martes, septiembre 30, 2008

Duelo entre la codicia y la ideología.


Uno de los 226 representantes que condenaron ayer el proyecto de ley de rescate financiero, el republicano Darrel Issa, de California, explicó su oposición del siguiente modo: aprobar el Acta de Estabilización de la Emergencia Económica 2008 hubiese sido como "colocar un féretro encima del féretro de Ronald Reagan". Describió así uno de los costados ideológicos de la asombrosa puja que tiene lugar en Estados Unidos en un momento en que cierta etapa de desarrollo del capitalismo está agotándose.
Pero no conviene dejarse engañar por los principios y creer que lo representan todo. Lo que hay apenas debajo de la superficie del debate es otra lucha, feroz, de intereses concretos entre quienes han decidido que el cambio necesita ser conducido y quienes desean salvar lo más posible de una fase capitalista que desde hace casi tres décadas les ha permitido construir riqueza fabulosa muchas veces con la nada como sustento.
"Codicia" es un término que ahora se aplica con frecuencia al sistema financiero cuyo símbolo es la calle Wall Street en Nueva York. Pero una cosa es emplear la palabra de modo abstracto y otra verla en funcionamiento. Ayer los que operan con esa codicia como combustible no dudaron en presionar induciendo la baja más pronunciada en la historia de la Bolsa de Valores de EE.UU. (casi 778 puntos para el índice Dow Jones) que, en pocos días y a través de la sequía de crédito, puede hacer que hasta las empresas sólidas dejen de pagar a proveedores y hasta la nómina salarial.
Este efecto no es difícil de explicar. Las firmas reciben dinero de sus clientes y a su vez pagan a su personal y a sus proveedores. Para salvar la brecha entre cobros y pagos recurren al crédito y, si éste no existe, los costos operativos se vuelven agujeros negros. Así empiezan los ceses de operación, los despidos y el resto del infierno tan temido.
Mercados y mercaderes se abrazan a un sistema fracasado. Los fondos de cobertura ("hedge funds") saben que se cierne sobre ellos una era de controles a la que no están acostumbrados y se miran en el espejo de las "bancas de inversión" (verbigracia Lehman Brothers) que han desaparecido y no pueden sino preguntarse si seguirán ese camino.
Lo de los controles es una opción inevitable. Se están produciendo cambios cuyos efectos aún no pueden mensurarse. Con la adquisición ayer por parte del Citigroup de las operaciones de la Corporación Wachovia, otra entidad financiera asolada por las pérdidas hipotecarias, se refuerza la idea de tres bancos hegemónicos: Citigroup, JP Morgan y Bank of America que controlarán más del 30% de los depósitos en Estados Unidos. El trío adquirirá así un poder enorme en el establecimiento de los precios de sus créditos y servicios.
Nadie sabe a ciencia cierta cuántas instituciones financieras deberán ser rescatadas. Los más pesimistas dicen que los resultados de esta crisis perdurarán hasta el 2015 y que 700.000 millones de dólares serán insuficientes. ¿Hasta dónde llegará? No parece haber rincón que se salve; ayer Inglaterra nacionalizó el segundo banco en un año, Bradford & Bingley.
En juego está también la protección de los ciudadanos endeudados más allá de su capacidad para pagar las hipotecas. La derecha principista ya logró eliminar del proyecto la facultad de los jueces para reformular los términos de las hipotecas impagas. Y también la compensación al Estado con acciones de las empresas a las que salve mediante la compra de lo que ya se llama "créditos tóxicos". Por lo pronto lograron que esas acciones no vayan acompañadas de derecho de voto en los directorios.
Los llamados "paracaídas dorados" -las compensaciones multimillonarias por despido a los ejecutivos culpables de este caos- están siendo defendidos por sus beneficiarios y aliados. El secretario del Tesoro, Henry Paulson, aseguró que algunos empresarios no incluirían a sus empresas en el rescate si las indemnizaciones fuesen suprimidas. Preferirían la quiebra y la evaporación del dinero de sus acreedores.
Los republicanos dijeron, después de la votación, que habían creído contar con 12 votos que fueron a la oposición al proyecto. Estos parecen haber sido los apóstoles de la codicia que se resiste a amainar.

Raúl Cardoso
Fuente. Blog Clarín.

sábado, septiembre 27, 2008

Ecuador decide su futuro


Refundación: el 28 de septiembre será un día clave para Ecuador: la ciudadanía definirá el rumbo de su país aceptando o rechazando la nueva Carta Magna. Si se aprueba el texto constitucional, el Estado ecuatoriano será intercultural y plurinacional. Lejos de ser una simple declaración, el cambio implica profundas transformaciones en la sociedad, la democracia y la economía. La Constitución establece, además, un nuevo nivel de gobierno territorial: el intermedio, que será administrado por las regiones. Serán las propias realidades locales las que definan la regionalización del país. Nace un nuevo concepto de nación que propone la unidad en la diversidad. Con esta concepción de las autonomías, alejada del separatismo de la derecha, se fortalece el Estado y la democracia.
En el proyecto de nueva Constitución política de Ecuador, que será sometido a aprobación popular el 28 de septiembre, la Asamblea Nacional Constituyente incorporó un cambio de gran trascendencia para la vida del país: recogiendo una de las reivindicaciones más profundas de los movimientos indígenas y afroecuatorianos, se pasará del Estado pluricultural y multiétnico de la Constitución de 1998 al Estado intercultural y plurinacional. Esta definición no es una simple declaratoria: implica profundas transformaciones en la sociedad, el Estado, la democracia y el modo de desarrollo.
El proyecto de nueva Constitución establece que los territorios indígenas, afroecuatorianos y montubios pasarán a asumir las mismas competencias del gobierno seccional. Por otro lado se reconoce al Sumak Kawsay o “buen vivir “como el objetivo a alcanzar en el proceso de desarrollo, lejos de los dictados del mercado. La ampliación de los derechos colectivos y el reconocimiento a la justicia indígena en el marco del respeto a los derechos humanos debe garantizarse como una jurisdicción especial.
Además, las nacionalidades y los pueblos indígenas y afroecuatorianos deben ser reconocidos como sujetos de derecho. La nueva carta establece el fortalecimiento de la Educación Intercultural Bilingüe, bajo la rectoría del Estado, y el fortalecimiento de la interculturalidad en el sistema “hispano” de educación, a través de la enseñanza de los idiomas ancestrales. El reconocimiento de la nacionalidad ecuatoriana por nacimiento para las personas que pertenecen a una nacionalidad indígena reconocida en el país y que nacieron en las zonas de frontera, es otro de los cambios. El castellano, el kichwa y el shuar serán reconocidos como idiomas oficiales.

Interculturalidad y plurinacionalidad contra la dominación

La interculturalidad es una dimensión de la plurinacionalidad: un concepto no puede existir sin el otro. La relación intercultural supone el reconocimiento de los demás mientras que un Estado monocultural no reconoce la diversidad de las sociedades, sólo registra una cultura, la dominante. Para este tipo de Estado las otras culturas no cuentan, son invisibilizadas y terminan siendo “integradas” en el marco de una perspectiva homogeneizadora.
En sociedades marcadas por la desigualdad, no se puede pensar la interculturalidad sin tomar en cuenta los procesos de dominación. El diálogo intercultural parte de la premisa del diálogo entre iguales y éste no es posible cuando una de las culturas está subordinada a la otra. El tema de las relaciones interculturales, más que un aspecto antropológico, se convierte en un aspecto fundamentalmente político.
La desigualdad económica está acompañada de profundos procesos de exclusión social, discriminación y desconocimiento de todo otro cultural. De ahí que al hablar de inclusión e integración social se haga imprescindible generar estrategias claras de reconocimiento a la diferencia y a la diversidad, que a la larga conduzcan a generar cambios en las estructuras de poder.
La plurinacionalidad postula una relación distinta entre el Estado, el mercado, la sociedad y la naturaleza. Una relación basada en el sumak kawsay o “buen vivir”.

Unidad en la diversidad

La concepción de la plurinacionalidad, por otra parte, promueve la justicia económica y la igualdad en el reconocimiento de la diferencia. Igualdad y diferencia no son dos nociones contrapuestas, constituyen dos dimensiones de la justicia social.
El Estado Plurinacional supone la construcción de un Estado radicalmente democrático: recupera y fortalece al Estado y la sociedad para garantizar el ejercicio pleno de la soberanía popular. Supone el reconocimiento a las autoridades de los pueblos y nacionalidades, elegidas de acuerdo a sus usos y costumbres dentro del Estado unitario. Reconoce y valora las distintas formas de democracia existentes en el país: la comunitaria, la deliberativa y la participativa nutren y complementan a la democracia representativa, promoviendo un verdadero ejercicio democrático intercultural. La construcción de un Estado radicalmente democrático es la edificación de un Estado policéntrico. Por eso la plurinacionalidad va de la mano con la descentralización y no con el debilitamiento del Estado.
Pensar que la plurinacionalidad implica “crear un Estado dentro de otro” es un mecanismo para garantizar privilegios indebidos; es tan absurdo como pensar que los gobiernos locales de un país son Estados dentro del Estado. El carácter unitario no está en cuestión; se trata de un Estado que reconoce las diversas formas de ejercicio de la autoridad existentes en el país y la capacidad de los pueblos de autodeterminarse, una dimensión clave de la soberanía popular.

Ruptura del concepto liberal de nación

La plurinacionalidad implica una ruptura con la noción liberal de la nación, aquella según la cual a cada Estado le corresponde una nación. El reconocer que un Estado no deja de ser unitario por estar constituido por múltiples naciones es sin duda un avance democrático, pero también un avance teórico-político, basado en la concepción de la diversidad.
La existencia de múltiples naciones conlleva además al reconocimiento de múltiples adscripciones identitarias: el ser indígena y el pertenecer, por lo tanto, a una nacionalidad originaria, no implica dejar de ser ecuatoriano. Por otra parte, la plurinacionalidad conlleva la construcción de una sociedad pos colonial. En el marco de la creación de las repúblicas latinoamericanas, las diversidades fueron consideradas “obstáculos” para el “progreso”. Las elites impulsaron un proceso de homogenización de los sectores subalternos, caracterizados como carentes de potencial político para plantear o constituir un proyecto de país. El nacimiento de la república ecuatoriana estuvo signado por la exclusión de las mayorías en la construcción nacional. El trabajo de la Asamblea Constituyente marca el nacimiento de un nuevo tiempo en Ecuador donde, por primera vez en la historia, la ciudadanía traza su horizonte.

