miércoles, julio 01, 2009

Elecciones legislativas en Argentina y un nuevo panorama político


Es cierto que los resultados electores son un mensaje claro de los soberanos para sus representantes y estas últimas elecciones legislativas no son la excepción.
Sin embargo, la presidenta Cristina Fernández parece no haber decodificado con claridad el mensaje que le enviaron los ciudadanos este domingo pasado.
Eso, por lo menos, quedó evidenciado en la conferencia de prensa que ofreció la mandataria pasado tan solo un día de los comicios.
¿Qué lectura hizo la presidenta de las últimas elecciones? No cabe dudas que errónea, por lo qué manifestó ante los periodistas en el salón azul de la rosada.
Fernández, con un rostro forzado que disimulaba el dolor de la derrota, resaltó torpemente la victoria del Frente para la Victoria en todo el país.
Es verdad, el justicialismo se impuso al resto de las fuerzas en los resultados generales como señaló la Jefa de Estado pero por un porcentaje deslucido y mucho menor al porcentaje que obtuvo ella misma en las elecciones presidenciales que la terminó consagrando presidente.
Incluso el razonamiento presidencial resulta ilógico ya que donde el gobierno había concentrado todas sus expectativas fue en la provincia de Buenos Aires y allí fue derrotado sin anestesia.
El ex presidente Néstor Kirchner encabezó la lista del Frente para la Victoria, lo secundó el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli y los siguieron dirigentes de primera línea y hasta ministros del gabinete nacional integraron dicha lista, pero ni las testimoniales salvaron el pellejo del kirchnerismo y eso tampoco parece haber llegado a los oídos presidenciales.
De nada sirvió el esfuerzo por salvar al modelo, tal como lo denunció el ex presidente en toda la campaña, la provincia de Buenos Aires le propinó un duro cachetazo al kirchnerismo. La fuerza Unión Pro cosechó la mayor cantidad de votos y provocó una gran incertidumbre en las huestes peronistas.
Y Néstor Kirchner, al contrario de su esposa, pareciera que hizo otra lectura de la elección y renunció indeclinablemente a la jefatura del partido justicialista en una clara muestra de su fracaso en territorio bonaerense.
Es que el golpe a la administración Fernández, además, se sintió en todo el país, principalmente, en los principales distritos. En capital federal el candidato del gobierno quedó muy lejos de los tres primeros lugares, en Córdoba prácticamente no tuvo relevancia y en Santa Fé, el Reuteman ahogó toda posibilidad para el kirchnerismo.


Nuevo panorama político.

Así, los resultados dejaron un claro mensaje a la dirigencia política del país. Los Kirchner fueron los grandes derrotados sin posibilidades en el futuro, pero no hay aquí tampoco grandes ganadores.
Puede decirse sí que De Narvaez se sumó un poroto importante porque derrotó a Kirchner en la provincia y de esta manera salvó además las pilchas del Pro, que en la Capital, su bastión electoral, logró apenas un 30 por ciento de los votos. Aquí podemos anotar también a Luis Juez que en Córdoba se impuso con comodidad y al “lole” Reuteman que en Santa Fe derrotó al socialismo y dejó lejos al candidato del Frente para la victoria.
Estos tres personajes de la política argentina son los grandes ganadores del domingo pasado pero los tres representan a líneas partidarias diferentes, y si sumamos, además, la excelente performance de Pino Solanas (Proyecto Sur) y la victoria del candidato de Julio Cobos en Mendoza, el abanico político argentino está más abierto y hecterogeneo
Esta lectura tendría que haber hecho la presidenta de las elecciones: los argentinos no soportan más las estructuras de poder consolidadas por mayoría sino que buscan consensos para terminar con los 4 millones de pobres, la desocupación, mejorar la educación, el sistema de salud y terminar definitivamente con la desigualdad social.

Por Juan Mansilla.

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