse de este tema fundamental para nuestra sociedad en lo inmediato. No deberían estos mirar demasiado lejos para saber cómo funciona un sistema de salud pública sin sobresaltos. Cuba, la pequeña isla, casi sin recursos económicos a logrado crear y sostener uno de los admirados sistemas de salud por todo el mundo incluso por Estados Unidos, su principal enemigo.
Nuestro país cuenta con recursos suficientes como para hacerlo y por su puesto con un excelente cuerpo de profesionales que en esta oportunidad están demostrando una vez más lo valiosísimos que son para nuestra salud y para mantener con esperanza la salud pública universal.

Juan Mansilla.

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