Desde Quito,
Ana María Larrea Maldonado

sábado, septiembre 20, 2008

EE.UU.: "rescate amplio" y socialización de pérdidas


En qué quedamos? El Estado ha sido, desde hace casi 30 años, en el lenguaje del poder, el gran impedimento (o el gran impedidor, lo mismo da) para que los habitantes del planeta alcancen prosperidad y felicidad. Más aún, supremo ejemplo de egoísmo en una creación del hombre, había sido responsable -se nos dijo- de casi toda guerra y tragedia ocurrida desde los Tratados de Westfalia en el siglo XVII, que dieron forma al estado moderno.
¿Qué mejor promesa entonces que anunciar que se lo haría cuasi desaparecer, liberando las energías de los ciudadanos?
Esta argumentación fue común a dictaduras militares -como la Argentina 1976-83- o gobiernos de extracción legítima como los de los ocho años de Ronald Reagan en la Casa Blanca, a partir de 1981, a quien puede asignarse el liderazgo de la ideología "anti-estatal" en escala popular.
Esta melodía sufre ahora una seria disonancia: George W. Bush, un presidente que se reivindica como discípulo de Reagan, acaba de admitir en Washington, que solo el Estado es capaz de extraer a su país de los resultados de la tormenta que atraviesa el sector financiero. Poco antes su secretario del Tesoro, Henry Paulson, había advertido que aunque el rescate iba a demandar "cientos de miles de millones de dólares", la alternativa al mismo -presumiblemente dejar que el incendio financiero se consume- "sería más cara".
Los comentaristas ironizan con que, socializando de este modo las pérdidas de los banqueros, aseguradores y otros, Bush -ahora con el Congreso- está a punto de transformar el país en los "Estados Unidos Socialistas de América". De a poco lo había venido haciendo desde hace más de un año la Reserva Federal con Ben Bernanke a la cabeza, pero la escala de la crisis se ha ido de toda proporción y se necesitan leyes para proceder al rescate. Bernanke es considerado uno de los expertos de la devastación económica y financiera de 1929, así que sabe mejor que nadie lo que hay en el horizonte.

¿En qué quedamos entonces?

Realmente en nada nuevo, porque si uno se abstrae del discurso teológico sobre el mercado, encontrará amplio precedente para el curso que ahora propone Bush: que los fondos del fisco sirvan para comprar las deudas incobrables que están atosigando la economía estadounidense y, por extensión, la global. Otras crisis financieras anteriores han sido resueltas del mismo modo, por vía de la socialización de pérdidas.
En Estados Unidos, un antecedente directo del programa que ahora intentan transformar en ley en Washington, es el de la crisis de las llamadas Savings & Loan (Sociedades de Ahorro y Préstamo) que complicó los '80 y los '90 y que causó un crónico déficit presupuestario en la segunda de esas décadas. Más de 700 entidades fallidas fueron compradas entonces con dinero fiscal a través de una corporación pública conocida como RTC (siglas para Resolution Trust Corporation), en un conjunto de operaciones que les costó a los contribuyentes 124.000 millones de dólares. Aunque no hay una estimación cierta o confiable, las cifras que se asignan a este rescate están en el orden de los 600.000 millones de dólares, siempre y cuando el Estado pueda revender a precios razonables los préstamos devaluados que adquirirá en breve.
Esta solución del "rescate amplio" fue defendida recientemente en forma pública por dos popes económicos. El primero de ellos es Paul Volcker, ex titular de la Reserva Federal; el segundo es el antiguo secretario del Tesoro Paul Brady. A este último se lo puede recordar porque ayudó a socializar otra crisis, la de la deuda externa latinoamericana en los años 80 a través de la creación de los bonos que llevaban su nombre, con los que quitó a la región endeudada toda herramienta de confrontación. Aquel "rescate" no costó demasiado. Luego, en 1998 llegó el rescate del fondo de inversión LTCM (Long Term Capital Management) que tenía dos premios Nobel de economía entre sus directivos y acostumbraba a pagar dividendos de hasta 40 por ciento anuales a sus inversores. Y más tarde Enron, el colapso de la llamada "nueva economía". Uno puede encontrar la misma fórmula, el dinero estatal salvando a banqueros en Japón --años 90-- y aun en Suecia, a comienzos de esa misma década.
Ahora se predice que --cuando el vendaval presente se detenga-- vamos a ver amanecer sobre un mundo diferente en el que las relaciones de poder se ajustarán a la realidad post-Lehman, como la bautizaron algunos. Habrá más regulación del sistema, afirman, para evitar que la codicia siga enseñoreándose. Pero ¿será así?
Esto último requeriría un cambio cultural antes que nada que es muy difícil de prever. Un ejemplo: parte del paquete conocido ayer fue la suspensión de la llamada "venta corta" de 799 activos financieros. ¿Qué es esto? Se trata de los inversores que apuestan contra determinadas acciones y que las venden antes de poseerlas porque creen que su precio caerá y podrán comprarlas luego a un precio inferior que permita la ganancia. ¿Desparecerán estas prácticas codiciosas? ¿La alegría de los mercados financieros en todo el mundo ayer, ante el rescate estatal, lo permitirá? Nouriel Roubini, el académico economista de la Universidad de Nueva York al que se le reconoce haber anticipado esta crisis en el 2006, dice ahora: "Este puede ser el fin del imperio estadounidense".

Por Raúl Cardoso. (Fuente: Clarin)

domingo, septiembre 14, 2008

Washington promueve la guerra civil en Bolivia


Mediante bandas fascistas el Departamento de Estado lanzó el 9 de septiembre una ofensiva violenta con eje en Santa Cruz, Pando y Tarija.
El gobierno de Evo Morales calificó este accionar como “golpe cívico prefectural”. La expresión apunta a subrayar que las fuerzas armadas no son el instrumento de esta escalada, basada en cambio en los gobiernos de los departamentos de la llamada Media Luna. En ese sentido la definición es ajustada a la realidad. Sin embargo, estas operaciones no tienen como objetivo un golpe de Estado tal como los que la Casa Blanca promovió en innumerables oportunidades en América Latina. Washington sabe que el derrocamiento de Evo y la implantación de otro gobierno, por vía civil o militar, es una perspectiva cerrada por todo un período en Bolivia.
La táctica estadounidense está centrada en detonar una guerra civil. Operaciones terroristas contra puntos vitales de la estructura económica y el aparato del Estado; utilización de bandas fascistas contra la base social de la revolución en marcha (abrumadoramente hegemónica); secesión de la Media Luna: son peldaños de una escalada apuntada a provocar la lucha fratricida. El asesinato de Evo; la aniquilación de dirigentes sociales y políticos claves, son otros recursos que sin duda alguna intentarán los estrategas estadounidenses.



Significado de la escalada


El análisis trata de desentrañar la realidad de hoy con parámetros del pasado. Las burguesías locales y el imperialismo podían dar golpes de Estado cuando tenían instrumentos militares, políticos, sindicales y sociales en condiciones de ejercer la hegemonía necesaria para gobernar bajo fachadas más o menos represivas. Eso acabó. Una a una, las instituciones de las clases dominantes han perdido su capacidad como instrumentos válidos para el ejercicio del poder. Y esta afirmación no sólo es válida para Bolivia: toda América Latina está en la misma situación. Hoy el imperialismo ni siquiera puede apelar al recurso del golpe militar. Requiere y utiliza la violencia, pero su estrategia ya no consiste en imponer un gobierno títere. Antes de volver a pensar en esa posibilidad, necesita infligirle a las masas una derrota letal. En la época de crisis y declinación irreversible del capitalismo eso sólo es posible mediante el fascismo y la guerra civil.
Es exactamente lo que han puesto en marcha los agentes de Washington en Bolivia. El imperialismo necesita de ese enfrentamiento civil y ya ha lanzado la provocación a gran escala.
La expulsión del embajador de la Casa Blanca indica que Evo Morales comprende exactamente la estrategia imperial y ha resuelto enfrentarla. La inmediata solidaridad de Hugo Chávez, haciendo lo mismo con quien en su territorio promovía una acción análoga, el apoyo incondicional a estas medidas por parte de Daniel Ortega, la decisión del presidente hondureño Manuel Zelaya de suspender la ceremonia de recepción de credenciales del nuevo embajador de Estados Unidos, en solidaridad con Bolivia y Venezuela, son otros tantos indicativos de la rebelión antimperialista que se agiganta en América Latina. Estos países se sumaron así a la histórica conducta de la Revolución Cubana. Cuando el imperialismo apela al fascismo, la diplomacia carece de sentido. Quien se asusta del tono empleado por Chávez al reiterar su disposición a defender a Evo Morales incluso enviando combatientes a Bolivia, o bien no ha comprendido el significado de la escalada fascista, o bien programa una negociación en cuya conclusión está la cabeza de Evo. Pero Chávez no está solo. Seremos cientos de miles quienes en América Latina nos alistaremos para defender con las armas la revolución en Bolivia frente al ataque imperialista, si una enérgica acción internacional no logra detenerlo.



Unasur


Otro indicativo de los cambios en las relaciones de fuerza continental es la realización de una reunión de emergencia de Unasur, en Santiago, el lunes 15. Allí reside la posibilidad de detener la mano asesina de la Casa Blanca. Cada gobierno mostrará hasta dónde llega su compromiso con la democracia, la paz y la unión regional. La diversidad de los componentes de la Unión de Naciones Suramericanas asegura una dura disputa. Pero el mínimo común es el apoyo incondicional al gobierno de Evo (con su reciente ratificación con el 67,41% de los votos tiene más legitimidad social que ninguno de sus pares), el rechazo a la ingerencia estadounidense y el compromiso de romper relaciones diplomáticas en conjunto con Estados Unidos si Washington persiste en alimentar la escalada fascista. Luiz Inácio da Silva adelantó que “no tenemos derecho a tomar ninguna decisión sin que haya acuerdo del gobierno y la oposición”. Sus asesores en política internacional deberían informarle a Lula que “la oposición” es Estados Unidos y que los jefes políticos locales han tomado por la vía del fascismo. Apenas unos videos y unos testimonios sobre los saqueos y matanzas bastarían para que el presidente brasileño tenga la información suficiente y pueda asumir que las acciones emprendidas en estos días por los separatistas definen una estrategia de guerra, con la cual Estados Unidos pretende recuperar el control que se le va de las manos en América Latina. Eso le concierne también a Brasil.
El fascismo en sentido lato es el primer paso de esa estrategia. Fascismo no es, como se entiende corrientemente, un gobierno o una política represiva. Es la utilización de la población civil para ser lanzada contra otros estratos de la población civil. (Por eso, cuando la teoría política de las clases dominantes comenzó a enfatizar la expresión “sociedad civil”, tergiversando por completo su sentido original, era claro en qué rumbo se orientaba). Es la utilización de sectores de clases medias y de las franjas más empobrecidas y marginalizadas, a las cuales no ha podido llegar el mensaje de la revolución, para lanzarlas como fuerza de choque ciega contra los trabajadores, los campesinos, los estudiantes y los flancos concientes de las capas medias. Es el choque de aquellos que por determinaciones que van mucho más allá de su propia cotidianeidad, no están en condiciones de tomar conciencia de sus actos y contratados como mercenarios son lanzados en operaciones de guerra contra sus hermanos más próximos. Eso es el fascismo. Y siempre, por detrás, hay estrategas del capital que programa sus actos.



