martes, diciembre 16, 2008

¡Este es tu beso de despedida! ¡Perro!


Se han visto volar un par de zapatos, que casi invisibles por su velocidad, le rompían la cabeza al cretino.
Igualmente, nada hubiera cambiado si esos zapatos violentos se estrellaban contra la burlona boca del canalla, ya que los años de saqueo, bandidaje y de robo, del ejército imperial de ocupación yanqui, no iban a borrarse de la memoria de nuestra historia por una cuestión de puntería. Las toneladas salvajes de bombas ya han caído sobre Bagdad. Los misiles de los profetas de la “libertad” ya han masacrado a un pueblo indefenso y los ejércitos de ocupación han usurpado ya, un territorio que no les pertenece.
La digna, pero estéril, actitud del periodista iraquí, que arrojó el día de ayer, sus dos zapatos contra la inhumanidad de George Bush, merece igualmente una aprobación solo por el hecho de querer dañar el rostro del “perro” invasor. Fue una exteriorización de la ira, de la indignación, de la impotencia de querer vengar tanta muerte, tanta burla y tanta infamia, que se le ha obligado sufrir a un pueblo, solo por el hecho, de que los intereses del imperio demandan el saqueo de la nación iraquí.
Este hecho, la agresión de un civil al presidente de una nación, hecho grave en sí en cuanto a la cuestión diplomática se refiere, de todos modos se nos presenta como una nota de color, como se le suelen llamar a cuestiones estúpidas y sin trascendencia en los medios de comunicación, como un hecho casi sin importancia, debido a que el contexto histórico en el cual se desarrolló dicho ataque, es infinitamente más grave, que un par de zapatos en el aire, en busca de un rostro. Hay un contexto de sangre inocente derramada, destrucción, muerte, mentiras que dieron origen a una invasión injustificable, que no puede tapar ningún zapato que vuele en dirección a la cara de cualquier mandatario del Globo. Hay un trasfondo de saqueo descarado, que la potencia número uno del mundo viene ejerciendo en Iraq desde el año 2003, cuando en base a mentiras de las más disparatadas e increíbles, se lanzó a una de las tantas aventuras bélicas de su historia, declarando esta guerra que ha provocado, la destrucción de un país, el desprecio hacia una cultura milenaria y el intento de la imposición de la cultura invasora, el agudizamiento de los conflictos internos entre distintas etnias, generando el estallido de una violenta guerra civil, y la muerte de cientos de miles de civiles entre otras cosas.
No pretendo historiar, el prontuario asesino de la nación que ama sumar estrellas en su bandera; la nación que cometió el hecho más monstruoso, aberrante, violento y bestial de la historia, en Hiroshima y Nagasaki, cuando hizo estallar sobre ciudades pobladas de civiles dos bombas nucleares innecesarias para el curso de la segunda guerra mundial que ya estaba en plena etapa de culminación, y con el Japón rendido. No aceptaron la rendición nipona, y en claro deseo de imponerle al mundo su terror, y a establecerse como primera potencia mundial, cometieron ese bárbaro y criminal acto que devastó dos ciudades enteras, en plena hora pico, cuando la gente iba a sus trabajos, y los niños a sus escuelas.
No pretendo ahora escribir sobre la guerra del golfo, (primer intento de Estados Unidos en sus apetitos petroleros en Iraq), sobre la guerra de Afganistán, sobre la guerra de Vietnam, sobre la guerra de Corea, sobre el Plan Cóndor (plan de inteligencia ideado por la CIA con el objetivo de imponer en Latinoamérica en la década de los 70, regimenes militares que respondieran a sus intereses económicos y políticos, y que sirvieran para luchar contra los movimientos de izquierda surgidos en la región. No pretendo hablar ahora sobre Nicaragua, El Salvador, el Plan Colombia, Panamá, el golpe de Estado a Chávez en Venezuela, el intento de golpe de Estado a Evo Morales en Bolivia, el robo de territorio a México, la base de Guantánamo, o el bloqueo imperdonable a Cuba desde hace 46 años. Ni sobre ninguna de éstas recurrentes maniobras, que Estados Unidos ha utilizado a lo largo de su historia, con el fin de querer mantener y extender sobre el globo su área de dominio e influencia, construyendo un mundo, a su imagen y semejanza.
No pretendo escribir sobre nada de eso, mi único objetivo en este escrito, es de una sencillez elemental, que es lamentar que ese zapato no hubiera hecho sangrar el inmundo rostro del villano, y desear, que ese calzado, se reproduzca, se multiplique infinitamente, y que en una bonita y extraña metamorfosis, se convierta algún día, en piedras, en cascotes, bombas molotov, en balas justicieras, en toda clases de elementos contundentes, que arrojadas por manos heroicas, pudieran matar y ajusticiar a canallas como Bush.

Alexis Gagliardi

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Que bien queda aqui expresado lo que queremos todos! Pensar que el tipo despues de la guerra fue reelecto. Son así, es la unica manera de entenderlo.
Muy buen blog sres!! y muy buena nota!!!

Manifiesto Latino dijo...

Bush y su gobierno conservador no se merecian otra despedida. El nuevo gobierno deberá tomar cartas en el asunto y abandonar Irak lo antes posible. Muy respetable la opinión de alexis. Sustentada con hechos que conocemos todos. La comunidad internacional no puede seguir mirando para el costado.