Urge una respuesta continental


Aparte los gobiernos, cuyo compromiso puede eventualmente lograr efectos extraordinarios, es otra la instancia latinoamericana que al cabo definirá si la revolución latinoamericana en marcha puede o no enfrentar y vencer la contraofensiva imperialista. Las acciones de solidaridad con el gobierno de Evo Morales en cada país son imprescindibles. Pero no bastan. Urge dar pasos efectivos observando la huella de la nueva fuerza revolucionaria de masas que ha aparecido en el panorama internacional: el Psuv (Partido Socialista Unido de Venezuela). Urge concretar instancias análogas de unidad social y política de masas, con definiciones antimperialistas y anticapitalistas. Urge crear organismos que permitan a las direcciones de esas fuerzas revolucionarias diseñar y aplicar una línea de acción latinoamericana. La historia no perdonará omisiones ni retardos.


Por Luis Bilbao.
La paz, 13 de septiembre de 2008.

sábado, septiembre 13, 2008

Algo mas que juegos de guerra


La decisión rusa de enviar una fuerza aeronaval de tareas encabezada por el crucero misilístico "Pedro El Grande" a América Latina para realizar ejercicios conjuntos con la Armada de Venezuela se insinúa como algo de mayor importancia que apenas otro juego de guerra.
En verdad -y aunque Caracas y Moscú aseguran que los ejercicios de noviembre próximo estaban previstos hace ya algún tiempo- la situación generada tiene connotaciones de una doble respuesta venezolana y rusa a acciones muy recientes de Estados Unidos.
En el caso ruso, estos ejercicios militares podrían ser una forma de "emparejar" el envío -invocando la entrega de ayuda humanitaria- de buques de guerra estadounidenses a las costas de Georgia, apenas un mes después de que esta república ex-soviética fuese invadida por tropas de Moscú. Vladimir Putin, el primer ministro ruso, había advertido hace unas semanas que Rusia "dará una respuesta" a esa presencia estadounidense.
Para Caracas es una forma de oponer un desafío a la reciente reactivación de la IV Flota estadounidense, que el presidente Hugo Chávez ha denunciado reiteradamente como una amenaza militar para América Latina toda, pero en particular a la soberanía de Venezuela. La determinación de Moscú no está exenta de riesgos. Su fuerza de tareas deberá desplazarse más de 8.000 kilómetros en una ruta en la que tendrá pocos, si acaso alguno, puertos de confianza si alguna de las naves necesitara de reparaciones de emergencia. La flota de superficie soviética tiene limitada experiencia en cubrir esas distancias y, en este caso, será vigilada constantemente por los aviones de vigilancia Orion P-3 estadounidenses.
No obstante, si las naves rusas llegan sin problema, la presencia de las mismas en Venezuela será un recordatorio interesante a Washington de que no tiene la única Armada capaz de operar lejos de su base.
La decisión confirmada por Moscú y Caracas ha reavivado, además, versiones sobre un posible estacionamiento por tiempo indeterminado de aviones de vigilancia marítima rusos en bases venezolanas y también de submarinos del mismo origen en puertos cubanos. Hace no mucho Putin decidió incrementar la cooperación con La Habana.
Si algo de esto sucediera, generaría una situación con lazos evidentes -aunque menos grave- que la que originó en los años '60 la crisis de los misiles entre Washington y Moscú; es decir un escenario símil "guerra fría".
Quizá haya que prestar atención a la advertencia del teórico conservador que impuso en los '90 la idea del "fin de la historia", Francis Fukuyama. Hace algunas semanas recomendó a Washington aceptar el hecho de que el poder global de Estados Unidos estaba reduciéndose y, sobre esta base, renunciar a la pretensión de ser el gendarme planetario y a empujar más hacia el este el club militar de la OTAN.
O quizá haya que pensar que Washington puede llegar pronto a extrañar a la Unión Soviética que Hans Morgenthau calificó, ya en 1969, no como una potencia expansiva sino como "conservadora y defensiva a la que mueven sus intereses nacionales y no la ideología". Aquella URSS parece hoy más fácil de contener que la Rusia del presente.

Por Oscar Cardoso para su blog en la comunidad Clarin.

domingo, septiembre 07, 2008

Bolivia marcha hacia la resolución estratégica de su revolución


Herida de muerte por los resultados del referendo ratificatorio (ver Mazazo a la conspiración imperialista) y por el llamado a otras dos consultas similares para el 7 de diciembre, a la ultraderecha se la van cerrando los caminos para derrotar el proceso de cambio estructural y recomponer su poder.
Esa situación de derrota la vuelve más peligrosa que en los dos años y medio de gobierno de un presidente indígena, el primero de Bolivia y América Latina, que se ha tomado en serio su responsabilidad histórica. Habrá una radicalización en las clases dominantes bolivianas, particularmente en la burguesía agroexportadora y latifundista que se ha colocado a la cabeza de la oposición, para tratar de curarse las heridas y liquidar a la revolución boliviana y su líder.
Respaldada por Estados Unidos, la derecha boliviana ha ido demostrando a partir del 22 de enero de 2006, cuando Evo Morales asumió la presidencia, que pretende continuar conduciendo un país de mayoría indígena con una lógica excluyente y racista, como lo hizo durante más de 180 años.
Pocos ejemplos lo muestran de manera contundente: la Unión Juvenil Cruceñista (UJC) y otros grupos paramilitares similares en Santa Cruz y otros departamentos de la llamada Media Luna (Beni, Pando y Tarija), han puesto en marcha operativos de violencia masiva y selectiva contra dirigentes de movimientos sociales y del MAS, y han planificado acciones contra el consulado venezolano y la casa de la misión médica en Santa Cruz, así como el reciente secuestro express de seis cubanos (cuatro mujeres y dos hombres) de la cooperación médica en la provincia oriental de San Ignacio de Velasco.
Es responsabilidad de la derecha la violencia de que fueron víctimas humildes campesinos y campesinas en Sucre; el hallazgo de una casa de seguridad con depósito de armamento en una provincia de Chuquisaca; atentados dinamiteros contra la sede del MAS en Santa Cruz y las instalaciones de la Central Obrera Boliviana (COB) en La Paz; invasión de aeropuertos en Beni y Tarija para impedir el arribo del presidente Morales y al menos una decena de acciones de violencia contra objetivos oficiales.
Más significativo aún fue el intento de asesinato del presidente Morales en la ciudad de Santa Cruz, en la tarde del 19 de junio pasado, cuando dos jóvenes fueron detenidos en las afueras del aeropuerto militar El Trompillo con un fusil reacondicionado y con mira telescópica.
En todos estos casos de nada sirvió la oportuna intervención de los organismos de seguridad del Estado o la denuncia de las organizaciones sociales. El aparato de justicia, todavía en manos de la derecha, se encargó de que no pasara nada más allá de la mera indagación de hechos.

Ahora, conspiración en serio

Con este incompleto recuento del carácter violento que va asumiendo la oposición en Bolivia, se hace evidente que tras ponerse a disposición del pueblo la decisión de aprobar o desaprobar el texto constitucional, la derecha está ante un dilema: derroca a Morales o afronta una derrota estratégica.
Para derrocarlo es probable que los sectores de ultraderecha se inclinen por retomar la idea del magnicidio, para lo que ciertamente buscarán el asesoramiento y el apoyo de sus similares fuera del país. La denuncia realizada por organismos de inteligencia, de que paramilitares desplazados de Colombia han sido conectados hace más de un año para trabajar de “seguridad privada” de famosos latifundistas, es algo que no debería perderse de vista y tampoco ignorar el interés de la mafia cubano-miamense en ese tipo de operativos.
No hay otra manera de “voltear al indio”. Otras opciones como el bloqueo de caminos, la suspensión de artículos alimentarios al occidente, paros cívicos y toma de instituciones públicas, que figuran en los planes de las dirigencias cívicas y los grupos paramilitares, según han reconocido ellos mismos, pueden representar serios dolores de cabeza para el gobierno en un momento determinado, pero al mismo tiempo convertirse en acciones que le sigan permitiendo acumular apoyo social y ciudadano para el proyecto de cambio.
Han sido precisamente las acciones de ese tipo, sumadas a los bloqueos en el Congreso y en la Asamblea Constituyente, las que revitalizaron a un gobierno que aun en los peores momentos –entre julio de 2007 y mayo de 2008– nunca tuvo menos del 40% de respaldo popular, según sostienen estudios de opinión pública que con frecuencia le dan a Morales menos apoyo del que realmente tiene.
Es decir, para evitar que se realice la consulta constitucional y dirimitoria en el tema de la tierra, la ultraderecha debe apostar en serio, aunque todo indica que no tiene la musculatura suficiente para hacerlo ni las condiciones para asegurar su victoria. Dos tercios de Bolivia quieren el cambio.
El otro camino es que sectores de la derecha, principalmente de Tarija y Pando, miren la calidad de sus estatutos autonómicos, bastante similares al texto constitucional en distribución de competencias, y para evitar ser sobrepasados por la población de sus departamentos, busquen contactos y puntos de encuentro con el gobierno. De hecho, el resultado del referendo revocatorio en ambas regiones, con un 50% de apoyo a Morales en el primero y con una victoria en el segundo, constituyen datos que la oposición debe analizar con el mayor cuidado.
Es altamente probable que, en el caso hipotético de que Pando y Tarija muestren flexibilidad, Santa Cruz y Beni no vayan por ese camino. Las clases dominantes en los dos Departamentos, aun con un gobierno que cuenta con un apoyo superior al 40% del electorado en ambas regiones, tienen en sus fracciones más duras una tradición ultraderechista que, motivada por la magnitud de sus intereses en juego, parece tener la voluntad de mantener. De hecho, es con esos sectores duros que se reúne frecuentemente el embajador de Estados Unidos en La Paz, Phillip Golberg, como ocurrió el lunes 25 de agosto, reunión por la cual fue citado por el canciller David Choquehuanca.
Santa Cruz apuesta, con Beni incluido, a un proyecto separatista encubierto bajo las banderas de la autonomía. En eso tiene gran experiencia el embajador Golberg, tras su paso por la embajada de Estados Unidos en Yugoslavia y Serbia. La conspiración en serio vendrá de Santa Cruz y de la embajada estadounidense.

Las múltiples contradicciones

La recta final hacia la resolución estratégica del proceso boliviano tendrá por contradicción fundamental el enfrentamiento entre un bloque nacional-indígena-popular, que busca construir una patria para todos, y un bloque burgués-imperial-colonial, que mira con añoranza la Bolivia de los privilegios para pocos.
Los primeros saben que están cerca de lograr una hegemonía ideológica que asegurará la reproducción del proyecto durante décadas. Los segundos, salvo “ilusiones ideológicas”, hasta ahora se han mostrado incapaces de reconocer que los pueblos de América Latina caminan por una dirección contraria al individualismo, la acumulación privada, la entrega de los recursos naturales a las transnacionales, la exclusión, la anexión y la guerra como método de dominio colonial.
Pero la recta final, esa batalla decisiva de la que habla el matutino de derecha La Razón (filial de El País, de Madrid), tendrá además una contradicción dentro del desplazado bloque en el poder, entre los que pueden aceptar la nueva realidad política y tratan de perder lo menos posible, y los que se niegan a reconocer el rumbo histórico no capitalista que ha tomado el proceso y prefieren el suicidio. Los moderados, que hasta ahora han sido arrastrados por los radicales, tienen el gran desafío de dar muestras de su vocación democrática y de aportar a la construcción de una sociedad con igualdad de derechos y oportunidades para todos. Los radicales harán todo lo posible para que la muerte sea de la revolución y no de ellos.

Desde La Paz, Hugo Moldiz Mercado.
Fuente: Revista América XXl

sábado, septiembre 06, 2008

Guerra en el Cáucaso



No es el petróleo. Es algo de mayor trascendencia aún, ante lo cual se inclina esa poderosa fuerza determinante de los pasos de las grandes potencias. Es la clausura de la etapa a medias cerrada con el fracaso estrepitoso de lo que dio en llamarse “neoliberalismo”. La guerra relámpago en el Cáucaso hace estallar el realineamiento internacional que ha venido gestándose en los últimos 20 años.
En el corazón de este choque late, además, la irresuelta dinámica interna entre Rusia y los restantes países de la ex Urss y el Pacto de Varsovia: hasta dónde, cómo y con quiénes llevar la transición negativa de una economía no capitalista a otra inserta de manera subordinada al mercado mundial imperialista. Abrupta, inesperadamente, reaparecen los verdaderos dilemas planteados a la historia por el derrumbe de la Unión Soviética.
Excepto un puñado de analistas de signo diverso, intelectuales y dirigencias políticas fueron convenciéndose a lo largo de la década de 1990 de que el mundo era y siempre sería “unipolar”. El grueso de las izquierdas asumió la noción de “nuevo orden internacional”. El significado estratégico de esa interpretación fue el abandono de la revolución socialista como perspectiva. En términos tácticos, implicó un violento giro a derecha; un huracán ideológico que arrasó la geografía política mundial.
Un detalle basta para mostrar los efectos de la miopía estratégica: el G7 (Estados Unidos, Japón, Canadá, Alemania, Francia, Italia e Inglaterra) pasó a llamarse G7 + 1 (Rusia) e inmediatamente, G8. Los últimos años los empeñó el gobierno brasileño en sumarse a ese grupo exclusivo, llevado por la certeza de que ése era el punto de nexo del nuevo orden mundial. No lo logró. Pero es un dato menor. Porque ya no son 8 ni 7 + 1: la prensa mundial habla ahora exclusivamente del G7, resumiendo en ese giro el vuelco estratégico ocurrido a partir de la invasión georgiano-estadounidense a Osetia del Sur.
Con Rusia involucrada en una guerra comenzó una fase diferente en la era post soviética. Ha terminado el ensueño de una integración pacífica sobre bases capitalistas, entre la Unión Europea y los países del ex Pacto de Varsovia. Anclado en el espejismo de 1990, el pensamiento político dominante se muestra balbuciente o simplemente calla ante la súbita reaparición de la guerra y el riesgo atómico entre Estados Unidos y Rusia.

Escalada

Precedidas por masivos ataques de artillería y bombardeos a la población civil con aviones Su-25, fuerzas blindadas georgianas invadieron Tsjinvali, capital de Osetia del Sur, en la madrugada del 8 de agosto. “Hay combates encarnizados por toda la ciudad”, declaró el general Marat Kulejmátov, comandante de las fuerzas de paz rusas destacadas en la zona. Los militares georgianos que integran ese mismo cuerpo habían abandonado las instalaciones al mediodía del jueves 7, minutos antes de que comenzaran los ataques de artillería. En pocas horas murieron alrededor de dos mil civiles, de nacionalidad rusa y partidarios de la independencia. Entre ellos, 15 militares del contingente ruso.
Moscú replicó con un contraataque fulminante, que en pocas horas obligó a la retirada de Georgia. La guerra se extendió a Abjasia, otra región que reclama su independencia de Tiflis. La prensa mundial expandió la interpretación del conflicto a partir de este segundo capítulo, no tanto para ocultar el primer golpe ordenado por el presidente georgiano Mikhail Saakashvili, como para encubrir el hecho de que éste actuó bajo las órdenes de Washington. “Tenemos serias razones para creer que hubo ciudadanos estadounidenses justo en la zona de combate”, declararía luego el primer ministro ruso Vladimir Putin.
Bajo su actual gobierno Georgia es un enclave de la Otan, tiene dos mil soldados en Irak y actúa como punta de lanza del plan militar estratégico estadounidense contra Rusia.
Ya el 10 de agosto el balance militar estaba resuelto, con el obvio aplastamiento de las fuerzas georgianas y el despliegue ruso apuntado hacia la capital de ese país. Saakashvili clamó por la intervención de sus jefes. Pero George Bush se limitó a duras declaraciones. Cabe creer que los estrategas del Pentágono no previeron la determinación y contundencia con que actuaría Moscú.
El recurso intermedio de la Casa Blanca fue enviar “ayuda humanitaria” para socorrer a las víctimas de la guerra. Poco después 18 naves de guerra de la Otan estaban desplegados en el Mar Negro. El Dallas, un destructor estadounidense se apostó en el puerto georgiano de Batumi. A 300 kilómetros, en Sujumi, capital de Abjasia, se apostó de inmediato un crucero portamisiles y dos buques de combate rusos.

Escudo antimisiles: Otan vs Rusia

Simultáneamente, Polonia anunciaba que daba autorización para instalar en su territorio un escudo antimisilístico estadounidense. Rusia replicó reconociendo la independencia de Osetia del Sur y Abjasia. “El deslizamiento de la Otan hacia la confrontación con Rusia y los intentos de presionarnos son inadmisibles y pueden conducir a consecuencias irreversibles para el clima político y militar y la estabilidad en el continente”, declaró el portavoz del ministerio de Exteriores de Rusia, Andréi Nesterenko.
Las cancillerías europeas entraron en pánico. Son parte subordinada de la Otan y van ineludiblemente a la rastra de Washington. Pero dependen del petróleo y el gas que proviene de esa zona ahora en llamas.
A la defensiva, la Casa Blanca anunció mediante una portavoz, Dana Perino: “estamos en proceso de reevaluar nuestra relación con Rusia. Lo estamos haciendo en colaboración con nuestros socios internacionales”. A sus súbditos británicos les hizo decir algo más claro: es preciso formar “la mayor coalición posible contra la agresión rusa en Georgia”, espetó el canciller David Miliband; y agregó “el G-7 debe revisar la naturaleza, profundidad y amplitud de las relaciones con Rusia”. Nicolas Sarkozy y Angela Merkel recibieron el recado y se apresuraron a declarar en esa tónica.
Basta reemplazar el pseudónimo “neoliberalismo” por su verdadero nombre: reacción desesperada del capital ante su crisis estructural, para comprender qué etapa es la que clausura la guerra del Cáucaso.

Por Luis Bilbao

LECHOS MARITIMOS



De modo inusual, la Cancillería ha emprendido una minuciosa desmentida de los contenidos de una cadena de correos electrónicos que acusan al Ministerio de deliberado descuido en la definición de la plataforma marítima de la Argentina. Más aún, el texto anticipa que el país no podrá cumplir con el compromiso de presentar su reclamo de soberanía sobre aquella plataforma ante uno de los organismos técnicos creado por la Convención de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar (Convemar), para lo que tiene un plazo improrrogable el 13 de mayo de 2009.
Aunque suscritos con el seudónimo Ulises, se sabe que detrás de los mensajes hay un grupo de políticos y técnicos críticos del Gobierno, entre los que se cuenta el ex diputado Mario Cafiero.
El canciller Jorge Taiana tomó la decisión de abrir las puertas de la versión oficial -publicada en Clarín-, crecientemente preocupado por las imputaciones que se niegan a desaparecer, a pesar de que, hasta ahora, no trascendieron en detalle más que a través de correo electrónico.
El documento de la cadena, además, sugiere que la presunta morosidad argentina está -desde los acuerdos entre Londres y Buenos Aires de 1990 sobre el conflicto de Malvinas- en concordancia con un proceso de negociación del Reino Unido con los sucesivos gobiernos argentinos, incluyendo el presente, que se mantiene en secreto y se mezquina a la opinión pública.
Taiana y los diplomáticos involucrados en el proceso aseguran que las denuncias están construidas sobre falsedades.
La Argentina casi ha completado el proceso de definición de la plataforma, tarea -dicen- que tuvo como principal herramienta al "ARA Puerto Deseado", un buque oceanográfico de diseño argentino que fue transferido por la Armada al Conicet. Llegará a tiempo para presentar su informe ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC), el organismo creado por la Convención del Mar.
La Cancillería desmiente también que el Reino Unido haya completado su presentación, como sostiene el documento crítico. Una fuente aseguró que los estudios británicos habían sido completados hasta la plataforma de la isla Ascensión, bajo soberanía de la corona, en el Atlántico.
Una de las imputaciones del documento crítico es que el Reino Unido ya completó su propio reclamo, incluyendo el mar austral a partir de Malvinas y Georgias del Sur.
El proyecto argentino ha conocido dificultades -emprendido en 1997, cuando se creó la Comisión de Límite Exterior de la Plataforma Continental-, sobre todo a comienzos de siglo, cuando la profunda crisis económica poco menos que los dejó sin financiación.
El "ARA Puerto Deseado" tuvo además dos ocasiones de desperfectos mayores que obligaron a reparaciones, una seguidilla que hizo que la Cancillería sospechara de un mal disimulado retiro de cooperación de la Armada, que pone la tripulación.

Publicado por Oscar Cardoso para su blog en la comunidad Clarin.

viernes, agosto 22, 2008

Nuestra región es el reino de las paradojas



Brasil, pongamos por caso: paradójicamente, el Aleijadinho, el hombre más feo del Brasil, creó las más altas hermosuras del arte de la época colonial; paradójicamente, Garrincha, arruinado desde la infancia por la miseria y la poliomelitis, nacido para la desdicha, fue el jugador que más alegría ofreció en toda la historia del fútbol; y paradójicamente, ya ha cumplido cien años de edad Oscar Niemeyer, que es el más nuevo de los arquitectos y el más joven de los brasileños.
O pongamos por caso, Bolivia: en 1978, cinco mujeres voltearon una dictadura militar. Paradójicamente, toda Bolivia se burló de ellas cuando iniciaron su huelga de hambre. Paradójicamente, toda Bolivia terminó ayunando con ellas, hasta que la dictadura cayó. Yo había conocido a una de esas cinco porfiadas, Domitila Barrios, en el pueblo minero de Llallagua. En una asamblea de obreros de las minas, todos hombres, ella se había alzado y había hecho callar a todos.
-Quiero decirles estito –había dicho-. Nuestro enemigo principal no es el imperialismo, ni la burguesía, ni la burocracia. Nuestro enemigo principal es el miedo, y lo llevamos adentro.
Y años después, reencontré a Domitila en Estocolmo. La habían echado de Bolivia, y ella había marchado al exilio, con sus siete hijos. Domitila estaba muy agradecida de la solidaridad de los suecos, y les admiraba la libertad, pero ellos le daban pena, tan solitos que estaban, bebiendo solos, comiendo solos, hablando solos. Y les daba consejos: -No sean bobos –les decía-. Júntense. Nosotros, allá en Bolivia, nos juntamos. Aunque sea para pelearnos, nos juntamos. Y cuánta razón tenía.
Porque, digo yo: ¿existen los dientes, si no se juntan en la boca? ¿Existen los dedos, si no se juntan en la mano? Juntarnos: y no sólo para defender el precio de nuestros productos, sino también, y sobre todo, para defender el valor de nuestros derechos. Bien juntos están, aunque de vez en cuando simulen riñas y disputas, los pocos países ricos que ejercen la arrogancia sobre todos los demás. Su riqueza come pobreza, y su arrogancia come miedo. Hace bien poquito, pongamos por caso, Europa aprobó la ley que convierte a los inmigrantes en criminales. Paradoja de paradojas: Europa, que durante siglos ha invadido el mundo, cierra la puerta en las narices de los invadidos, cuando le retribuyen la visita. Y esa ley se ha promulgado con una asombrosa impunidad, que resultaría inexplicable si no estuviéramos acostumbrados a ser comidos y a vivir con miedo.
Miedo de vivir, miedo de decir, miedo de ser. Esta región nuestra forma parte de una América Latina organizada para el divorcio de sus partes, para el odio mutuo y la mutua ignorancia. Pero sólo siendo juntos seremos capaces de descubrir lo que podemos ser, contra una tradición que nos ha amaestrado para el miedo y la resignación y la soledad y que cada día nos enseña a desquerernos, a escupir al espejo, a copiar en lugar de crear. Todo a lo largo de la primera mitad del siglo diecinueve, un venezolano llamado Simón Rodríguez anduvo por los caminos de nuestra América, a lomo de mula, desafiando a los nuevos dueños del poder:
-Ustedes –clamaba don Simón-, ustedes que tanto imitan a los europeos, ¿por qué no les imitan lo más importante, que es la originalidad?
Paradójicamente, era escuchado por nadie este hombre que tanto merecía ser escuchado. Paradójicamente, lo llamaban loco, porque cometía la cordura de creer que debemos pensar con nuestra propia cabeza, porque cometía la cordura de proponer una educación para todos y una América de todos, y decía que al que no sabe, cualquiera lo engaña y al que no tiene, cualquiera lo compra, y porque cometía la cordura de dudar de la independencia de nuestros países recién nacidos: -No somos dueños de nosotros mismos –decía -. Somos independientes, pero no somos libres. Quince años después de la muerte del loco Rodríguez, Paraguay fue exterminado. El único país hispanoamericano de veras libre fue paradójicamente asesinado en nombre de la libertad. Paraguay no estaba preso en la jaula de la deuda externa, porque no debía un centavo a nadie, y no practicaba la mentirosa libertad de comercio, que nos imponía y nos impone una economía de importación y una cultura de impostación.
Paradójicamente, al cabo de cinco años de guerra feroz, entre tanta muerte sobrevivió el origen. Según la más antigua de sus tradiciones, los paraguayos habían nacido de la lengua que los nombró, y entre las ruinas humeantes sobrevivió esa lengua sagrada, la lengua primera, la lengua guaraní. Y en guaraní hablan todavía los paraguayos a la hora de la verdad, que es la hora del amor y del humor. En guaraní, ñe’é significa palabra y también significa alma. Quien miente la palabra, traiciona el alma.
Si te doy mi palabra, me doy. Un siglo después de la guerra del Paraguay, un presidente de Chile dio su palabra, y se dio.
Los aviones escupían bombas sobre el palacio de gobierno, también ametrallado por las tropas de tierra. Él había dicho: -Yo de aquí no salgo vivo. En la historia latinoamericana, es una frase frecuente. La han pronunciado unos cuantos presidentes que después han salido vivos, para seguir pronunciándola. Pero esa bala no mintió. La bala de Salvador Allende no mintió.
Paradójicamente, una de las principales avenidas de Santiago de Chile se llama, todavía, Once de Setiembre. Y no se llama así por las víctimas de las Torres Gemelas de Nueva York. No. Se llama así en homenaje a los verdugos de la democracia en Chile. Con todo respeto por ese país que amo, me atrevo a preguntar, por puro sentido común: ¿No sería hora de cambiarle el nombre? ¿No sería hora de llamarla Avenida Salvador Allende, en homenaje a la dignidad de la democracia y a la dignidad de la palabra? Y saltando la cordillera, me pregunto: ¿por qué será que el Che Guevara, el argentino más famoso de todos los tiempos, el más universal de los latinoamericanos, tiene la costumbre de seguir naciendo? Paradójicamente, cuanto más lo manipulan, cuanto más lo traicionan, más nace. Él es el más nacedor de todos.
Y me pregunto: ¿No será porque él decía lo que pensaba, y hacía lo que decía? ¿No será que por eso sigue siendo tan extraordinario, en este mundo donde las palabras y los hechos muy rara vez se encuentran, y cuando se encuentran no se saludan, porque no se reconocen? *** Los mapas del alma no tienen fronteras, y yo soy patriota de varias patrias. Pero quiero culminar este viajecito por las tierras de la región, evocando a un hombre nacido, como yo, por aquí cerquita.
Paradójicamente, él murió hace un siglo y medio pero sigue siendo mi compatriota más peligroso. Tan peligroso es que la dictadura militar del Uruguay no pudo encontrar ni una sola frase suya que no fuera subversiva, y tuvo que decorar con fechas y nombres de batallas el mausoleo que erigió para ofender su memoria. A él, que se negó a aceptar que nuestra patria grande se rompiera en pedazos; a él, que se negó a aceptar que la independencia de América fuera una emboscada contra sus hijos más pobres, a él, que fue el verdadero primer ciudadano ilustre de la región, dedico esta distinción, que recibo en su nombre.
Y termino con palabras que le escribí hace algún tiempo: 1820, Paso del Boquerón. Sin volver la cabeza, usted se hunde en el exilio. Lo veo, lo estoy viendo: se desliza el Paraná con perezas de lagarto y allá se aleja flameando su poncho rotoso, al trote del caballo, y se pierde en la fronda. Usted no dice adiós a su tierra. Ella no se lo creería. O quizás usted no sabe, todavía, que se va para siempre.
Se agrisa el paisaje. Usted se va, vencido, y su tierra se queda sin aliento. ¿Le devolverán la respiración los hijos que le nazcan, los amantes que le lleguen? Quienes de esa tierra broten, quienes en ella entren, ¿se harán dignos de tristeza tan honda?
Su tierra. Nuestra tierra del sur. Usted le será muy necesario, don José. Cada vez que los codiciosos la lastimen y la humillen, cada vez que los tontos la crean muda o estéril, usted le hará falta. Porque usted, don José Artigas, general de los sencillos, es la mejor palabra que ella ha dicho.


Eduardo Galeano, escritor y periodista uruguayo, autor de Las venas abiertas de América Latina, Memorias del fuego y Espejos/Una historia casi universal.

martes, julio 29, 2008

La Cuba de Raúl mira a la región


Raúl Castro ha comenzado un proceso gradual de cambio en la economía y las relaciones internacionales de Cuba. En el interior de Cuba, espera legitimar su gobierno con la mejora de niveles de vida. Fuera de Cuba, no desea quedar cautivo del único respaldo internacional del régimen cubano: el presidente venezolano Chávez. Castro cree en dar mayores incentivos a los trabajadores agrícolas.
Ha autorizado la venta de maquinaria y herramientas agrícolas -centralizada hasta ahora- directamente a los agricultores, así como la entrega de tierras en desuso a cooperativas privadas y otras organizaciones que las soliciten. También canceló las deudas de algunos pequeños productores y elevó los precios que paga el Estado por la leche y la carne.
En otra medida destinada a mejorar la vida del común de los cubanos, ha eliminado restricciones para adquirir computadoras, hornos microondas y otros aparatos.Las autoridades cubanas recalcan que el propósito de estos cambios es mejorar la eficiencia, "no alterar el modelo socialista". Sin embargo, igual que China y Vietnam, el gobierno tendrá que abrazar el mercado más abiertamente si es que en verdad desea mejorar las condiciones de vida. Sólo con inversión extranjera y liberalización económica -un proceso que en cierta medida ya ha comenzado- puede Cuba esperar ofrecer a sus 11,2 millones de habitantes más bienes de consumo y comodidad, mejorar el sistema de bienestar social y rehabilitar la infraestructura del país.
Esto es esencial no sólo para construir un "mejor socialismo", como ha prometido Castro, sino especialmente para legitimar la continuidad del régimen creado por la revolución de su hermano Fidel.
Por ahora, Cuba es políticamente estable. La evolución de su situación interna no deja dudas acerca de la consolidación de la autoridad de Raúl Castro. Hay un poco más de libertad de expresión, con debates y críticas de varios aspectos del modelo socialista de Cuba, como los bajos salarios y el sistema monetario doble, que ha generado desigualdad del ingreso al favorecer a quienes trabajan en el turismo y para compañías extranjeras.
Sin embargo, es poco probable que se produzca una mayor liberalización política a corto o medio plazo. Cuba argumenta que el apoyo financiero y político de Estados Unidos a la oposición lo impide. En todo caso, con Felipe Pérez Roque como ministro de Asuntos Exteriores, Cuba sigue impulsando una política exterior pragmática. Venezuela y China se han convertido en los principales socios económicos y comerciales y es posible que lo sigan siendo. Sin embargo, Raúl Castro desea evitar la dependencia en sólo uno o dos países. Su objetivo es diversificar las relaciones exteriores de Cuba y prevenir los problemas que podrían causar a su régimen los cambios en cualquiera de estos países, lo cual es un imperativo constante desde el colapso de la Unión Soviética.
Como resultado, se está dando una mayor normalidad a las relaciones con los gigantes de América latina, Brasil y México, y también están mejorando las relaciones con España. Más aún, se han reanudado las conversaciones con la Unión Europea, se está promoviendo un mejor entendimiento con el Vaticano, y Castro mismo ha sugerido públicamente la posibilidad de un diálogo con Estados Unidos.
Aunque Venezuela destina entre 1.500 y 2.000 millones de dólares a Cuba, Castro ve a Chávez como una especie de dolor de cabeza, debido a su retórica y a su dura actitud con varios países. Chávez no es la persona correcta para ayudar a Cuba a normalizar relaciones internacionales. Más aún, Venezuela tiene sus propios problemas económicos, a pesar de sus enormes reservas de dólares. Como consecuencia de los controles de precios y la creciente inflación, hay escasez de medicinas y alimentos básicos, como leche, azúcar, huevos, carne y pollo. Esto recuerda a Castro las distorsiones económicas que hicieron que la Unión Soviética recortara su ayuda a Cuba en los años previos a su colapso.
Los problemas de Venezuela hacen aún más importante la colaboración con Brasil y la obtención de su apoyo, ya que es la mayor potencia industrial del hemisferio sur. Durante la visita del presidente Lula a La Habana en enero del 2008, Brasil y Cuba firmaron varios acuerdos comerciales y económicos. Brasil duplicó su préstamo a Cuba para la compra de alimentos y medicinas, a 200 millones de dólares y ha dispuesto proyectos para rehabilitar su infraestructura. Otros acuerdos prevén un proyecto en el que la compañía energética de Brasil, Petrobrás, y Cupet, de Cuba, extraerán petróleo del golfo de México, y otro que incluye ayuda tecnológica para el desarrollo de la producción de soja en Cuba. Como lo sugieren estas iniciativas, el reacercamiento con Brasil y el Mercosur parece ser la mejor alternativa internacional de Cuba en su afán de evitar caer dentro de la órbita económica estadounidense.

Por Luiz Alberto Moniz Bandeira

lunes, julio 28, 2008

¿Quién se hace cargo de las pérdidas?


Quizá en el final -cuando su nivel de aceptación, dicen las encuestas, está por debajo de los que precedieron la renuncia de Richard Nixon- le haya llegado la hora del acierto, al menos parcial. La semana pasada, sin advertir que lo estaban filmando con un celular, George W. Bush aseguró que "Wall Street se emborrachó y ahora está sintiendo la resaca". Lo criticaron por mostrar un humor oscuro y áspero, poco apropiado para tiempos en que tantos de los ciudadanos que aún preside están luchando con la inflación, perdiendo sus hogares y temiendo que el correo les entregue la notificación del despido. Pero veamos en qué puede haber acertado.
Apenas el jueves pasado un par de informes negativos sobre un banco regional (National City) y una entidad hipotecaria (Washington Mutual) llevó a los índices accionarios hacia una nueva picada, interrumpiendo un ciclo de seis sesiones consecutivas de alza en la Bolsa de Valores. Ayer hubo una recuperación también basada en indicios circunstanciales, pero un tanto menos sólidos que los del día anterior.
¿Cuáles fueron los de la buena noticia? El índice del consumidor que confecciona mensualmente la Universidad de Michigan mostró una inesperada mejoría. Las órdenes de bienes durables también crecieron (0,8% en junio). La venta de casas nuevas declinaron (0,6%) menos de lo esperado y su valor promedio subió unos 3.000 dólares. Pero estas cifras sólo podían ser apreciadas con ayuda de una generosa cantidad de alcohol.
La confianza de los consumidores aún sigue estando bastante por debajo de la del primer mes de este año; si a los bienes durables se les quitan las órdenes para la industria de defensa el índice queda en el raquítico 0,1%, lo mismo que en mayo pasado; y en cuanto a los inmuebles, su valor permanece un 2% por debajo del año anterior.
En este juego de montaña rusa, la quintaesencia del sistema capitalista -el estadounidense- pone en juego su credibilidad. En verdad, esos "capitalismos" eran intrínsecamente débiles.
En Estados Unidos, el mito aseguraba que quien invertía ponía en riesgo su dinero y si lo hacía sin sabiduría el mercado se encargaba de obligarlo a racionalizar su patrimonio en un juego en el que los activos pasaban de manos débiles a manos fuertes. Ya no más, parece ser.
Los capitalistas estadounidenses de hoy juegan de modo diferente; un economista lo explicó recientemente con el de revolear la moneda: cara gano yo, seca pierden los contribuyentes.
Esto se aplica a los rescates de bancas como Bear Stearns -que terminó yendo a los activos de J. P. Morgan Chase con dinero fiscal- y de Fannie Mae y Freddie Mac, dos instituciones que pertenecen al "Grupo de Empresas Patrocinadas por el Estado" -esto es poseen una garantía no escrita del Fisco- exclusiva clase de firmas que alguna vez fueron creadas para incentivar el desarrollo sectorial.
La primera de esta clase de entidades destinada al sector rural data de 1916. Ahora -y salvo en el caso de crisis como la actual- han desaparecido o son enteramente privadas. Salvo, claro está, a la hora de repartir pérdidas.
¿Pero qué hubiese pasado si se hubiera intentado actuar de acuerdo con el mito? La crisis se hubiera globalizado, dicen los expertos. Los bancos centrales de China y Japón hubieran quedado atosigados de papeles sin valor de Fannie Mae y Freddie Mac donde han invertido ciento de miles de millones de dólares.
En un arco que cubre de Corea del Sur a Suecia -escribió hace poco Peter S. Goodman en The New York Times- hay bancos que tienen inversiones hechas en el mercado de hipotecas estadounidense y una caída en dominó se hubiera trasladado en parálisis y miedo y ausencia de capital al sistema financiero global.
El argumento común fue en cada caso: no puede suceder, son instituciones demasiado grandes para que caigan. Curiosamente dejarlas caer o desprenderse de empresas en dificultad fue una condición central que, desde los años 40, organismos como el Fondo Monetario Internacional han impuesto a los Estados para acceder al capital.
Aun los que no pronostican una depresión al estilo de la del 29 anticipan que por lo menos otras dos grandes instituciones deberán ser rescatadas antes que las cosas mejoren. Y si no se puede hacer la crisis será global sumándose a las de los precios de la energía y los alimentos.
Es bueno pensar en todas las posibilidades ahora porque, está visto, como lo afirmó Bush, que supo tener sus propios problemas con la bebida, no es inteligente dejar a los borrachos conducir el vehículo de la economía global, sean éstos personas o sistemas.

Por Oscar Raúl Cardoso.
Para Adentro y Afuera su blog en clarín.

lunes, julio 07, 2008

La paz romana


Los datos que utilizo fueron tomados fundamentalmente de las declaraciones del embajador de Estados Unidos en Colombia, William Brownfield, la prensa y la televisión de ese país, la prensa internacional y otras fuentes. Impresiona el derroche de tecnología y recursos económicos utilizados.
Mientras los altos jefes militares de Colombia se esmeraban en señalar que la operación de rescate de Ingrid Betancourt fue enteramente colombiana, las autoridades de Estados Unidos declaran que "fue el resultado de años de intensa cooperación militar entre los ejércitos de Colombia y Estados Unidos."
"‘La verdad es que hemos logrado compaginarnos de una manera que pocas veces hemos logrado en Estados Unidos, excepto con nuestros viejos aliados, principalmente de la OTAN’, señaló Brownfield, refiriéndose a las relaciones con las fuerzas de seguridad colombianas, que han recibido más de 4 000 millones de dólares en asistencia militar desde el 2000."
"...en varias ocasiones el gobierno de Estados Unidos tuvo que tomar decisiones en sus más altos niveles para la operación.
"Los satélites espías estadounidenses ayudaron a ubicar a los rehenes durante un periodo de un mes que comenzó el 31 de mayo y concluyó con el rescate del miércoles."
"Los colombianos instalaron equipos de vigilancia de video, proporcionados por Estados Unidos, que pueden hacer acercamientos y tomas panorámicas operadas a control remoto a lo largo de ríos que son la única ruta de transporte a través de densas zonas selváticas, indicaron autoridades colombianas y estadounidenses.
"Aviones norteamericanos de reconocimiento interceptaron conversaciones por radio y teléfono satelital de los rebeldes y emplearon imágenes que pueden penetrar el follaje de la selva."
"‘El desertor recibirá una suma considerable de los cerca de cien millones de dólares que el gobierno había ofrecido como recompensa’, declaró el Comandante General del ejército colombiano."
El miércoles 1º de julio, la BBC de Londres publicó que César Mauricio Velásquez, secretario de prensa de la Casa de Nariño informó que delegados de Francia y Suiza se habían reunido con Alfonso Cano, jefe de las FARC.
Según BBC, este sería el primer contacto que el nuevo jefe aceptaba con delegados internacionales después de la muerte de Manuel Marulanda. La falsa información sobre la reunión de dos emisarios europeos con Cano había sido transmitida desde Bogotá.
El fallecido líder de las FARC nació el 12 de mayo de 1932, según el testimonio de su padre. Campesino liberal de origen pobre, partidario de Gaitán, inició su resistencia armada hace 60 años. Fue guerrillero antes que nosotros, como reacción ante las matanzas de campesinos perpetradas por la oligarquía.
El Partido Comunista —donde ingresó más tarde—, como todos los de América Latina, estaba bajo la influencia del Partido Comunista de la URSS y no del de Cuba. Eran solidarios con nuestra Revolución pero no subordinados.
Fueron los narcotraficantes y no las FARC quienes desataron el terror en ese hermano país en sus pugnas por el mercado de Estados Unidos haciendo estallar no solo potentes bombas, sino incluso camiones cargados de explosivos plásticos que destruyeron instalaciones, hirieron o mataron a incontables personas.
Nunca el Partido Comunista de Colombia se propuso conquistar el poder con las armas. La guerrilla era un frente de resistencia, no el instrumento fundamental de la conquista del poder revolucionario, como ocurrió en Cuba. En el año 1993, en la octava conferencia de las FARC, se decide romper con el Partido Comunista. Su jefe, Manuel Marulanda, asumió la dirección de las guerrillas de ese Partido, que siempre se distinguieron por un hermético sectarismo en la admisión de combatientes y los métodos férreos y compartimentados de mando.
Marulanda, de notable inteligencia natural y dotes de dirigente, no tuvo en cambio oportunidades de estudio cuando era adolescente. Se dice que pudo cursar solo hasta el 5to. grado. Concebía una larga y prolongada lucha, un punto de vista que yo no compartía. Nunca tuve posibilidad de intercambiar con él.
Las FARC alcanzaron considerable fuerza y llegaron a sobrepasar los 10 mil combatientes. Muchos nacieron durante la propia guerra y no conocían otra cosa. Otras organizaciones de izquierda rivalizaron con las FARC en la lucha. Ya entonces el territorio colombiano se había convertido en la más grande fuente de producción de cocaína del mundo. La violencia extrema, los secuestros, los impuestos y exigencias a los productores de drogas se generalizaron.
Las fuerzas paramilitares, armadas por la oligarquía, cuyos efectivos se nutrían del enorme caudal de hombres que prestaban servicios en las fuerzas armadas del país y eran desmovilizados cada año sin empleo asegurado, crearon en Colombia una situación tan compleja que solo había una salida: la verdadera paz, aunque lejana y difícil como otras muchas metas de la humanidad. La opción que durante tres décadas Cuba ha defendido en esa nación.
Mientras los periodistas cubanos discuten en su VIII Congreso las nuevas tecnologías de la información, los principios y la ética de los comunicadores sociales, yo meditaba sobre los acontecimientos señalados.
Expresé con claridad nuestra posición en favor de la paz en Colombia, pero no estamos a favor de la intervención militar extranjera ni con la política de fuerza que Estados Unidos pretende imponer a toda costa y a cualquier precio a ese sufrido y laborioso pueblo.
Critiqué con energía y franqueza los métodos objetivamente crueles del secuestro y la retención de prisioneros en las condiciones de la selva. Pero no estoy sugiriendo a nadie que deponga las armas, si en los últimos 50 años los que lo hicieron no sobrevivieron a la paz. Si algo me atrevo a sugerir a los guerrilleros de las FARC es simplemente que declaren por cualquier vía a la Cruz Roja Internacional la disposición de poner en libertad a los secuestrados y prisioneros que aún estén en su poder, sin condición alguna. No pretendo que se me escuche; cumplo el deber de expresar lo que pienso. Cualquier otra conducta serviría solo para premiar la deslealtad y la traición.
Nunca apoyaré la paz romana que el imperio pretende imponer en América Latina.

Fidel Castro Ruz

sábado, julio 05, 2008

CIVILIZACIÓN


Por 367 votos a favor, 206 en contra y 109 abstenciones, el Parlamento Europeo decidió deportar de la Unión Europea a ocho millones de personas provenientes de África, Asia y América Latina. Si en un pasado remoto fue referencia equívoca de civilización, Europa es ahora símbolo irrefutable de barbarie.
No les basta haber saqueado durante siglos las riquezas del hemisferio Sur y después, durante décadas de bonanza y necesidad de mano de obra, arrancar plusvalía de millones de trabajadores sometidos a la sobreexplotación y la humillación. Ahora se aproxima la depresión económica mundial. Europa tiene miedo. Y pretende desentenderse de la suerte de ocho millones de hombres y mujeres llegados a su territorio en busca de trabajo. Para detener el flujo de cientos de millones empujados por la desesperación levanta un muro legal y represivo.
Dos mil quinientos años de laboriosa acumulación civilizatoria sepultados en una votación parlamentaria. No es sólo mezquindad y temor. Es estupidez; cretinismo intelectual; incapacidad para prever lo obvio: no podrán.
Es presumible que esos 206 votos en contra representen mucho más que la suma de los votos positivos y abstenciones, en los cuales se expresa el gran capital europeo. Detrás de esas 206 voluntades hay más en número y mucho más en calidad. Una porción considerable de la población se dejará ganar por la xenofobia y votará candidatos ad hoc. Ya están ahí personajes funambulescos como Berlusconi y Sarkozy para graficar el despeñadero europeo. Aun así, muchos más actuarán con sentido humanitario y comprensión de las consecuencias de tal política. La inteligencia no está en los gobiernos; y en la academia respira sólo por escasas ranuras. Pero abunda en una sociedad que no abdicará de su inmenso acervo.
Eso bastará para que de aquí en más el sistema político europeo comience a resquebrajarse. La línea divisoria entre trabajadores y burgueses, difuminada por la ilusión del confort y el consumismo, recuperará relieve y peso real. Y por fin el proletariado del continente exhausto reaparecerá. América Latina tiene que ver con eso.

A la guerra

Brutal con los débiles, sumisa con los poderosos: obedeciendo órdenes de Washington, la UE aprobó simultáneamente un paquete de sanciones contra Irán, en una escalada preparatoria de una guerra estadounidense-israelí contra el país del Golfo. El socialdemócrata Javier Solana, titular de Política Exterior y Seguridad del bloque, no ha creído necesario aclarar cómo Estados Unidos extravió seis bombas nucleares en territorio europeo. Después de todo, seis es poca cosa: hay 480 artefactos nucleares explosivos, de propiedad estadounidense, desparramados en el continente. Eso no preocupa al bravo progresista español. En cambio le desvela que Teherán pueda adquirir capacidad para manejar la tecnología nuclear y está dispuesto a respaldar un ataque devastador de Israel y Estados Unidos para evitarlo.
Con la misma lógica –y haciéndolo todo de una vez, como para que no resten dudas sobre su calidad moral– los 27 países de la UE acordaron levantar las sanciones impuestas desde 2003 contra Cuba. “Deseo consignar mi desprecio por la enorme hipocresía que encierra tal decisión” respondió Fidel Castro. En aquel entonces la UE alegó el arresto de 75 disidentes en la isla. Crimen horrendo frente al cual arrojar ocho millones de personas, mantener el centro clandestino de detención en Guantánamo o continuar aniquilando a la población iraquí son inocentes pecadillos veniales.
De esta manera la UE se hace cómplice de los preparativos de guerra contra Irán. Se trata de una escalada destinada a preparar la opinión pública mundial. Recientemente el ministro de Infraestructura de Israel, Binyamin Ben Eliezer, amenazó con destruir a Irán. Lo hizo días después de que el general retirado, y ministro de Transporte Shaul Mofaz –ex jefe de las Fuerzas Armadas y ministro de Defensa– declarara que “un ataque a Irán para detener su programa nuclear es inevitable”. Inmediatamente antes, el presidente estadounidense George Bush había confesado a la prensa que la opción militar contra Irán “está abierta”.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) descartó hace meses que Irán tenga programas de construcción de armas nucleares. Teherán insiste en que su programa de enriquecimiento de uranio tiene como objetivo la generación de energía con fines pacíficos. Pero Israel y Estados Unidos sostienen lo contrario y anuncian preparativos para atacar militarmente a Irán y “detenerlo”. La UE simplemente cumple la tarea ordenada por la Casa Blanca.

Frente único Sur

Tanto la escalada guerrerista como esta denominada “Directiva de la vergüenza” contra los inmigrantes, simbolizan la decadencia del capitalismo y plantean la urgente necesidad de un frente único de los países afectados. Contra toda evidencia es preciso bregar para que la heterogeneidad del Movimiento No Alineados, el Grupo de los 15 y otras tantas expresiones del llamado Tercer Mundo, encuentren en la defensa de los emigrados un centro para la acción común.
Una medida necesaria y posible sería la imposición de un gravamen especial a todas las empresas de origen europeo (Bancos, telecomunicaciones, petroleras, etc.) para formar un fondo común que, a través del Banco del Sur, permita garantizar el traslado y reubicación de todos los repatriados. Luego aquel gravamen podrá resarcir a nuestros países del perjuicio económico que implica la no remisión de fondos de los actuales emigrantes. Los jefes de Estado de Unasur no deberían demorar un instante en la aplicación de ésta u otra medida semejante. Sus pueblos están observándolos.
Ese objetivo puede hoy tomar cuerpo como plan de acción inmediato únicamente en América Latina y el Caribe. El peso mayor de tamaña tarea cae sobre Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Suramérica y el mundo tomarán cuenta de la conducta de cada mandatario ante estos inequívocos signos de marcha acelerada hacia la destrucción de la civilización.

Por Luis Bilbao
Publicado en América XXI
(www.americaxxi.com.ve)

miércoles, julio 02, 2008

EX TODOPODEROSOS


Está claro que personajes que alguna vez parecieron todopoderosos como el general chileno Manuel Contreras (en los 70 y 80 se lo consideraba segundo solo de Augusto Pinochet) hoy han regresado de aquel Olimpo de ficción que para ellos fueron las dictaduras de seguridad nacional. Consecuentemente nada los protege ya contra la acción de la Justicia.
Como Jorge Rafael Videla en la Argentina, está claro que los dictadores de aquellos tiempos no pagarán por todos los crímenes cometidos o instigados por ellos. El paradigma de esta impunidad por lo menos parcial es, por cierto, Pinochet que no pasó un solo día de su vida en una celda. Pero quién puede imaginar un castigo más duro que traduzca justicia, no venganza-- que aplicarle dos condenas de prisión perpetua a Contreras, casi un octogenario Pero hay otras razones importantes para que el castigo los alcance después de décadas de sus actos criminales. Cuando aquellas dictaduras comenzaron a derrumbarse dejaron a las sociedades que habían gobernado demasiado débiles para encarar lo que ahora finalmente se hace. Esto fue particularmente cierto en el caso chileno, país al que Pinochet dejó amarrado al poder militar en el Ejecutivo e introduciendo cambios en la estructura legislativa que garantizaron que la voz de los dictadores se haría sentir.
No es casual que la condena a Contreras y a ocho de sus subordinados-- lo alcance 34 años después de ordenar el doble asesinato en Buenos Aires de su camarada el general Carlos Prats y de su esposa Sofía Cuthbert.
Sobre la nueva realidad post-dictadura en América Latina contribuyeron los muchos debates y acciones tendientes a lograr un reconocimiento para los principios de la denominada justicia global cuyo objetivo era actuar para los denominados "delitos de lesa humanidad"-- sin importar los límites de las fronteras nacionales. Esta fue la era en que el concepto derechos humanos recibió el impulso más fuerte y sostenido desde, quizá, los juicios de Nüremberg. Su caso, sin embargo, no pudo reflejar paralelo alguno con el de Adolf Eichman en 1962, ya que el chileno fue devuelto a Chile y a la libertad.
Pero hasta Pinochet debió en 1998 pasar algunos meses en Londres a disposición de jueces ingleses y defenderse del pedido de extradición hecho por un magistrado español, Baltasar Garzón, que decidió llevar a la práctica los principios básicos de aquella justicia global.
Qué era lo que se debatía entonces y aún se debate ahora Si existen los valores morales universales si el relativismo cultural debe ser rechazado para adherir a una justicia universal si hay valores morales universales hay también justicia política y civil, entre otras cuestiones vitales. Las preguntas que resumen todo es: debe el sistema internacional ser estructurado en base al Estado-nación Debería haber un sistema supra estatal que reemplace al Estado-nación No es éste un debate que esté limitado a los llamados crímenes de lesa humanidad se extiende a lo económico y a lo civil, donde los tratados entre dos o más naciones subrogan a las leyes nacionales y las colocan bajo jurisdicción de jueces extranjeros, algo que sin duda es menos sano que perseguir y juzgar dictadores.
Hay dos teorías jurídicas que han crecido en este debate. Está la llamada soberanía traslúcida , según la cual la soberanía estatal puede ser atravesada por la competencia de organismos multinacionales. Y luego la segunda es la teoría sobre la soberanía transparente por la cual un Estado puede perder su soberanía debido a sus actos internacionales o domésticos. Pero en todo caso, el debate recién está en sus inicios.
Por Oscar Raúl Cardoso.
Publicado en Clarín.

domingo, junio 29, 2008

Pobreza: una materia pendiente para los gobiernos latinoamericanos


Muchas veces los ciudadanos comunes cometemos el error de asociar al crecimiento económico con una disminución progresiva de la pobreza. La lógica nos indica que debiera ser así, pero la realidad demuestra lo contrario y América Latina no es la excepción en este punto. En los últimos diez años, el producto bruto interno regional aumentó -algunos países superaron el seis por ciento de crecimiento anual- de manera ininterrumpida. Sin embargo, diez millones de latinoamericanos se sumaron a la lista de pobres e indigentes en los últimos seis meses.
Primera pregunta ¿por qué los gobiernos de la región no disminuyeron las tasas de pobreza si sus bancos centrales aumentaron sus reservas gracias al contexto internacional favorable para América Latina?
No cabe dudas que la reciente crisis de los alimentos alteró los datos de pobreza e indigencia repentinamente y se convirtió en una de las principales causas por las que millones de latinoamericanos se convirtieron en pobres en este primer semestre del año.
Los datos que publicó la Organización de Naciones Unidas refuerza esa hipótesis. Según la ONU, el aumento de precios de los alimentos fue del 68 %. Este incremento empujó a doscientos millones de personas a la pobreza en todo el mundo. En América Latina, en tanto, la suba de los productos comestibles rondó el 15 %, provocando 10 millones de pobres.
En la cumbre de la FAO, que se realizó en Roma, los jefes de estado de nuestro bloque acusaron directamente a los costos de los alimentos - provocado, entre otras cuestiones, por el alto precio del petróleo, la producción de biocombustibles, las especulaciones financieras, la demanda de alimentos de China e India- por este nuevo escenario mundial y responsabilizaron, de paso, a los países industrializados de fomentar la pobreza en la región por la aplicación de políticas proteccionistas y migratorias en Europa y Estados Unidos, principalmente.
En esa reunión internacional, el brasileño Lula da Silva, la argentina Cristina Fernández y el venezolano Hugo Chávez cuestionaron las medidas económicas puestas en marcha por el viejo continente y Norteamérica, pero no realizaron una autocritica exhaustiva sobre las ineficaces políticas, que sus respectivos gobiernos implementaron, para combatir la pobreza.
Primera Conclusión entonces: el elevado precio de los alimentos impactó sobre la pobreza, pero no fue la única causa del aumento de esta última en la región.

Crecimiento económico y desigualdad social.

Segunda pregunta: ¿Qué otro factor, además del aumento de los alimentos, motivó los últimos datos sobre pobreza e indigencia que avergüenzan a gran parte de los latinoamericanos?
La cada vez más distante brecha entre ricos y pobres sigue siendo materia pendiente para la mayoría de los actuales gobiernos de la región – muchos de los cuales prometieron liquidar ni bien asumieran sus responsabilidades- y otra de las consecuencias del incremento de la pobreza en Latinoamérica y el Caribe.
La pobreza e indigencia no es un tema nuevo para la región. Al contrario, nos tendríamos que retrotraer a los procesos dictatoriales de los años setenta y el neoliberal de la década de los noventa para explicar la agudización de la inequidad social y el crecimiento de la pobreza instalado desde la colonización del continente.
Estos dos momentos históricos (70/90) implicaron la desindustrialización, desalarización, desobrerización, desciudadanización, descampesinización, y enajenación de los recursos energéticos y servicios públicos básicos de la región, según denunció un estudio del programa CLASCO –CROP sobre pobreza en América Latina y el Caribe. Es decir, la concentración de la riqueza y el aumento de la pobreza para ser más claros.
En los primeros años del siglo XXI, el 44 % de la población regional (esto es, más de 220 millones de personas) vivía en condiciones de pobreza, mientras que más del 19 % de la población (casi 100 millones de personas) vivía en condiciones de pobreza extrema o indigencia.
Las políticas neoliberales aplicadas en aquellas oportunidades y responsables de millones de desocupados y millones de pobres llegaron a su final. Los gobiernos de la región abandonaron los consejos de la Casa Blanca y aplicaron políticas económicas más progresistas.
El Estado volvió a recuperar su rol y espacio en los recursos estratégicos en los últimos años. Brasil está a las puertas del primer mundo gracias a su industria y Venezuela recuperó el control de su petróleo por citar algunos ejemplos. Los recursos energéticos y alimentarios de estos países fueron claves para el crecimiento sostenido de los últimos años.
Sin embargo, la bonanza económica no se tradujo simultáneamente en una disminución de la pobreza sino que la distancia entre ricos y pobres sigue siendo abismal.
Bernardo Kliksberg, principal asesor de la ONU para la región, sostiene que la ausencia de políticas redistributivas claras y eficaces condena a América Latina como el bloque más desigual del planeta.
“Algo funciona mal- explica el economista con más de 47 libros publicados- si 10 millones de chicos actualmente en el mundo mueren por causas evitables y ligadas centralmente a la pobreza. Esto significa –según los cálculos de la ONU- un niño cada tres segundos. Son tres millones los que mueren por neumonía durante el primer mes de vida y que se podría evitar con antibióticos que salen 0,37 centavos de dólar”.
Este cuadro macabro y casi incomprensible, más en una región rica en alimentos y recursos energéticos, se debe a la falta de agua potable, hacinamiento y atención médica primaria en las zonas más marginales del continente. La ausencia de estos recursos deja en evidencia que las divisas propiciadas por las exportaciones de materia prima al exterior siguen concentrándose en pocas manos y no se distribuye en los sectores pobres.
Conclusión final: los economistas heterodoxos sostienen que la solución de la pobreza sería el crecimiento económico, en este sentido los gobernantes latinoamericanos parecen haberse encaminado, esta claro, también, que la redistribución de la riqueza haría el resto. Sólo que para este paso se requiere voluntad y decisión política.




Juan Mansilla.

martes, junio 24, 2008

Reflexiones de Fidel Castro: La verdad y las diatribas

Se conoce que en los países industrializados y ricos las personas invierten en alimentos, como promedio, alrededor del 25 por ciento de sus ingresos. Los que pertenecen a los pueblos que fueron mantenidos por aquellos en el subdesarrollo económico, requieren para este fin hasta el 80 por ciento de sus ingresos. Muchos pasan hambre física y sufren enormes diferencias sociales. Las tasas de desempleo son, como norma, dos o tres veces mayores; la mortalidad infantil se expresa en proporciones todavía más altas, y la perspectiva de vida se reduce hasta dos tercios de la que disfrutan aquellos. El sistema es sencillamente genocida.
En la reflexión que escribí hace tres días, dije: "Nuestro país ha demostrado que puede resistir a todas las presiones y ayudar a otros pueblos." ¿Puede Europa afirmar lo mismo?
En el informe publicado por la UNESCO ayer 20 de junio, se afirma que Cuba, entre todos los países de América Latina, ocupa el primer lugar tanto en matemáticas y lectura de tercer grado, como en matemáticas y ciencias de sexto grado, entre más de 200 mil niños de 16 países examinados a lo largo de dos años, con más de 100 puntos por encima de la media regional. Es la segunda vez que la UNESCO otorga ese reconocimiento a nuestra patria.
Se comprenderá que ningún país donde los derechos humanos sean sistemáticamente violados alcanzaría tan elevados niveles de conocimiento.
¿Por qué se bloquea a Cuba durante 50 años?
¿Por qué se le calumnia?
¿Por qué se le obstaculiza todo acceso a la información técnica y científica?
¿Por qué se le quiere conducir a un sistema económico y social insostenible, que no ofrece solución alguna a los problemas de la humanidad?
Por algo millones de ciudadanos bolivianos, ecuatorianos, uruguayos, argentinos, brasileños, centroamericanos y otros de América Latina han emigrado a Europa, de donde ahora podrían ser brutalmente devueltos a sus países de origen si no cumplen todos los requisitos que la nueva ley antiinmigrante exige.
Lo que es peor: una cifra varias veces mayor de ciudadanos de México, Centro y Suramérica han emigrado a Estados Unidos cruzando fronteras, muros y mares, sin documentación alguna ni Ley de Ajuste que los privilegie y estimule a emigrar, y de los cuales mueren más de 500 cada año. Adicionalmente, miles perecen cada año en México y Centroamérica, víctimas del crimen organizado, en la disputa por el mercado de drogas de Estados Unidos, cuyo consumo las más altas autoridades de ese país no son capaces ni quieren combatir.
El subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos declaró que el tráfico de personas es el segundo rubro ilegal más lucrativo. Cuando se trata de cubanos, las ganancias son comparables a las del narcotráfico: "Cobran hasta 10 000 dólares por individuo."
El dinero procede de Estados Unidos. Pienso que México no puede convertirse en paraíso del tráfico de inmigrantes, cuando hasta los propios guardacostas norteamericanos interceptan y devuelven los que son capturados en el mar.
México no está obligado a permitir que le impongan una versión de la política de pies secos y pies mojados.
En Cuba no existe el crimen organizado ni la impunidad para el tráfico de drogas. Lo ha combatido con eficacia sin ensangrentar la nación. Solo por cinismo el gobierno de Estados Unidos no lo reconoce.
No escribí ninguna diatriba contra Europa, dije sencillamente la verdad. Si esta ofende, no es mi culpa.
Por ahorrar espacio, en la reflexión de ayer no mencioné siquiera la exportación de armas, los gastos militares y las aventuras bélicas de la OTAN, a las que se añaden los vuelos secretos y la complicidad de Europa con las torturas del gobierno de Estados Unidos.
Ignoro si alguien fue arrestado en cualquier punto del país por violar alguna ley. Nada tiene que ver con la reflexión que solicité se divulgara sólo por Cubadebate. Relacionar ambas cosas es arbitrario. Utilizaré ese sitio en Internet al ritmo que considere pertinente. No abusaré de la paciencia de nadie. No cobro un centavo, mi trabajo es gratuito.
No soy ni seré nunca jefe de fracción o grupo. Nopuede deducirse, por tanto, que haya pugnas dentro del Partido. Escribo porque sigo luchando, y lo hago en nombre de las convicciones que defendí toda mi vida.
Fuente: Diario Granma.

martes, junio 17, 2008

El ideario del Che: En defensa de una distribución equitativa


Introducir el pensamiento del Che en un estudio específico, como lo es el de la distribución, constituye una de las contribuciones de este marxista a la Construcción del Socialismo. Este proceso él lo pensaba como tridimensional, donde se complementaban: lo económico, la conciencia y lo social. El valor de la comprensión de esta característica de su pensamiento radica en evitar el peligro de la absolutización de un elemento en detrimento de otro.
En materia de distribución, se destaca en la conformación de un sistema salarial, la conjugación de los estímulos materiales junto a los morales. Su pasión por el acceso a la equidad en cuanto al empleo; la electrificación y la industrialización; el alcance de niveles culturales a tono con la creación de la base técnico- material del socialismo; y el papel que ejercen la combinación acertada de los estímulos materiales y morales para que el trabajo constituya un deber social, son elementos que caracterizan su obra en beneficio de este sistema.
El Che como continuador de las ideas marxistas leninistas, parte de sus postulados para estudiar la distribución en las condiciones de la Construcción del Socialismo en Cuba, lo que conduce a este marxista a realizar su análisis a partir de una economía subdesarrollada, que lo distingue de los teóricos que le anteceden en la historia de la humanidad, por lo que su pensamiento, constituye un punto de continuidad y ruptura en la forma de asumir y organizar las relaciones de producción socialistas.
Al realizar un análisis crítico acerca de la teoría de la distribución en la construcción del socialismo, expone la necesidad de la creación de una conciencia social en el tránsito de la humanidad del capitalismo al socialismo y su papel como arma ideológica, en la formación de los valores que la nueva sociedad que se gesta, necesita.
También esbozó diferentes ideas relacionadas con el principio de distribución socialista; “De cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo” y destaca como uno de sus aportes en esta teoría el papel que juegan las normas, la organización y planificación de la producción y el trabajo voluntario en el fomento de la creación de una nueva actitud ante el mismo.
El hombre nuevo en Che, es concebido no como una individualidad, sino como una fuerza social capaz de impulsar el desarrollo humano. Su pensamiento humanista sobrepasa los límites del egoísmo burgués, es exponente de una mejor redistribución del producto social y la necesidad de producir más como una de las tareas necesarias de la revolución.
La preocupación por el acceso al estudio, a la educación, a los servicios de la salud y a la protección de la población, formó parte de la estrategia que puso en práctica en un país, que como el suyo y América Latina toda, sigue su ejemplo para enarbolar las ideas del socialismo.
Los imperativos de la justicia social, la equidad y la solidaridad, en materia de distribución, constituyen premisas en el ideario del Che, que dejaron para siempre un legado histórico en la revolución cubana y en el mundo. Sus ideas, principios y valores, no mueren sino que renacen en defensa de la construcción del socialismo.

Por Lic. Olga Lourdes Vila Pérez.
Escuela Provincial del Partido en Cienfuegos.